• Fiscalía indaga el feminicidio sin sospechosos formales mientras crecen las dudas sobre la amiga presente en el lugar

 

  • Del “Pirata de Culiacán” a Valeria Márquez: cuando la fama en redes se cruza con el crimen organizado y convierte a los influencers en blanco fácil

 

 

Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22

Zapopan, Jalisco. La tarde del 13 de mayo de 2025, la influencer mexicana Valeria Márquez, de 23 años, realizaba una transmisión en vivo desde su salón de belleza, interactuaba sonriente con sus seguidores de TikTok, mostrando productos y respondiendo preguntas, cuando la realidad irrumpió de forma brutal terminando con su joven vida.

Un supuesto repartidor ingresó al local Blossom The Beauty Lounge con el pretexto de entregar un obsequio, y en segundos desató la tragedia, disparó tres veces contra Valeria –impactando en tórax y cabeza– ante la mirada atónita de la cámara y de quienes seguían el live.

El video se cortó abruptamente; en la imagen final se observa a otra mujer tomando el celular y finalizando la transmisión.

Eran alrededor de las 18:30 horas y la escena quedó grabada, convirtiendo a miles de usuarios en testigos indirectos del crimen, el nombre de Valeria Márquez se sumaba así, de manera trágica, a una preocupante lista de jóvenes figuras de internet silenciadas por la violencia.

Declaraciones oficiales y la versión de la Fiscalía

En las horas posteriores al asesinato, la Fiscalía del Estado de Jalisco inició una investigación bajo el protocolo de feminicidio, considerando la posibilidad de que el ataque estuviese motivado por el hecho de ser mujer.


Las autoridades confirmaron que el ataque fue directo y que el agresor huyó en motocicleta tras los disparos, al momento, la postura oficial es cautelosa, “no existe hasta este momento en la carpeta de investigación algún señalamiento contra un personaje en particular”, aclaró la Fiscalía jalisciense en un comunicado del 14 de mayo, es decir, no hay sospechosos formales identificados públicamente.

La dependencia enfatizó que todas las líneas de investigación se exploran con sigilo –incluyendo declaraciones, videos y publicaciones en redes sociales–, y pidió evitar especulaciones que pudieran “revictimizar” a la joven asesinada.

La fiscalía ha dejado claro que el caso se sigue con perspectiva de género y que ninguna hipótesis está descartada, pero que hasta ahora no hay evidencia para afirmar la participación del crimen organizado.

Esta última precisión surgió para desmentir una teoría que rápidamente ganó fuerza en medios y redes: la posible implicación de un líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en el asesinato.

Un live interrumpido y las sospechas sobre la amiga presente

En medio del desconcierto, los propios seguidores de Valeria empezaron a buscar explicaciones en lo que vieron y escucharon durante la transmisión.

Según extractos del live que circularon en redes (el video original fue dado de baja de la cuenta oficial tras el crimen), Valeria se mostraba intranquila instantes antes del ataque.

⚠️ Imágenes explícitas: contenido sensible. Se recomienda discreción.

 


En la transmisión comentó que una de sus asistentes, identificada como Erika, le avisó que un hombre había llegado con un regalo para ella, la joven influencer expresó dudas e incluso llegó a bromear nerviosamente “¿será que alguien me quiere hacer daño?”, mientras sostenía un peluche de cerdo que acababa de recibir minutos antes.

De fondo, se oía la voz de una amiga –llamada “Vivian” en el video– diciéndole que no saliera del local, que esperara ahí para recibir un supuesto regalo “muy costoso” que estaría por llegar.

Valeria, visiblemente incómoda, comentó su deseo de irse del salón, pero accedió a esperar por insistencia de Vivian, pasó cerca de una hora hasta que finalmente apareció el falso repartidor con “el regalo” mortal.


En ese momento Valeria, alarmada, silenció su micrófono y volteó hacia la puerta, los disparos ocurrieron instantes después, su amiga fue quien tomó el teléfono y finalizó la emisión en medio del caos.


Esta secuencia ha puesto a Vivian de la Torre, la amiga que acompañaba a Valeria, en el centro de la polémica pública.

En cuestión de horas, usuarios de TikTok, Instagram y X (antes Twitter) comenzaron a especular con una posible traición, fragmentos de la transmisión fueron reproducidos con lupa: la petición de “quédate, espera tu regalo” por parte de Vivian se interpretó como una trampa tendida a la víctima.

Frases como “La puso” (en jerga coloquial, “la entregó”), “la envidia mata” o “quería su vida” inundaron los comentarios en las redes de Valeria.

Incluso circularon videos previos donde ambas amigas aparecían bailando juntas, que algunos internautas citaron como “prueba” de supuesta rivalidad, alegando que Vivian imitaba a Valeria y codiciaba su popularidad.

La teoría de la envidia –que la amiga habría actuado por celos del éxito de Valeria– prendió fuego en la conversación digital sin ningún filtro.


Ante la ola de acusaciones, se reportó que Vivian de la Torre cerró o restringió los comentarios en sus propias cuentas de Instagram, alimentando aún más las suspicacias de los curiosos.


¿Quién es esta joven señalada en redes? Por lo que se sabe, Vivian de la Torre también es creadora de contenido e influencer originaria de Jalisco. Sus perfiles en redes la muestran en la misma órbita social que Valeria, en Instagram contaba con unos 21 mil seguidores y en TikTok alrededor de 20 mil, muy por debajo de los más de 95 mil que seguía Valeria en esta última plataforma.

En TikTok incluso compartían contenido; un video de ambas bailando se volvió viral meses atrás, a simple vista, sostenían una amistad cercana.


No existen antecedentes públicos de conflictos graves entre ellas, más allá de los rumores surgidos tras el crimen, sin embargo, la ferocidad con que Vivian ha sido acusada en el tribunal de las redes refleja la rapidez con que la opinión pública busca culpables ante tragedias de alto impacto.

Para muchos seguidores dolidos, la coincidencia de que la amiga la retuviera en el lugar donde la mataron es demasiado grande para ser inocente.

@musica.mts Valéria Márquez predijo su 💀#ValeriaMárquez #influencers #famosostiktok #famosos #tragediasdelavida #tragedia #viral #paratiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ♬ sonido original – .

Este video es clave, ya que muestra que todo fue sumamente bien planeado por los encargados del homicidio, usando a la amiga como posible cómplice o incluso como chivo expiatorio ya que sabían que era una de sus amigas de mayor confianza.

Aunque no se descarta la versión de que Valeria haya sido asesinada por su “mejor amiga” Viviana (Vivi) y una de sus empleadas llamada Erika, quienes en este contexto podrían ser consideradas autoras intelectuales del crimen. La sospecha surgió debido al comportamiento de ambas, por un lado, Viviana le insistió en quedarse en el lugar, mientras que Erika, quien trabajaba con Valeria en el spa, fue la primera en mencionar la presencia de un supuesto “repartidor”.

Ambas habrían aprovechado el contexto relacionado con la expareja de Valeria para perpetrar el crimen y atribuirle la responsabilidad, aunque también existe la posibilidad de que el ex esté involucrado.

Aún persisten muchas interrogantes que generan dudas sobre lo ocurrido, y aunque se ha confirmado la existencia de al menos tres sospechosos, es fundamental recordar que, independientemente de los antecedentes personales de Valeria, nadie tiene el derecho de arrebatarle la vida.

“Estoy segura que tu amiga Vivian tuvo algo que ver, vi el en vivo y ella te hizo esperar ahí”, escribió una usuaria en la última publicación de Valeria. Otro comentario la señala directamente:“Ella es la culpable (@barbivvvv)… la envidia mata el alma”. Pese a todo este ruido, las autoridades no han dado credibilidad oficial a estas versiones. De hecho, la Fiscalía de Jalisco aclaró que por el momento Vivian de la Torre no está contemplada como sospechosa en la investigación.

Hasta ahora no hay indicios formales de que la amiga haya participado en el delito –ni móvil ni vínculo comprobado–, por lo que las acusaciones en su contra permanecen en el terreno de la especulación pública.

A dos días del hecho, la fiscalía insistió en que no se señale a ninguna persona sin pruebas, reiterando que ningún nombre (sea de la amiga u otro) aparece en la carpeta de investigación en curso.

El enigma del exnovio y la sombra del CJNG

Paralelamente a las sospechas sobre la amiga, surgió otra línea narrativa poderosa: la posible implicación de una ex pareja de Valeria con historial criminal. En las primeras 24 horas tras el asesinato, reportes de prensa locales –difundidos por medios como Milenio y Telediario– afirmaron que las autoridades veían como “principal sospechoso” a Ricardo Ruiz Velasco, alias “El Doble R”, un nombre de peso dentro del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Según esas versiones, Valeria habría sostenido desde hace meses una relación sentimental con este individuo, quien sería líder del Grupo Élite del CJNG y hombre de confianza del capo Nemesio Oseguera “El Mencho”.

La hipótesis sugería que el crimen pudo ser un “crimen pasional” con sello del narco, que a este presunto exnovio –un capo acostumbrado a la violencia– le molestaba que Valeria recibiera regalos de otros hombres, y habría ordenado matarla en un arranque de celos.

Esta teoría mezclaba así un posible móvil personal (celos, control sobre la joven) con la peligrosidad propia del crimen organizado.

La Fiscalía de Jalisco, sin embargo, negó contundentemente esta versión al ser consultada por medios nacionales, afirmó que “dicho nombre no consta formalmente dentro de la carpeta, ni ha sido mencionado en testimonios”, desmintiendo que exista un sospechoso identificado en esa línea.

Horas más tarde emitió un comunicado oficial reiterando que ninguna persona específica estaba imputada aún y pidiendo responsabilidad en las especulaciones.

No obstante, las autoridades sí reconocieron que exploran la relación de la víctima con un presunto miembro del CJNG como una de las líneas de investigación abiertas –es decir, la hipótesis no se descarta, simplemente no está probada–.

¿Quién es “El Doble R” y por qué su nombre resonó de inmediato?

Ricardo Ruiz Velasco, apodado RR o El Doble R, es identificado por fuentes de seguridad como uno de los operadores más sanguinarios del CJNG.

Originario de Guadalajara, habría iniciado en el crimen organizado desde joven y escalado posiciones hasta liderar el llamado Grupo Élite, brazo armado del cártel.

Reportes lo señalan como hombre de confianza de “El Mencho”, incluso considerado entre sus posibles herederos en la organización criminal. Su historial delictivo no es menor, se le vincula extraoficialmente con múltiples hechos violentos de alto perfil.

Por ejemplo, fue implicado en el asesinato de Juan Luis Lagunas Rosales “El Pirata de Culiacán en 2017, presuntamente como venganza después de que el joven YouTuber insultara al líder del CJNG en un video.


También ha sido mencionado en investigaciones sobre la desaparición y muerte de Daisy Ferrer, una modelo venezolana asesinada en Jalisco en 2012.

En el ámbito del narcotráfico, se le adjudica dirigir operaciones del CJNG en estados como Michoacán, Guanajuato y Zacatecas, librando una guerra contra cárteles rivales.

El Doble R incluso ha sido protagonista de narcocorridos (canciones del folclore narco), su figura es tan notoria que grupos musicales le han dedicado corridos en presentaciones públicas. En síntesis, de confirmarse que Valeria tuvo una relación con este individuo, estaríamos ante la conexión directa de la víctima con uno de los círculos criminales más peligrosos de México.

Valeria nunca habló abiertamente en redes sobre esa supuesta relación, pero días antes de su muerte ocurrieron hechos que hoy toman otra relevancia.

De acuerdo con personas cercanas, la joven empresaria habría denunciado amenazas de un exnovio recientemente.

En antiguas historias de Instagram, que resurgieron tras el crimen, Valeria escribió que responsabilizaba a su ex pareja de cualquier cosa mala que pudiera sucederle a ella o su familia. Acompañó ese mensaje con una fotografía mostrando moretones en sus piernas, insinuando episodios de violencia doméstica.

“Hago responsable (de) cualquier cosa que me llegue a pasar a mí y a mi familia a esa persona (hasta si me tengo que salir de la ciudad)”, decía uno de los mensajes atribuidos a Márquez. No se precisó el nombre del ex en cuestión ni cuándo exactamente lo publicó, pero la referencia generó aún más especulaciones.

¿se trataba del mismo individuo ligado al CJNG? ¿O de otra expareja con un historial delictivo vinculado a otras organizaciones criminales?

Presunto ex novio de la influencer Valeria Márquez, de nombre Jesús Hernández

Por ahora, esas preguntas siguen abiertas, la línea entre un posible feminicidio por violencia de género (a manos de un ex abusivo) y un ataque ordenado por el narco (a manos de un capo celoso) es delgada en este caso, y las autoridades caminan con cautela para esclarecer el móvil real.

“La información está en desarrollo y podría ir actualizándose en las próximas horas”, señalaron oficialmente, subrayando que la prioridad es agotar cada pista antes de sacar conclusiones definitivas.

Violencia viral: Influencers en la mira del crimen organizado

El asesinato de Valeria Márquez, transmitido en parte en vivo, conmocionó a México y encendió alarmas sobre los riesgos que enfrentan los llamados influencers en un país azotado por la violencia. Sin embargo, tristemente no es un hecho aislado.

“La sombra del crimen organizado sobre los influencers no es nueva. La historia de Valeria es solo la más reciente en una cadena de casos donde la fama digital y el narco se cruzan de formas que terminan, muchas veces, en violencia”, escribió la periodista Anayeli Tapia al analizar la situación.

En los últimos años, varios creadores de contenido mexicanos han sido asesinados en circunstancias que involucran al crimen organizado o contextos violentos, la lista es larga y heterogénea.

Uno de los casos más sonados fue el de Juan Luis Lagunas Rosales, “El Pirata de Culiacán”, adolescente que ganó notoriedad en redes por sus videos bebiendo alcohol en exceso. En diciembre de 2017, con solo 17 años, El Pirata fue acribillado con 15 balazos dentro de un bar de Zapopan (Jalisco) luego de haber lanzado en video una bravuconada contra “El Mencho”, líder del CJNG.

Al menos cinco sicarios irrumpieron en el lugar para ejecutarlo, también matando en el fuego cruzado al dueño del establecimiento, si bien no hubo una acusación formal, autoridades de entonces apuntaron a una venganza ordenada por el propio Doble R como respuesta al insulto público que el youtuber hizo contra el capo.

“El mensaje era claro: meterse con los jefes del narco, aunque sea de broma, puede costar la vida.”

Desde entonces, la tendencia continuó. En 2018 fue asesinada en Acapulco Pamela Montenegro, “Nana Pelucas”, youtuber y satírica local, aparentemente por denunciar a políticos vinculados al narco.

En años más recientes, la violencia alcanzó de lleno a una camada de jóvenes influencers en Sinaloa, muchos de ellos involucrados –directa o indirectamente– en la narcocultura local.

En octubre de 2023, comenzó una espiral de ejecuciones en medio de la pugna interna del Cártel de Sinaloa: quien se hacía llamar “El Chilango”, un tiktoker de Culiacán que expresaba abiertamente su simpatía por La Chapiza (los hijos de El Chapo Guzmán), fue asesinado a tiros tras haber alabado públicamente a capos de esa facción.

Le siguieron otros casos en 2024, el youtuber Leovardo Aispuro “El Gordo Peruci” –famoso por sus retos y bromas– fue ultimado frente a su casa en Culiacán luego de alardear en videos sobre las armas de alto calibre que poseía. Su colega Miguel “El Jasper” Vivanco, de 29 años, apareció torturado y sin vida en noviembre del mismo año; más tarde se supo que las autoridades estadounidenses lo tenían en la mira por presunta distribución de fentanilo para el cártel de los Chapitos.

A Justin Paul “El Pinky” (influencer de 22 años) lo hallaron atado de manos y ejecutado a principios de 2025; en redes circuló un video espeluznante donde El Pinky, golpeado, “confesaba” haber filtrado información al bando rival de El Mayito Zambada, en la guerra intestina del cártel, aunque la autenticidad de ese video no fue confirmada oficialmente, la sola difusión de estas imágenes muestra la crueldad con la que operan los grupos criminales contra quienes perciben como traidores o amenazas.

También hay víctimas ajenas a esas disputas directas pero que, por su exposición pública, se convirtieron en blancos.

En Monterrey, la modelo e influencer Cindy Hernández “La Barbie Regia” fue encontrada asesinada en 2024 en su departamento, en un caso aún sin resolver pero rodeado de misterio.

Y en marzo de 2025, el hermano de Markitos Toys –uno de los youtubers más populares del norte de México, conocido por su ostentación y supuesta cercanía con narcos– fue baleado en un restaurante de Ensenada, Baja California.


Este último hecho disparó rumores de un ajuste de cuentas dirigido al propio Markitos por sus vínculos y contenidos relacionados con cárteles, aunque él lo negó.

Los ejemplos continúan, pero todos comparten un trasfondo común: ser influencer en ciertas regiones de México conlleva riesgos letales cuando la fama se cruza con el crimen.

Las causas detrás de estos ataques varían: en algunos casos es la imprudencia o provocación –insultar a un capo, exhibir lujos asociados al narco, elogiar a la facción equivocada–; en otros, la colaboración activa con delincuentes –sea como informantes, prestanombres o hasta distribuidores de droga–; y en otros más, asociaciones sentimentales o amistades peligrosas que meten a los jóvenes creadores en la órbita de los cárteles.

Por ejemplo, se supo que la influencer Jacky Ramírez (ex participante de reality shows) salió con un operador del CJNG apodado “La Flaca”, quien fue asesinado en 2024 en un ataque armado; esa relación la expuso involuntariamente cuando ocurrió la masacre en la que él murió.

En cada situación, la presencia en redes sociales amplifica el perfil de estos jóvenes –para bien y para mal–, haciendo pública su imagen, sus palabras y a veces su ubicación en tiempo real.

Expertos señalan que en sitios como Sinaloa ha emergido incluso una “subcultura” de los narco-influencers o “chiquinarcos”, donde algunos jóvenes glorifican abiertamente a los capos y adoptan su estética en busca de fama digital.

“TikTok se ha convertido en una plataforma popular entre un grupo de personas conocidas... como ‘chiquinarcos’: una subcultura… cuya característica principal es la admiración y emulación hacia figuras y prácticas del narcotráfico”, describe una tesis académica de la Universidad de Virginia.

Esta normalización del narco en la cultura juvenil puede llevar a que ciertos influencers se involucren demasiado con personajes peligrosos o sean percibidos como voceros de una facción criminal, haciéndolos objetivo de la facción contraria.

De hecho, a inicios de 2024 en Culiacán, aparecieron narcomensajes impresos acusando a varios youtubers y tiktokers de colaborar con un bando del cártel; en los mismos volantes, junto a fotos de influencers asesinados, se leía la palabra “eliminado” en señal de ajuste de cuentas. Es un escenario escalofriante donde la fama en redes se mezcla con las guerras del narco.

Exposición y vulnerabilidad en la era de las redes

El caso de Valeria Márquez encapsula muchas de estas problemáticas, si bien su contenido se enfocaba en belleza y estilo de vida, y no en narco-corridos ni armas, su vida personal parece haberla acercado a riesgos parecidos a los de los llamados narco-influencers. Su exposición pública –transmitiendo en vivo desde un lugar conocido, compartiendo detalles de su día a día con miles de seguidores– pudo haber facilitado que alguien supiera dónde encontrarla y a qué hora. La promesa de un regalo la mantuvo en línea y en el sitio; su confianza (o la presión de quedar bien ante la audiencia) pudo frenar la alarma que sentía.

Este equilibrio delicado entre interactuar abiertamente con fans y resguardar la seguridad personal es un desafío constante para los creadores de contenido actuales. Las redes sociales brindan fama y fortuna a muchos, pero también los vuelven predecibles y accesibles para quienes busquen hacerles daño. En palabras de un usuario tras la muerte de Valeria:

“¿De qué sirve tener mil fans si cualquiera sabe dónde encontrarte?”, reflexión que lamentablemente resuena en cada velorio de un influencer caído.

México enfrenta una situación única donde la violencia generalizada –ya sea por crimen organizado o feminicidios– alcanza nuevas dimensiones al transmitirse en directo por internet. Lo ocurrido con Valeria Márquez recuerda dolorosamente a todos que la vida no es un filtro de Instagram: las amenazas son reales y navegan las mismas plataformas que usamos para entretenernos.


La joven emprendedora, que en 2021 ganó un concurso de belleza y soñaba con expandir su marca de cosméticos, hoy es recordada con dolor por sus seguidores y familia. Su caso plantea duras preguntas sobre cómo proteger a quienes se han vuelto figuras públicas a muy temprana edad, sin más seguridad que una contraseña en su perfil. También pone en tela de juicio el papel –positivo y negativo– de las redes: fueron su trampolín a la fama, pero también el escenario de su asesinato.

A medida que avanzan las investigaciones oficiales, la muerte de Valeria Márquez se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad de la juventud expuesta en redes sociales, ya sea que el culpable resulte ser un exnovio obsesivo, un sicario del narco o alguna combinación perversa de ambos mundos, el hecho es que su historia no debería repetirse, su nombre engrosa la estadística sombría de feminicidios en Jalisco y la lista negra de influencers asesinados en México, ambas muestras de una violencia que no distingue ámbitos.

Hoy, tanto autoridades como la sociedad observan con atención este caso esperando respuestas:

¿Fue Valeria víctima de la violencia de género por parte de alguien cercano? ¿O pagó con su vida el precio de estar ligada –voluntaria o involuntariamente– a un criminal?

Cualquiera sea la verdad, el reportaje de su vida truncada nos obliga a reflexionar sobre los peligros reales detrás de la fama virtual.

En un país donde alzar la voz o la cámara puede ser motivo de muerte, la tragedia de Valeria Márquez demanda justicia y nos recuerda la urgencia de frenar la normalización de la violencia que acecha, silenciosa pero constante, en el mundo digital.

Fuentes consultadas: Fiscalía de Jalisco, Infobae, Univision, BBC News, testimonios en redes sociales y diversos medios de comunicación y Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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