Violencia en Disputa Familiar por Una Cosechadora

• Desatan temor en Álvaro Obregón Nuevo

Ricardo Jesús Rivas / CAMBIO 22

CHETUMAL, 12 de septiembre. – El poblado Álvaro Obregón Nuevo, en Othón P. Blanco, fue escenario de un violento hecho que muestra la fragilidad de la seguridad rural y la falta de resolución de conflictos legales. La tarde del jueves, un conflicto por la propiedad de una cosechadora derivó en amenazas, golpes y el robo de pertenencias a manos de hombres encapuchados y armados, lo que dejó a varias familias en la incertidumbre y al poblado sumido en el miedo.

De acuerdo con los testimonios recabados por la Policía de Investigación, el caso tiene un trasfondo de disputa familiar que se arrastra desde hace al menos dos años. María Lucinda, asegura ser la legítima propietaria de la maquinaria, heredada por su esposo y denunciada como robada por sus propios sobrinos. Este jueves, cuando acudió al domicilio donde había sido localizada la cosechadora, acompañada de documentos que acreditaban la propiedad, fue sorprendida por sujetos armados que despojaron a los presentes de celulares, documentos y hasta dinero en efectivo.

El testimonio de Dora Alicia, esposa de otro de los involucrados, confirma que los hombres armados irrumpieron violentamente en la comunidad, amenazando y golpeando a varias personas. Aunque en un inicio se reportaron detonaciones de arma de fuego, la autoridad no localizó casquillos en la zona, lo que siembra dudas sobre la veracidad de algunos reportes iniciales y evidencia el descontrol con el que se manejó la situación.

La tensión escaló por la noche, cuando un nuevo reporte alertó sobre la presencia de seis hombres encapuchados que habrían robado no solo documentos y teléfonos, sino también alrededor de 90 mil pesos en efectivo. El caso quedó asentado en la carpeta de investigación FGE/QROO/OPB/09/4702/2025, aunque la falta de una respuesta inmediata y contundente deja a los pobladores con la sensación de estar a merced de grupos armados en plena zona rural.

La disputa por una cosechadora, que debió arreglarse en los tribunales, terminó exponiendo a familias enteras a un clima de terror, en un municipio donde la autoridad municipal es ausente y la estatal llega tarde.

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