Redacción/CAMBIO22

Cancún, QRoo, 3 de junio de 2025.- La justicia alcanzó finalmente a Julio César de la Fuente Hernández, quien fue sentenciado a 50 años de cárcel por el feminicidio atroz de una joven turista china en Cancún. El crimen, que estremeció a la comunidad local e internacional, dejó una cicatriz en la imagen turística del Caribe mexicano y evidenció la vulnerabilidad de las mujeres extranjeras en un destino que promete paraíso, pero a veces esconde infierno.

La víctima, una ciudadana china cuya identidad permanece reservada, contrató un tour turístico para conocer Tulum, Cobá y el Gran Cenote el 24 de mayo de 2022. Sin embargo, jamás regresó a su hotel. El conductor de la unidad, De la Fuente Hernández, desvió la ruta y la condujo a un punto apartado. Al día siguiente, su cuerpo apareció en la avenida Chetumal, en la región 225 de Cancún: con signos evidentes de violencia física, abuso sexual y múltiples lesiones.

La brutalidad del crimen y la crueldad con la que fue ejecutado indignaron a la sociedad. La Fiscalía General del Estado logró reunir contundentes pruebas: videograbaciones, análisis genéticos y el hallazgo en casa del imputado del celular y pasaporte de la víctima, así como fluidos biológicos compatibles. Todo apuntaba a un solo hombre: el guía que debía garantizarle seguridad y experiencia, pero que la traicionó con muerte.

La jueza del caso no titubeó. Con base en las pruebas aportadas, dictó sentencia condenatoria: medio siglo tras las rejas, una multa de 288 mil 660 pesos, y una reparación del daño superior a los 874 mil pesos. El caso sacudió a Cancún, un destino que recibe millones de visitantes cada año y que ahora carga con la sombra de un crimen que no solo arrebató una vida, sino que expuso los peligros que aún acechan detrás del turismo de apariencias.

 

 

 

 

 

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