Tras Ejecución y Persecución Armada, Alcaldesa Apela a la “Prevención en Casa” y Evade Responsabilidades Institucionales

Redacción/ CAMBIO22

Luego de la ejecución de un objetivo prioritario, una persecución armada por calles céntricas y la suspensión de actividades escolares, la presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, Mary Hernández, fijó postura a través de redes sociales con un mensaje que, lejos de aclarar los hechos, trasladó el foco de la crisis de seguridad a la responsabilidad familiar y doméstica.

En su pronunciamiento, la alcaldesa afirmó que desde el primer momento se activó un operativo conjunto entre los tres órdenes de gobierno y agradeció la intervención de fuerzas federales, estatales y municipales, asegurando que se obtuvieron “resultados positivos” que serán informados posteriormente por las autoridades competentes, sin ofrecer datos concretos sobre detenidos, objetivos cumplidos o riesgos colaterales.

El mensaje fue emitido horas después de un enfrentamiento armado que dejó una persona ejecutada en la colonia Cecilio Chí, daños materiales a vehículos particulares —algunos presuntamente de personal médico— y un clima de incertidumbre que obligó a instituciones educativas a suspender festividades navideñas, evidenciando que la violencia impactó directamente en la vida cotidiana de la población.

Pese a este contexto, la presidenta municipal centró su llamado en exhortar a madres y padres a “cuidar a sus hijos” y subrayó que “la prevención comienza en casa”, una narrativa que ha generado cuestionamientos al considerar que minimiza la responsabilidad del gobierno local en la contención de grupos delictivos y en la prevención estructural del crimen.

Aunque la edil aseguró que no se bajará la guardia y que se ha reforzado la vigilancia, hasta el cierre de esta información no existe un informe oficial detallado que explique cómo un generador de violencia operaba en el municipio, por qué el jefe de plaza logró escapar del operativo, ni qué falló para que una acción de seguridad derivara en persecuciones y daños a civiles.

Mientras el discurso institucional apuesta por mensajes de valores y corresponsabilidad social, la realidad en Felipe Carrillo Puerto muestra una ciudadanía resguardada, escuelas cerradas y tradiciones suspendidas, en un escenario donde la exigencia central sigue siendo una estrategia de seguridad eficaz, transparente y asumida plenamente por la autoridad municipal, no delegada al ámbito familiar.

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