Sisal: Familias Rescatan los Manglares que el Gobierno Olvidó
5 Oct. 2025
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Mientras autoridades presumen cifras de recuperación, son los pobladores quienes sostienen el trabajo real de restauración.
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El proyecto RE3CO reporta 22 mil hectáreas rehabilitadas en la Península, pero sin claridad sobre los resultados específicos en Yucatán.
Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22
SISAL, Yucatán.– En el litoral norte del estado, donde el mar y el manglar conviven desde siglos, las familias del puerto de Sisal han decidido actuar por cuenta propia. Con palas, chalanas y la fuerza de su comunidad, han emprendido una de las tareas más importantes del siglo, rescatar los ecosistemas que el Estado solo presume en cifras.
El proyecto RE3CO (Restauración y Conservación de Humedales Costeros y Desarrollo Comunitario), impulsado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI México) en alianza con Ducks Unlimited México (DUMAC), el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del PNUD, y el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Yucatán, busca restaurar los manglares y humedales de la Península bajo un enfoque de desarrollo comunitario.

Según los datos más recientes difundidos por DUMAC, el proyecto ha logrado restaurar la hidrología de más de 125,000 hectáreas de humedales y recuperar 22,250 hectáreas de manglar en la región del Golfo de México y el Caribe mexicano.
Sin embargo, no existe información pública desglosada que especifique cuántas de esas hectáreas corresponden al municipio de Hunucmá ni a la zona de Sisal, lo que deja en duda la magnitud real del impacto local.

El esfuerzo familiar que mantiene vivo el manglar
Las familias de Sisal han construido más de 2 kilómetros de canales y abierto 10 pozos de agua dulce, acciones destinadas a restablecer el flujo natural del agua, disminuir la salinidad del suelo y permitir que el manglar rojo y el negro vuelvan a expandirse.
Entre los testimonios locales destaca Yisvi Guadalupe Pech Basto, mujer originaria del puerto que lidera viveros y brigadas de monitoreo ambiental.
“El manglar es nuestra barrera natural contra los huracanes y lo cuidamos como cuidamos a nuestros hijos”, expresó durante una visita técnica de la SDS.

El poblador Abel Alejandro Novelo Esquivel, quien participa junto a su familia, relató que el proyecto “nos ha unido como comunidad; los hombres apoyamos a las mujeres, las acompañamos a las zonas de trabajo y todos aprendimos lo importante que es proteger la naturaleza”.
Estas labores se han convertido en una escuela ambiental para nuevas generaciones y en una alternativa económica para familias que antes dependían únicamente de la pesca y el turismo estacional.

Cifras sin transparencia y el vacío de evaluación
Aunque la SDS, encabezada por Neyra Silva Rosado, ha reconocido públicamente el papel comunitario de Sisal, no hay informes técnicos disponibles que detallen el presupuesto invertido por el gobierno estatal en la restauración ni los resultados medibles a nivel local.
El proyecto RE3CO aparece en los portales de WRI México y Sursureste.org.mx con líneas de trabajo que incluyen restauración, generación de capacidades y mecanismos financieros para comunidades costeras.

Sin embargo, no hay un documento oficial que publique indicadores ambientales o socioeconómicos específicos del sitio de Sisal, como biodiversidad recuperada, emisiones evitadas o seguimiento postproyecto.
Expertos ambientales consultados por el Diario CAMBIO 22 advirtieron que sin monitoreo permanente, los manglares pueden volver a degradarse en pocos años por la falta de mantenimiento, el avance urbano o la contaminación costera.
El contraste entre discurso y realidad
Mientras las dependencias federales y estatales destacan el “éxito” de los programas de restauración, las comunidades siguen trabajando con recursos limitados.
El proyecto RE3CO, aunque internacional, depende de donaciones y cooperación técnica, lo que pone en riesgo su continuidad en caso de recortes o cambios administrativos.
En Sisal, el panorama es claro, la restauración no se sostiene con ruedas de prensa, sino con trabajo de campo.
Las familias han transformado el discurso ambiental en acción cotidiana, demostrando que la verdadera conservación nace desde abajo, no desde los escritorios.

El manglar, símbolo de resistencia
Los manglares no solo son hábitats vitales para peces y aves migratorias, son la barrera natural que protege a Yucatán de los huracanes, capturan carbono y mitigan los efectos del cambio climático.
Aun así, en varias zonas del litoral peninsular continúan las presiones urbanas, los desarrollos turísticos y la deforestación para infraestructura.
Los habitantes de Sisal lo saben y lo enfrentan con herramientas simples, agua, barro y determinación.
“No esperamos al gobierno; si nosotros no cuidamos el manglar, nadie lo hará”, afirmó un pescador local.

El proyecto RE3CO ha permitido visibilizar la importancia de la restauración ecológica en la Península, pero la falta de datos locales, evaluación independiente y transparencia en la aplicación de recursos pone en entredicho el alcance real de las cifras oficiales.
Con Información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
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RHM/GCH




















