La colombiana reunió a más de 780 mil fans en el Estadio GNP, consolidándose como la artista con más presentaciones en ese recinto.

 

El tour Las mujeres ya no lloran concluirá en México el 24 de septiembre con un show en el Estadio Luis “Pirata” Fuente de Boca del Río.

 

Redacción/CAMBIO 22  

La historia de amor entre Shakira y México cerró su capítulo más épico y facturable hasta ahora. El concierto final de su paso por el país, como parte de “Las mujeres no lloran World Tour”, la coronó como la artista con mayor número de presentaciones en el Estadio GNP. 12 shows completamente agotados, más de 780 mil fanáticos. Una locura.

Pero más allá de los números, lo que sucedió durante la última noche el pasado jueves 18, fue la reafirmación del casi místico vínculo entre Shakira y su público, que reconoce en ella diversas facetas: desde resiliencia y el empoderamiento femenino, hasta el más palpitante deseo sensual y amor incondicional, lleno de ternura.

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Así se vivió, incluso desde antes de que comenzara el show. “¡Claro que sí: ella es nuestra loba y nosotras somos su manada! Yo sí creo que Shakira es una inspiración para todas. Siempre ha sabido cómo salir adelante y nunca repetirse, a pesar de todo. Yo siento que el amor que le tenemos es porque siempre ha sido muy transparente, auténtica”, dijo Carolina, en una brevísima entrevista con El Sol de México.

Caro iba caracterizada igual que sus cuatro amigas: peluca morada de corte Cleopatra, camisa blanca, corbata, ligueros y minifalda negras, en alusión al video musical de “Las de la intuición”, una de las canciones más famosas de la cantante colombiana.

“Es que ‘Shaki’ lo tiene todo, todas sus facetas nos gustan”, agregó otra chica del grupo, que fue interrumpida, cuando de pronto, en las pantallas del escenario comenzó a reproducirse una animación de Shakira caminando pesadamente en un desierto donde cayó hecha polvo para luego renacer.

Entonces la verdadera Shakira apareció caminando entre el público con una apariencia futurista, desatando la euforia de las 65 mil almas presentes, completamente extasiadas por su ídolo que comenzó a cantar “La fuerte” y “Girl Like Me”. Canciones que marcarían un compás constante en el repertorio: letras de desamor y otras del más puro y libre deseo.

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Una verdadera comunión

“¿Saben lo que es para un artista llegar a un país como México, donde han cantado las estrellas más grandes de la historia? De verdad que tengo un ángel en el cielo. Yo pensaba que iba a ser un bonito reencuentro con mi público mexicano porque siempre ha sido tan leal y cantarían las canciones de antes, pero resulta que cantan hasta la última canción a puro pulmón”, expresó Shakira, ante un público que gritó de emoción con arreglos electrónicos de canciones como “Las de la intuición” y “Estoy aquí”.

De verdad que han sobrepasado totalmente mis expectativas. Me han dado todo lo que una artista puede pedir. Me han hecho sentir a mí y a mis hijos como en casa y por eso les digo ¡gracias! 

“Definitivamente la vida tiene formas de recompensarlos a uno. Ustedes saben que mi vida no ha sido tan fácil en los últimos años. De las caídas nadie se salva, pero lo que sí sé es que nosotras las mujeres, cuando nos caemos, nos levantamos un poquito más sabias, fuertes y resilientes”, agregó la cantante.

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Así Shakira fue acercándose más y más con su público que coreaba cada grupo de canciones, las cuales contaban con teatrales transiciones como en “Te felicito”, cuando la colombiana liberó un robot con el que bailó a pasos entrecortados, y fantásticas animaciones en las que ella misma se trasformaba en fuego, en sirena o en una loba que cuida a sus hijos.

Shakira en todo momento bailó, pero hubo espacios que se permitió mostrar todo su talento de caderas, al son de ritmos de Oriente, África y América Latina, con versiones extendidas de canciones como “Hips Don’t Lie”, “La tortura” o “Pies descalzos”.

La danza provocó sensuales reacciones de mujeres que respondían agitando las faldas árabes de pajuelas de oro, al igual que las pelucas que portaban. No faltó el varón que ante los movimientos de la columna de la colombiana quedaba con la boca abierta ante tal hipnosis.

Pero también hubo momentos de gran ternura y amor compartido, como en las canciones “Inevitable”, “Acróstico” —que Shakira dedicó a su hijo— y “Día de enero”, que los vendedores de cerveza se cantaban unos a otros. Canciones que las fans Susana y su hija Ana Sofía, de 10 años, cantaron de un modo especial en las gradas. “Es su primer concierto en la vida y quiero que se quede un bonito recuerdo en la memoria”, dijo Susana a este reportero.

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Las lobas aúllan

Las muestras de agradecimiento a México por parte de Shakira no sólo se quedaron en palabras, sino también en la música.

Ah, qué bonito fue escuchar al GNP corear “Sombras nada más”, de Javier Solís, que la colombiana ha dicho es la favorita de su padre; y qué bien se escuchó “Ciega, sordomuda” en regional mexicano, mientras ella aparecía vestida de mariachi. Y de ahí se soltó el jolgorio con canciones como “Waka Waka” y “Suerte”.

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Gran parte del concierto estuvo acorde con el concepto de toda la gira “Las mujeres ya no lloran”. Shakira proyectó en el escenario “Los 10 mandamientos de las lobas”, que los presentes aplaudieron emocionados. Llamó al escenario a la cantante mexicana Danna para volver a ser su artista invitada en el tema “Soltera”; todas las presentes lo dieron todo con “Monotonía” y el cierre fue un un gran aullido al coro unísono de “Loba”.

El próximo 24 de septiembre Shakira se despide de la segunda etapa de su gira por México con un concierto en el estadio Luis “Pirata” Fuente de Boca del Río, Veracruz, y después llevará sus pasos a Estados Unidos y otros países de Latinoamérica. “Nos diste todo y ya te extrañamos, Shaki”, dijo alguien entre la multitud al partir del estadio.

 

Fuente: El Sol de México

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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