La NASA Descubre Siete Nuevos “Cometas Oscuros”, Similares a los Asteroides
13 Dic. 2024
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Aunque se parecen a asteroides, los cometas oscuros presentan comportamientos similares a los de los cometas, revelando características únicas que los hacen fascinantes para la ciencia
Redacción / CAMBIO 22
Aunque su nombre sugiere que son cometas, la forma de los “cometas oscuros” es más cercana a la de un asteroide al no tener “cola”. Sin embargo, a veces presentan grandes aceleraciones debido al gas expulsado de su superficie y muestran un movimiento parecido al de un cometa. En estas características, el cometa oscuro es muy similar a 1I/’Oumuamua, que fue identificado en 2017 como el primer objeto interestelar procedente de fuera del Sistema Solar.
El 9 de diciembre, la NASA confirmó el hallazgo de siete nuevos cometas oscuros, objetos sumamente interesantes y misteriosos. La lista de estos objetos celestes asciende a un total de 14, y queda claro que los cometas oscuros pueden clasificarse en al menos dos tipos: interiores y exteriores del Sistema Solar.
Un “asteroide” proporcionó la primera pista
En 2016 se descubrió la órbita del objeto celeste 2003 RM; al principio se creía que era un asteroide, pues era ligeramente diferente de la órbita esperada en los cálculos. Este cambio fue causado por la aceleración del objeto; sin embargo, este incremento era tan grande que no podía aplicarse por el efecto Yarkovsky, que es la causa más común de la aceleración de los asteroides. Se llama efecto Yarkovsky al que ocurre cuando un cuerpo celeste se calienta por la radiación del sol, y este a su vez irradia calor en forma de ondas electromagnéticas. Las ondas tienen presión y, aunque están influenciadas por varios factores, aceleran el cuerpo celeste en una cantidad muy pequeña y afectan a su órbita.
Sin embargo, la aceleración provocada por el efecto Yarkovsky es insignificante. Los especialistas teorizan que la gran aceleración que provocó el cambio orbital del RM 2003 probablemente se debió a erupciones de gas en la superficie. “Cuando se observa tal cambio en la órbita de un objeto celeste, el cambio se debe a la aceleración debida a la desgasificación de la superficie, y el objeto generalmente se considera un cometa”, explica el coautor del artículo.
No obstante, no importa cuánto se busque, no se puede encontrar la cola parecida a la de un cometa en el RM 2003. Durante mucho tiempo, los astrónomos no tuvieron más remedio que tratar este cuerpo como un “objeto extraño” que no podían comprender en su totalidad. En 2017, se confirmó que ‘Oumuamua era el primer objeto interestelar que se decía que provenía de fuera del Sistema Solar, también tenía cola y su órbita cambió como su estuviera acelerando debido al gas que brotaba de la superficie.
Por supuesto, ‘Oumuamua es diferente de un cometa oscuro, aunque similar a él. “El hecho de que ‘Oumuamua, que vino de fuera de nuestro Sistema Solar, fuera tan similar a 2003 RM lo hizo aún más interesante”, recuerda Farnocchia, autor secundario del estudio. Desde entonces hasta 2023, los astrónomos identificaron un total de siete objetos extraños que parecen asteroides, pero que se mueven como cometas, los denominaron cometas oscuros.
El conocimiento del cometa oscuro avanza poco a poco
En esta ocasión, la NASA confirmó siete nuevos cometas oscuros, lo que eleva el número total a 14. Esto reveló las diferencias en las propiedades de los cometas oscuros y mostró que se pueden clasificar en al menos dos tipos: “Tenemos el número suficiente de cometas oscuros para empezar a considerar si podemos clasificarlos utilizando algún criterio”, afirma Darryl, investigador postdoctoral en el Departamento de Física de la Universidad Estatal de Michigan.
De acuerdo con el equipo de investigación, los cometas oscuros se pueden dividir en dos grupos según su reflectancia de luz y su análisis orbital: “cometa oscuro en el Sistema Solar Interior” o “cometa oscuro en el Sistema Solar Exterior”. Los primeros habitan en la parte interior, e incluyen a Mercurio, Venus, la Tierra y Marte; su órbita es casi circular y su tamaño es pequeño, de menos de unas pocas decenas de metros. Por otro lado, la segunda categoría incluye a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, su órbita es elíptica y su tamaño es grande, de varios cientos de metros.
A pesar de estos nuevos descubrimientos, quedan muchos misterios: cuál es el origen de estos cuerpos celestes y cuál es la verdadera causa de su aceleración anormal. También falta desvelar si los cometas contienen hielo de agua. “Los cometas oscuros son un nuevo candidato para la fuente de materiales necesarios para la vida en la Tierra. Cuanto más aprendamos sobre ellos, más entenderemos su papel en la formación de la Tierra”, concluye el estudio.
Fuente: Wired
GPC/AGF