• El periodista y abogado reconstruye en su nuevo libro el caso de Andrés Mendoza Celis, documentando el modus operandi del mayor feminicida serial de México y exponiendo las falencias del sistema que permitieron su impunidad

 

Redacción / CAMBIO22

A cuatro años de la captura del feminicida Andrés Mendoza, conocido como el “Caníbal de Atizapán”, el abogado Javier Tejado Dondé publica un libro que desmenuza el caso, resultado del trabajo de dos años de investigación en el que lo apoyó un equipo de nueve personas.

“El Caníbal de Atizapán. La historia del mayor asesino serial de México”, muestra por primera vez el perfil de este feminicida, el modo y las dimensiones de sus actos, a través de consulta de evidencias y carpetas de investigación, además de entrevistas con familiares de las víctimas, los agentes que hicieron el hallazgo de los crímenes y el mismo asesino.

Qué ha sido del “Caníbal de Atizapán”, el mayor asesino en la historia de  México?

“Este es un feminicida que rebasó cualquier historia que hayamos visto”. Cuando menos, nosotros tenemos documentadas más de 50 víctimas, pero el número puede ser aún mayor, tanto por los más de cinco mil restos óseos encontrados en un sólo predio; como por lo que dijo a los policías que lo detuvieron, que mataba dos mujeres por semana.

“Nunca más presumió más del tema, pero dos mujeres por semana en 30 años de carrera delictiva es un número tremendo”, dice Javier Tejado Dondé, en entrevista con El Sol de México, quien cuenta que el asesino solía documentar de puño y letra sus actos en un álbum y en videos.

“Lo que se encontró supera cualquier libro de true crime y de ficción. Esto es real, es una persona que a lo largo de 31 años documentó sus crímenes. He visto muchos documentales y videos de true crime y no hay un caso como este, el FBI ya lo usa para entrenar en el tema de asesinos seriales y psicópatas”, afirma.

El feminicida que el estado no quiso ver

Tras dos años de investigación, el periodista afirma que las características de las víctimas de este asesino serial serial respondían a un patrón específico: “mujeres en estado vulnerable, muchas veces madres solteras, a las que les ofrecía apoyos económicos y sociales”.

Un dato que hace pensar que estos actos pudieron prevenirse o detenerse con mucha anticipación, pues fue hasta que el feminicida cambió este patrón, al desaparecer Reyna González Amador, una “mujer casada, en un entorno familiar estable”, esposa del jefe de las fuerzas especiales de Tlalnepantla, quien rompió protocolos para encontrarla.

“Si las instituciones mexicanas atendieran de mejor manera a las mujeres vulnerables, en primer lugar, ellas no caerían en este tipo de trampas. Pero si también hicieran las investigaciones correctas de las mujeres desaparecidas a él lo hubieran agarrado”, comenta el periodista, que en el libro documenta cómo este feminicida logró ser presidente de participación ciudadana de su colonia e incluso hizo campaña política a favor del alcalde Pedro Rodríguez.

JAVIER TEJADA

“Hay que reiterar que fue hasta que una familia desesperada, que decidió hacer su propia investigación, se dio con la casa del asesino serial”.

“Estamos hablando de un dato contrastante, pues durante 31 años ninguna autoridad lo pudo ubicar, y una familia con recursos propios y de una manera muy rupestre en menos de 24 horas supieron el paradero de su familiar”, afirma Tejado Dondé, quien agrega que los vecinos sospechaban que algo siniestro pasaba en el lugar, pero no dijeron nada.

El asesino que humillaba mujeres por placer

Durante la investigación se logró entrevistar al feminicida, recluido en la cárcel de Tenango del Valle. Además, se consultaron los exámenes médicos y psicológicos del mismo.

“Temas que a cualquier ser humano le generan tristeza o dolor a él le producen felicidad. Es decir, es un psicópata, pero entiende perfectamente qué es el bien y qué es el mal”. Es una persona que sabe que lo que hacía estaba mal, pero que disfrutaba hacerlo.

“Los actos de violencia y feminicidios contra las mujeres que cometió durante todo ese tiempo los hizo porque se sentía superior a ellas; las mujeres eran solamente instrumentos para él, le gustaba humillarlas y controlarlas. Hay muchas explicaciones de por qué pudo haber pasado esto, pero creo todas son injustificables”, dice.

Javier Tejado relata que poder acceder a esta información no fue fácil. Durante las pesquisas varios entrevistados fueron amenazados e incluso miembros del equipo. Las ganancias de este libro serán donadas a las causas de la Fundación Origen, avocada a apoyar a mujeres en situaciones de violencia.

 

 

 

Fuente: El Sol de México

redaccion@diariocambio22.mx

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