Eva, Víctima de Violencia Vicaria es Ignorada por Autoridades Judiciales en Quintana Roo; Su Exesposo busca un Objetivo: Destruirla, para que se fuera de México, Desapareciera y se Olvidará de su hija y del Dinero, que le Debe.
24 Jul. 2024
-
Necesariamente Incómoda.
Graciela Machuca Martínez/ CAMBIO 22
Eva, de origen checo, vive en México desde hace 16 años. Dos años después que se instala en territorio mexicano, en 2010, conoce a Alejandro Suárez Labastida con quien vivió primero en unión libre, posteriormente en matrimonio hasta el año 2019, cuando se divorcian.
De esta relación nace en el año 2012 su hija, hoy siendo una menor de 11 años. La historia de amor que comenzó en 2010 se convierte en un caso grave de violencia psicológica, económica, explotación, humillaciones, internamiento en una clínica, amenazas de quitarle su hija, descreditarla y destruirla, al razón de cuáles Eva decide finalmente salir del matrimonio. Logra separarse de Alejandro por medio de IQM en diciembre 2019. Se acuerda custodia compartida porque así lo impone Alejandro para no tener que pagar alta manutención pero en realidad la mayoría del tiempo procrea su niña Eva siendo feliz que sea así. Desde Mayo 2020 Alejandro no quiere pagar, lo que se acordó en el convenio de divorcio y Eva lo demanda por unos cheques, que le estaba debiendo. El juicio mercantil tarda y en el otoño 2021 Eva acepta una oportunidad laboral en extranjero por el periodo de tres meses, después del acuerdo previo con Alejandro. La principal razón de la salida laboral es darle a su niña la mejor vida posible, que siempre le ha dado. “Recuerdo, que al consultarlo con mis padres, mi mamá tuvo preocupaciones, que deje mi niña tanto tiempo con su padre, ya sentía, que era por venir…. Pero yo estaba tan segura, que nada y nadie nos puede separar con mi niña, éramos como chicles, acostándonos y despertando en la misma cama casi 10 años de nuestras vidas incluyendo mi embarazo..y entonces fui y dos meses después comenzó la peor pesadilla de mi vida, que no termina hasta día de hoy… y vaya que pensé, que ya nada me puede doblar después de muerte violenta de mi única hermana hace 9 años…. Y la vida te muestra, que si ….”
Cómo lo he narrado en este espacio, el caso de Eva se trata de violencia vicaria, de violencia institucional y de violencia de género, en el que están involucradas personas servidoras públicas de la Fiscalía General del Estado, así como del Poder Judicial del Estado, quienes protegen a hombres que ejercen violencia contra mujeres, pero que forman parte de una comunidad “secreta exclusiva” que los une el poder económico y político y que reciben protección y asesoría de jueces y magistrados.
El objetivo de Alejandro es controlar a través de su hija a Eva, ejerciendo violencia vicaria, amenazándola de vida diciéndola “diles a tus padres, que estás en Mexico y que te puede pasar cualquier cosa en cualquier momento”… A través de los años el objetivo es también causarle a Eva daño emocional y mental – o se trataba de la estancia en clínica bajo de amenazas, o un intento de Alejandro sacar de una persona médica un certificado médico, donde declararía a Eva “loca”. “Eso pasó todavía durante de nuestro matrimonio, en el año 2018 y la misma persona médica me vino advertir sobre el evento para que tenga cuidado con el… desde entonces estoy en contacto con mi embajada y tienen todo un expediente sobre mi caso con mi ex marido… Las clínicas son solución favorita de Alejandro al parecer”, dice sarcásticamente Eva”, su segunda mujer también la quiso internar pero la salvo su mamá, que llegó de Cuba. Su hija mayor del primer matrimonio la tuvo internada durante de 15 años por todos lados hasta en Argentina… hasta que recién le dijeron doctores, que está echando a perder a su vida y ya no permitieron más internaciones… y era por fumar marihuana y tomar unas pastillas originalmente. Hasta convenció a los padres de su yerno – marido de su segunda hija, que lo internarán.. por fumar marihuana también…” recuerda Eva.
Durante estos años Eva ha sufrido una serie de agravios por parte de Alejandro ante los cuales las autoridades judiciales guardan silencio y se convierten en cómplices, porque no ejercen la justicia para proteger sus derechos. De abril de 2022 a junio de 2023, solo 4 veces se le permitió ver a su hija, a pesar de que repetitivamente le
le pidió a juez convivencias con su niña. Una de las abogadas que contrató Eva se prestó al juego de Alejandro, a tal grado que no le informó de la realización de una audiencia, por lo que el juez tomó decisiones en su ausencia, basadas a elementos inválidos y contra favor de Eva.
El sistema judicial de Quintana Roo, con sus acciones de complicidad, la ha impedido a Eva tener un trato normal y permanente con su hija, se le prohíbe participar en el proceso de educación y formación; el padre, toma decisiones unilaterales respecto a los asuntos que incumben a los dos porque legalmente Eva tuvo custodia compartida, pero los jueces le permiten que él tenga la menor exclusivamente bajo de su influencia.
Por ejemplo, si la niña no quiere estudiar, el papá le dice que solo importa sumar y restar para que nadie le robe. Eva lamenta ver que su hija “se está transformando en un ser con valores superficiales y no tengo manera como pararlo”.
Otro de sus cuestionamientos es que su hija no es llevada a los encuentros con ella programados previamente al Centro de Convivencia Familiar Supervisada (CECOFAM), mismos que en los últimos meses se tiene documentado el 50 por ciento de inasistencias, pero ni las autoridades de la institución ni el juez que lleva el caso intervienen para que esas anomalías sean corregidas.
Eva presentó en enero de 2022 una denuncia por violencia familiar, otra por sustracción y retención de menor, sin embargo, en ninguna de esas carpetas de investigación aparece como víctima, lo que representa una anomalía legal.
Él presentó una denuncia por violencia familiar en contra de Eva a nombre de la niña, pero hasta el momento no ha promovido que avance esa investigación, incluso en ningún momento se presentó el testimonio de la hija como prueba de esa violencia familiar.
En el año 2023 Eva denunció violencia vicaria y en esa carpeta de investigación si se encuentra como víctima, pero ha sido objeto de revictimización por parte de los juzgadores de primera y segunda instancia, quienes se niegan tomar en cuenta las pruebas que ha presentado, por lo que emiten resoluciones sin fundamentos jurídicos y mucho menos con perspectiva de género.
El 14 de julio de 2024 volvió a presentar la denuncia por sustracción y retención de su hija, en contra del papá.
La razón por la que se presentó nuevamente la denuncia por sustracción y retención de la menor, es porque durante la última audiencia, la juez Judith Catarina Vivar Hernández que la presidió, dijo que no sabe, porque había dictado la medida de la convivencia supervisada, y si el papá no lleva a la niña a la convivencia con la madre, puede perder hasta la patria protestad . La situación, que justamente está sucediendo de nuevo. Alejandro se fue con su hija, sin permiso del juez y la menor no quiere decirle a su mamá, donde está….
Eva, es una de las primeras víctimas de violencia vicaria en Quintana Roo desde que entró en vigencia la ley en 2023, pero las personas juzgadoras prefieren seguir tratando los casos desde una perspectiva patriarcal.
AADG