Redacción/CAMBIO 22

No es nada complicado identificar un mexicano con su colorido sombrero de charro. Primero porque es lo más solicitado para fotografías, y segundo, porque es el orgullo de los ‘charros’, embajadores de nuestra cultura en un país donde parte del atuendo de la representación de un connacional es lo más pedido por los aficionados extranjeros en la Copa del Mundo.

Las anécdotas son varias. Sin embargo, lo actual es ver en las redes sociales que el accesorio se busca a como dé lugar para que lo traigan quienes pronto viajarán a este país a ver las rondas definitorias y quienes incluso saldrán ya de regreso, pero buscan que se perpetúe ese folclore, sólo los mexicanos portan con orgullo. Un ejemplo es César Paniagua, tapatío de nacimiento.

Las calles de Souk Waqif son el corredor perfecto para que este ‘paisano’ no pueda caminar porque o le piden el sombrero para tomarse una foto, o bien la imagen se la llevan con su presencia con una sonrisa enorme porque le da mucho gusto que la gente le recuerde el gusto por el personaje machista que patentó la industria cinematográfica.

Moreno, quien camina con su familia, trajo varios ‘recuerditos’ mexicanos, pero el más especial es justo que porta consigo ‘sombreritos’ de charro mexicano que intercambia con gente extranjera, que feliz se lleva lo que para ellos es un valioso y colorido recuerdo. “Les encanta el sombrero”, destaca nuestro entrevistado.

“Portar el sombrero es un gran orgullo como mexicano. Comparto parte de mi cultura, de mi esencia, es muy bonito que te pidan un sombrero para una fotografía o para cambiarlo. Hoy traigo obsequios para el Mundial. Acostumbro traer sombreritos (los muestra) para cambiarlos por banderas o pines. Para mí lo importante es que se queden con algo de México”, confirma mientras la gente le pide si puede posar para la foto.

Se cuentan historias de gente que por el sólo hecho de ponerse el sombrero aseguran sentirse “mexicanos”, porque se sienten parte de esa alegría que caracteriza al connacional por estos lugares.

En la estación del metro de West Bay, una persona se apuesta con su bocina y música del Mundial, pero entre sus cosas hay un sombrero de charro.

“Me hice amigo de unos mexicanos y me lo regalaron. Para mí es el mejor regalo que me han hecho en años. Siempre lo traigo conmigo y me lo pongo orgulloso porque siento que es un país hermano con el que me identifico con la nobleza de su gente”, me confiesa Taylor Sunderland, a quien por cierto los transeúntes le dicen si les presta el sombrero charro para tomarse una foto. Eso sí ya le sacó provecho a la prenda, porque lo que hace es darla a cambio de una ‘donación’ de riales qataríes.

Los recuerdos sobre el sombrero mexicano en el Mundial sobran. Desde la persona que le robaron en el Aeropuerto, otras que les rogaron que se los regalara y unos más que ofrecían hasta 2000 dólares qataríes (cerca de 10 mil pesos mexicanos) por llevarse el objeto más preciado del Mundial.

“Jamás imaginé las emociones que puede generar un sombrero mexicano en otras partes del mundo. Literal me sentí el wey más famosos del mundo, porque la gente me pide tomarme fotos, me pide permiso para ponérselo”, revela Juan García de Chiapas.

Este otro mexicano que considera que sin duda es el tesoro del Mundial para muchos hinchas de otras partes del mundo.

 

 

Fuente: ESPN

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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