De Pescador a Protector: Un Llamado a la Conservación de las Tortugas y el Mar
3 Feb. 2025
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A través del documental “El Llanto de las Tortugas”, se revela la transformación de Cosme, un hombre que pasó de ignorar el valor de las tortugas marinas a ser su mayor defensor en Bahía de Kino.
Redacción/CAMBIO22
Todos los seres vivos necesitan cuidado y protección; los seres humanos, los animales, los bosques, los ríos, los mares, que son el hogar de la milenaria tortuga, símbolo del origen del mundo en la cosmovisión del pueblo comcáac.
En el auditorio de la Escuela de Comunicación y Psicología de la Universidad de Sonora, gracias al Cineclub Cinegoga, fue proyectado el documental “El Llanto de las Tortugas”, dirigido por Jaime Villa y producido por Victoria Arellano, que narra la historia de Cosme, un pescador sin conciencia ambiental y su posterior transición como protector de la tortuga marina y precursor del Grupo Tortuguero de Bahía de Kino, integrado por su esposa e hijos y otros miembros de la familia.
Esta función es parte de la Ruta Caguama, -la primera de cuatro rutas que conforman un Circuito Cultural que concluirá el 18 de mayo- en la cual se han promovido dinámicas de sensibilización para conocer más sobre la tortuga caguama (Caretta Caretta) y reflexionar sobre cómo podemos protegerla.
La historia va develando la crítica situación de la pesca y los efectos en la economía en las familias de esta comunidad; en otras épocas “olía a curvina, olía a camarón, ya no huele a nada, las pangas salen y pobrecitos los pescadores ya no traen nada”. El pescador que trabaja por cuenta propia, “libre”, no recibe apoyo del gobierno, así que tiene que unirse a una cooperativa o a un permisionario; “su producto lo tiene que entregar y es pagado a bajo precio”.
La pesca se está yendo a pique, está naufragando. Mónica, esposa de Cosme, advierte que las personas que dependen de este trabajo, tienen que vivir de otra actividad, transitar hacia otra forma de vida, “antes había mucho pez payaso, ya no hay, tenemos que sensibilizar para que cuiden y protejan, porque no se imaginan lo que viene”.
Las tomas submarinas muestran a los hijos de Mónica y Cosme, buscando callos de hacha y almejas que meten en una bolsa de chinchorro, que luego colocarán sobre una barra en su pequeño puesto. También presentan a una madre que prepara el lunch de los hijos que saldrán de pesca una mañana cubierta de neblina para fortuna, el mar luce sin demasiado oleaje.
“Es muy triste la vida de un buzo; a todo lo que se tiene que enfrentar, porque no nomás es estar abajo; la manera de bucear es muy peligrosa, porque la planta que le surte aire, se le filtra aceite que se le queda en sus pulmones”, quienes se han dedicado a esta forma de pesca “el que no está chueco, está en silla de ruedas”
“Para una mamá no hay felicidad hasta ver que sus hijos regresen del mar, no sabes si va a volver, es una angustia, tienes que estar esperando y esperando”.
El Mar de Cortés, al que Jaques Coustea bautizó como Acuario del Mundo, ya no es el mismo. La sobreexplotación de la pesca de altura, ha tenido que ver, el documental hace un guiño, presentando a cuadro los barcos camaroneros con sus redes de arrastre expuestas y que raspan el subsuelo marino.
Fuente: El Sol de México
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