De Hijo de Migrantes en Texas al Primer Gran Estallido de su Carrera en Cancún: Así Comenzó la Historia Real de Pee Wee con Kumbia Kings
7 Dic. 2025
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El cantante narra cómo pasó de vivir en un tráiler en Texas a saltar al escenario con Kumbia Kings en el Caribe mexicano
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Migración, identidad “pocha” y tropiezos personales forman el retrato más honesto de Irving Salinas
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A.B. Quintanilla III, Pee Wee y Los Kumbia Kings fueron los pioneros y mayores exponentes de la Fusión de Cumbia Mexicana con Hip-Hop, Pop y R&B a finales de los 90 y principios de los 2000.
Gabriel Hernández/ CAMBIO 22
Pee Wee volvió a ponerse frente a las cámaras, pero esta vez no para cantar, sino para desnudar su propia historia, en una conversación a profundidad con el periodista Gustavo Adolfo Infante, el cantante dejó de lado el personaje del “príncipe azul de la cumbia” y habló como Irving Salinas Martínez, el hijo de migrantes que creció en un tráiler en Texas y que un día terminó cantando frente a 80 mil personas en Cancún.
El intérprete reveló que nació en Othello, Washington, en el seno de una familia regia que durante generaciones ha vivido la realidad de la migración. Sus padres y abuelos se movían entre Minnesota, Wisconsin, Washington y California para la pizca de papa, manzana y uva, trabajos que describe como “durísimos”. Su papá fue toda la vida “troquero”, transportando tierra y alimentos por carretera, mientras que su mamá se ha dedicado al bordado industrial de gorras y camisas, un oficio que sigue ejerciendo por gusto aunque ya no lo necesite.
Lejos de la imagen glamorosa, Pee Wee recordó que su infancia fue humilde, durante años vivieron en casas móviles, remolques pequeños que la familia iba cambiando conforme el trabajo del padre mejoraba. Pedir una bicicleta era un lujo.
Esa experiencia, dice, lo marcó para siempre y explica la ética de trabajo que hoy presume arriba y abajo del escenario.
En la entrevista también compartió detalles poco conocidos de su vocación artística, su nombre real es Irving Salinas Martínez y desde niño fue animado por su familia a cantar en bodas y fiestas, donde siempre le pedían “Tragos de amargo licor” de Ramón Ayala. Su padre, baterista aficionado, sacaba la batería en las reuniones y ahí, entre carnes asadas y música norteña, empezó a formarse el futuro vocalista que combinaría el mundo texano con el mexicano.
El punto de quiebre llegó en la high school de Mission, Texas, gracias a los programas musicales de su escuela y a una maestra de canto que confiaba en él, su voz llegó a oídos de la mano derecha de A.B. Quintanilla. Irving contó cómo lo sacaron de su clase de historia para audicionarlo en la oficina escolar, donde cantó temas en inglés y en español.
Ese primer casting abrió la puerta para que lo invitaran al estudio de grabación y, más tarde, para que el propio A.B. le preguntara si quería sumarse a Kumbia Kings.
Pee Wee reveló un dato que casi nunca se cuenta, el plan original no era que él se integrara de lleno a la agrupación, sino formar un grupo juvenil llamado “Pee Wee Kings” que abriría los conciertos de Kumbia Kings. El proyecto se cayó porque algunos padres no aceptaron las condiciones de los contratos, pero en medio de ese limbo A.B. lo llamó aparte y le lanzó la propuesta directa de integrarlo como cantante del grupo principal.
Otro detalle que el cantante subrayó es el origen de la canción que lo lanzó a la fama, “Sabes a Chocolate”, el tema con el que el público conoció su voz, es en realidad un cover de una canción de Menudo, compuesta por Draco Rosa en los años ochenta. A.B. le pidió que la aprendiera en dos días para grabarla y así comenzó formalmente su carrera profesional.
Durante meses, confesó, muchos creían que la voz aguda del tema pertenecía a una niña y la banda tuvo que hacer una intensa labor de promoción para demostrar que se trataba de un adolescente hombre de la frontera.
En ese repaso de memoria, Pee Wee también colocó a Quintana Roo en el centro de su historia, Recordó que su primera presentación masiva con Kumbia Kings fue en Cancún, en una feria frente a unas 80 mil personas.
Apenas tenía una canción en el repertorio y todavía no era un éxito consolidado. Arriba del escenario, escondido detrás de un enorme güiro, el joven de ojos grandes intentaba controlar los nervios mientras se estrenaba en uno de los destinos turísticos más importantes del país, desde entonces, dijo, Cancún y el Caribe mexicano ocupan un lugar especial en su trayectoria.
El artista habló además de su identidad “pocha”, se definió como un orgulloso mexicoamericano formado en el Valle de Texas, donde conviven las tradiciones regias de su familia con la cultura del border. Aseguró que durante años se le criticó por su español, pero hoy se asume como un cantante bilingüe que abraza esa mezcla cultural y la convierte en parte de su propuesta artística.
Sin el tono ligero que suele acompañar las entrevistas de farándula, Pee Wee también aceptó que su vida no ha sido siempre de color de rosa, reconoció que las presiones de la fama, los excesos y malas decisiones lo llevaron incluso a pisar la cárcel, una etapa que definió como un golpe durísimo que lo obligó a replantearse prioridades. Sobre su relación con el alcohol, admitió que le gusta beber y que tuvo momentos complicados, pero insistió en que hoy no se considera una persona con dependencia y que trabaja para mantener equilibrio y límites claros.
Entre anécdotas, el cantante dejó ver a un Irving más maduro, consciente de que el cariño del público no solo se gana con éxitos radiales, sino con honestidad.
Contar cómo un hijo de migrantes que vivió en un tráiler, fue descubierto en una prepa del Valle de Texas, debutó en Cancún con Kumbia Kings y sobrevivió a sus propios tropiezos, le permite reconectar con una generación que creció escuchándolo y con una nueva audiencia que apenas descubre la historia detrás de Pee Wee.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
GCH































