Renán Castro Madera/CAMBIO 22

El Control que ejercen grupos del crimen organizado sobre la producción, distribución y comercialización de productos básicos en México, Incrementarán la pobreza y el aumento de la criminalidad en la mayor parte del país.

En Estados como Chiapas, Guerrero, Zacatecas y Guanajuato por mencionar algunos, la escasez de carnes, tortillas y otros productos es más que evidente e impacta en gran parte de los hogares de estás entidades.

Aunado a ello esta escasez impacta de igual manera en productos de la llamada canasta básica.

En los últimos días y pese al anuncio realizado por el Presidente de la República en torno a la garantía de contar con alimentos suficientes para la población, grupos del crimen organizado confirmaron al país y el mundo el control que ejercen en las centrales de abastos, a través del ejercicio de la extorsión y el cobro por derecho de piso.

Esto quedó confirmado con la toma y control de un importante mercado popular en la ciudad de San Cristóbal Chiapas para obtener el dominio en el cobro de extorsiones a los comerciantes asentados ahí.

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Y ello ha propiciado el incremento en el precio de los insumos incluyendo a productos de la canasta básica, generando con esta medida una inflación que conforme pasan los días se expande el aumento en los precios en dichos productos.

En contraste y pese al evidente dominio de bandas criminales tanto en los centros de producción agropecuaria como en la cadena de distribución y comercialización, las autoridades federales descartan el incremento en los precios principalmente en los 24 productos que conforman la canasta básica y abundan al destacar que en los últimos días se ha garantizado el abasto en estos insumos.

En la conferencia de prensa matutina de este lunes 20 de junio, el procurador federal del Consumidor, Ricardo Sheffield Padilla, destacó que la Profeco monitorea de forma permanente los precios de 24 productos básicos.

De acuerdo con reportes de visitas a comercios por parte de la dependencia, los costos se encuentran estables e incluso registran una ligera baja a pesar del contexto global y sin mencionaron el ejercicio criminal evidente que permea en gran parte del país sobre estás centrales de abastos.

En la conferencia responsabilizaron que el incremento como la escasez mínima en algunos productos es consecuencia de la guerra Ucrania-Rusia y a otros factores de índole internacional.

Al respecto dijeron “¿Por qué nos comparamos con otros países? Porque hay un proceso inflacionario en todo el mundo y afortunadamente las medidas que se han tomado en México han favorecido que ese proceso inflacionario sea mucho mejor en México que en otras partes del planeta y eso lo vamos a seguir haciendo, no con un control de precios sino con una alianza en favor de los consumidores, de las consumidoras de nuestro país en los 24 productos y en la mayoría de los que producimos”, explicó.

Sin embargo y pese a las declaraciones triunfantes de las autoridades centrales, la realidad que enfrenta gran parte de los mexicanos es diferente y la prueba desemboca en los levantones o ejecuciones que sufren los productores y comercializadores además de los atentados a esos comercios.

En las últimas semanas diversos hechos generados en otras tantas ciudades dan muestra de la disputa y el control que ejercen grupos criminales en mercados y centrales de abastos.

Y pese a ello en la “mañanera” de este lunes se enfatizó en los logros obtenidos en material de seguridad por corporaciones de seguridad federales.

En conferencia de prensa matutina, el mandatario destacó la disminución en robo de ganado y de vehículos como resultado del trabajo conjunto entre las dependencias.

Y la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez Velázquez, enfatizó en el descenso de 29.1 por ciento en robo total respecto al máximo histórico de octubre de 2017.

El delito de homicidio doloso se mantiene a la baja con una disminución de 7.8 por ciento en mayo, respecto al máximo histórico de 2018, por lo que el mes pasado se posicionó como el más bajo desde hace cinco años, explicó la secretaria.

Los 50 municipios de atención prioritaria por delitos de alto impacto registran una disminución del 16.3 por ciento; de estos, 33 ayuntamientos reportaron una reducción de 28 por ciento en promedio; 16 un incremento de 20.7 por ciento y uno permaneció sin cambios.

Guanajuato, Michoacán, Estado de México, Baja California, Jalisco y Sonora concentran el 48 por ciento de los homicidios en el país.

En contraste, un estudio presentado en días recientes por la organización Insight Crime, evidencian lo contrario a lo que exponen las autoridades federales

En un compendio que han titulado Ni pollo ni tortillas: grupos criminales causan escasez de alimentos básicos en ciudades de México.

Según el reporte de Insight Crime inicia ejemplificando que comprar pollo fresco en la ciudad de Chilpancingo, México, resultó casi imposible en la semana que termina. Casi todos los vendedores de pollo cerraron sus tiendas después de que varios de sus compañeros fueron amenazados y asesinados por un grupo criminal.

El 11 de junio, un grupo de hombres armados ingresó a un gran centro de distribución de pollos en las afueras de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, donde se crían millones de aves para el consumo. Los hombres abrieron fuego, dejando seis personas muertas, entre ellas el dueño del lugar y su hija adolescente. Otras personas más resultaron heridas.

Previamente, el 6 de junio, un vendedor de pollo fue asesinado a tiros en el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, uno de los mercados más grandes de Chilpancingo. Tres días después, dos distribuidores de alimentos que transportaban carne de pollo fueron atacados en el estacionamiento del mismo mercado. Uno murió y el otro resultó herido.

La responsabilidad del ataque del 11 de junio fue atribuida a los Ardillos, un grupo criminal de Guerrero que actualmente se enfrenta por el control de las economías criminales de Chilpancingo con los Tlacos, otro grupo local que está tratando de expulsar a todos los demás rivales de Chilpancingo y sus alrededores.

La industria del pollo ha estado en el centro de las querellas actuales. Todos los muertos eran de Petaquillas, o trabajaban en dicha ciudad, que se encuentra justo al sureste de Chilpancingo, un importante centro de producción de pollo y epicentro de la actual guerra territorial.

Esta situación llevó a que los vendedores de pollo del mercado y otros lugares cerraran sus tiendas. Durante tres días, la venta de pollo y otros alimentos básicos fue escasa en esta ciudad mexicana.

El 16 de junio, algunos vendedores reanudaron labores. Veinticinco vendedores reabrieron sus puertas en el mercado de Baltazar R. Leyva Mancilla, según Infobae. Sin embargo, el precio de la carne de pollo se ha disparado. Antes de esta ola de ataques, un pollo valía alrededor de 140 pesos mexicanos (unos US$6), pero los precios han llegado a los 220 pesos (unos US$11), según informes de los medios.

Chilpancingo ha sido el centro de la disputa entre Tlacos y Ardillos desde que se disolvió una tregua entre ambos grupos a fines de mayo. Petaquillas, el epicentro de la industria avícola local, es también un punto de tránsito del tráfico de drogas a lo largo de una importante carretera que va desde Chilpancingo hasta la ciudad portuaria de Acapulco. Pero varios taxis y autobuses han sido quemados, los agentes del Ejército que llegan para prestar refuerzos en el área han sido repelidos con violencia, y los funcionarios locales han sido acusados de conexiones con estas pandillas.

Para los grupos criminales pequeños arraigados en la zona resulta casi obvio extorsionar a los negocios que venden bienes esenciales. Dado que los vendedores de alimentos y los conductores del transporte manejan un flujo de caja permanente y cuentan con una clientela fija, les pueden exigir pequeñas cantidades diarias.

Pero las cosas pueden salirse de control, y quienes más sufren son los pobladores locales. Cuando dos grupos criminales se enfrentan, atacar a estas empresas y obligarlas a cerrar puede privar de valiosos ingresos a sus rivales.

Según los Tlacos, esto es lo que están haciendo los Ardillos en Chilpancingo. En un comunicado emitido durante la reciente serie de ataques, el grupo declaró que “los Ardillos han pasado más de 25 años […] matando indígenas, mujeres, niños y ancianos, secuestrando, desapareciendo y extorsionando […] en su área de influencia”. Si bien se debe entender que con estas palabras el grupo criminal intenta manchar la reputación del otro, es cierto que estos actos concuerdan con la estrategia habitual de los Ardillos.

Y los vendedores no solo se enfrentan a la amenaza de ser asesinados. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes de México señaló en un comunicado que, en las ciudades de Acapulco, Chilpancingo y Taxco, el crimen organizado

“fija los precios finales. Este es un modus operandi que puede ayudarlos a consolidarse en ciertas áreas y llevar a cabo este nuevo método de extorsión”.

La solución para esta situación parece ser difícil. Los intentos de los vendedores de otras ciudades para defenderse o reaccionar no han dado muchos resultados. En agosto de 2019, las tortillerías de Celaya sufrieron ataques similares a los que han enfrentado los vendedores de pollo de Chilpancingo. Dado el aumento de los actos violentos, y tras los intentos de extorsión contra ellos, docenas de vendedores de tortillas cerraron sus negocios. Durante cuatro días, en la mayor parte de la ciudad no se podían comprar tortillas frescas, un alimento básico en la cocina mexicana.

Tres años después, la situación no ha cambiado. Según Milenio, en lo que va del año han sido asesinados 32 vendedores en Celaya.

 

Con Datos de Insight Crime

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