Abren Fuego Contra Personas Tropas Israelíes Cuando un Grupo de Ayuda Pierde el Control de un Centro de Distribución de Ayuda

• La Fundación Humanitaria de Gaza, elegida por Israel, no estaba preparada para miles de palestinos hambrientos, lo que llevó al personal a abandonar sus puestos

Redacción / CAMBIO 22

Las tropas israelíes abrieron fuego contra miles de palestinos hambrientos cuando un grupo logístico elegido por Israel para enviar alimentos a Gaza perdió el control de su centro de distribución en su segundo día de operaciones. Un asedio total de 11 semanas y el continuo y férreo bloqueo israelí han provocado que la mayoría de los habitantes de Gaza padezcan un hambre desesperada. Cientos de miles de personas cruzaron las líneas militares israelíes para llegar al nuevo centro de distribución en Rafah el martes. Pero la recién creada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) no estaba preparada para ellos y en un momento dado su personal se vio obligado a abandonar sus puestos.

“En un momento dado, al final de la tarde, la afluencia de gente en el SDS [centro de distribución seguro] fue tal que el equipo de GHF tuvo que retroceder para permitir que un pequeño número de palestinos en Gaza recibiera la ayuda de forma segura y se dispersara”, afirmó la fundación en un comunicado. Se oyeron disparos de tanques y armas de fuego israelíes, y un helicóptero militar disparó bengalas, según informó Associated Press. Al menos tres palestinos heridos fueron evacuados del lugar, uno de ellos sangrando por una herida en la pierna.

El ejército israelí afirmó haber realizado disparos de advertencia cerca del complejo para restablecer el control. No quedó claro de inmediato si hubo heridos entre las personas que intentaban conseguir comida. En un discurso pronunciado el martes por la noche, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu , reconoció que hubo una “pérdida de control momentánea” durante la distribución de alimentos, pero añadió: “Felizmente, hemos vuelto a controlarlo”. Las imágenes compartidas en redes sociales, que no pudieron verificarse de inmediato, parecían mostrar a personas esperando en filas entre alambradas. Estas fueron derribadas parcialmente posteriormente mientras la gente corría hacia un campo abierto donde esperaban cajas.

Según se informa, algunos lograron obtener cajas de ayuda con artículos básicos como azúcar, harina, pasta y tahini, pero la mayoría se fue con las manos vacías. “No había orden, la gente se apresuró a tomar, hubo disparos y huimos”, declaró a AP Hosni abu Amra, quien también esperaba comida. “Huimos sin llevar nada que nos ayudara a sobrellevar el hambre”. Ahmed abu Taha, quien afirmó haber oído disparos y visto aviones militares israelíes sobrevolando, declaró: “Era un caos. La gente estaba en pánico”.

El domingo, Jake Wood, director fundador del GHF, renunció, diciendo que no sería posible para el grupo entregar ayuda “mientras se adhiere estrictamente a los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia ”. La ONU y otras organizaciones humanitarias ya se habían negado a trabajar con el GHF con el argumento de que hacerlo comprometería valores clave para llegar a los civiles en todas las zonas de conflicto y pondría en riesgo a sus equipos y a los receptores de la ayuda en Gaza. También advirtieron que un grupo recién formado y sin experiencia no sería capaz de manejar la logística de alimentar a más de 2 millones de personas en una zona de combate devastada.

La portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Tammy Bruce, afirmó que las preocupaciones eran infundadas y que la prioridad principal era que la ayuda llegara a Gaza, sin importar quién la entregara. También culpó a Hamás de intentar impedir que los convoyes organizados por el GHF llegaran a los centros de distribución. “Han intentado detener el movimiento de ayuda a través de Gaza hacia estos centros de distribución”, declaró. “Han fracasado, pero sin duda lo intentaron. En definitiva, la realidad es que la ayuda está circulando y, en ese tipo de entorno, no es sorprendente que surjan algunos problemas”.

Pero las peligrosas escenas del martes parecieron confirmar muchos de los temores planteados por la ONU. Las escenas de multitudes desesperadas corriendo para obtener ayuda eran “desgarradoras”, dijo el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, particularmente cuando la ONU y sus socios tienen un “plan detallado, basado en principios y operativamente sólido” para hacer llegar la ayuda. El escaso suministro de alimentos que llega actualmente a Gaza no es suficiente para alimentar a su población, añadió. “Seguimos insistiendo en que una ampliación significativa de las operaciones humanitarias es esencial para evitar la hambruna y satisfacer las necesidades de todos los civiles, dondequiera que se encuentren”.

Israel intenta reemplazar a las organizaciones humanitarias que llevan ayuda a Gaza. Lleva tiempo afirmando, sin aportar pruebas, que Hamás interrumpe las redes de suministro para lucrarse con la ayuda. La GHF utiliza contratistas de seguridad armados para entregar alimentos en recintos custodiados por el ejército israelí. Anteriormente reconoció que este método excluye a algunas de las personas más vulnerables de Gaza, ya que solo quienes pueden caminar largas distancias y cargar pesadas cajas de comida podrán alimentar a sus familias de esta manera.

Y a pesar de presionar para controlar los alimentos y otros suministros que llegan a Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel no se habían preparado adecuadamente para distribuir ayuda y “planearon dirigir a la población usando armas de fuego”, dijo una fuente de seguridad a Haaretz. “Lo trataron como una situación rutinaria que involucra a sospechosos entrando a una zona de combate, pero no se puede dirigir a una población de esa escala con disparos si se quiere que se sientan seguros al llegar a las áreas que se han abierto”, dijo al periódico.

La fuente dijo que la idea original de los militares de dirigir a las multitudes usando armas de fuego sugiere que “no pensaron ni planearon” utilizar otros medios, como cercar el área. La Fundación de la Franja de Gaza (FGH) afirmó que su decisión de abandonar el centro de distribución se tomó de acuerdo con su protocolo para evitar víctimas y que, para el final del martes, había distribuido 8.000 cajas de alimentos: suficientes para alimentar a 44.000 personas durante media semana, según sus cálculos. Esto representa tan solo el 2% de la población de Gaza. La fundación indicó que las entregas se incrementarían durante la semana.

Imágenes compartidas en las redes sociales que parecían mostrar el contenido de las cajas, pero que no pudieron ser verificadas de inmediato, sugirieron que serían comidas escasas, principalmente arroz, pasta y harina con algunas latas de frijoles y verduras procedentes de Israel. La GHF no ha revelado quién financia su labor, aunque las primeras imágenes mostraban cajas con los logotipos de tres pequeñas organizaciones de ayuda con experiencia en Gaza. Ninguna respondió a las preguntas sobre su trabajo con la GHF, pero incluso si han acordado colaborar con la organización a largo plazo, no tienen la capacidad para cubrir las necesidades generales.

“Independientemente de que el GHF esté operando o no, sabemos por décadas de experiencia y los casi 600 días que llevamos respondiendo a esta catástrofe en Gaza que este vergonzoso ejercicio de militarización de la ayuda no va a funcionar”, dijo Bushra Khalidi, responsable de políticas de Oxfam en el territorio palestino ocupado. Incluso en las condiciones más óptimas, ninguna empresa logística puede alimentar a 2,1 millones de personas de la noche a la mañana. La ayuda humanitaria no se limita a repartir paquetes de comida para alimentar a quienes pasan hambre; se trata de garantizar que la gente tenga los medios para sobrevivir.

Las fuerzas israelíes han tomado el control de gran parte de Gaza desde el fin del alto el fuego en marzo, lanzando fuertes ataques que han matado a casi 4.000 palestinos, según dicen las autoridades sanitarias locales. El número total de muertos por ataques israelíes dentro de Gaza ya supera los 54.000, la mayoría civiles. Israel lanzó la guerra tras los ataques transfronterizos de Hamás el 7 de octubre de 2023, que causaron la muerte de unas 1.200 personas, la mayoría civiles, y la toma de 250 como rehenes.

Fuente: The Guardian

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