Miguel Ángel Fernández/ CAMBIO 22

Lo que debió ser un viaje tranquilo de Mérida a Chetumal se convirtió en una experiencia aterradora para los pasajeros del autobús 5026 de la línea Mayab, cuando el conductor comenzó a actuar de manera errática y temeraria, generando pánico y poniendo en riesgo la vida de todos a bordo.

Pasajeros que abordaron en José María Morelos relatan que el viaje transcurrió sin problemas hasta llegar a Chunhuhub. A partir de ese punto, la conducción del chofer se volvió peligrosa, tomando las curvas de manera imprudente, circulando a la mitad de la carretera y acelerando sobre los topes en las comunidades, lo que provocó la preocupación generalizada de los viajeros.

Caos y temor en el camino

El comportamiento del conductor empeoró al pasar por la comunidad de Nuevo Israel, donde condujo tan cerca de la orilla que la maleza golpeaba el autobús. A partir de entonces, muchos pasajeros pedían bajarse por la peligrosidad del viaje; sin embargo, el chofer ignoró las solicitudes de quienes querían descender en sus comunidades, generando un ambiente de caos y desesperación. La situación llegó a un punto crítico en Vallehermoso, donde el conductor no respetó los topes y aumentó la velocidad, asustando especialmente a los niños a bordo.

En un momento, el conductor sacó un bate y realizó una llamada, escuchándose decir: “Ya te mandé la ubicación, ahí nos vamos a ver”. Estas palabras desataron el pánico entre los pasajeros, quienes temieron ser entregados a alguien en un punto desconocido.

Algunos decidieron armarse de valor y confrontar al chofer para que detuviera la unidad, que avanzaba a exceso de velocidad y con maniobras peligrosas. La situación se volvió crítica al llegar a la comunidad de Manuel Ávila Camacho, donde el autobús fue alcanzado por un tráiler que intentaba detenerlo con insistentes bocinazos.

Rescate de los pasajeros

Con el autobús fuera de control, el conductor montó el vehículo sobre la banqueta, se negaba a abrir las puertas y hacía caso omiso a los gritos de auxilio de los pasajeros. Fue entonces que algunos padres y habitantes de la comunidad decidieron romper los cristales para evacuar a los menores y salir del vehículo. Aterrados, lograron que todos los pasajeros abandonaran la unidad, pero en el proceso una niña sufrió un desmayo y varias personas cayeron en crisis nerviosa debido al estrés de la situación.

El chofer, al verse rodeado, se acostó bajo el autobús y simuló un episodio de desequilibrio mental. Al llegar la policía, los testigos esperaban que fuera detenido y esposado, sin embargo, según testimonios de los afectados, el conductor no fue arrestado ni recibió una sanción inmediata, lo que generó indignación entre los presentes. Entre lágrimas, una de las pasajeras expresó su frustración: “Nos dijo que nos iba a matar a todos, y aun así no se lo llevaron detenido”.

Hasta el momento, la empresa Mayab no ha emitido información sobre el incidente, mientras los pasajeros exigen justicia y garantías de seguridad en los servicios de transporte, esperando que las autoridades investiguen y sancionen este grave episodio que pudo haber terminado en tragedia.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

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