Redacción/CAMBIO 22

COZUMEL, Q. ROO, 2 de noviembre.- A pesar de la cada vez más marcada influencia de costumbres extranjeras y de los elevados precios de los productos que se requieren para las ofrendas, el altar de muertos y el “Hanal Pixán”, cozumeleños mantienen viva una de las tradiciones más arraigadas de nuestro país.

La vocación turística de la isla, que no en balde es desde hace varios años el indiscutible puerto líder recepción de Cruceros en México y Latinoamérica, ha facilitado la entrada de costumbres extranjeras como el “halloween”.

Pero ni esa celebración ni los cada vez más elevados precios de los productos que se requieren para llevar a cabo los diferentes rituales, han logrado que la comunidad cozumeleña permita que se extinga una de las tradiciones más arraigadas de nuestro país, como lo es el Día de Muertos.

Y dado el alto porcentaje de migrantes y descendientes de los otros dos estados que junto con Quintana Roo, conforman la Península de Yucatán, numerosas familias continúan siguiendo al pie de la letra esta celebración con las costumbres de la región, que incluyen las ofrendas florales para quienes se adelantaron en el viaje sin retorno, los altares de muertos y el “Hanal Pixán” (comida de ánimas).

Para lo cual se requiere una inversión de más de mil pesos, para poder incluir elementos como las flores, frutas, platillos tradicionales de la región como el relleno negro y los mucbipollos, además de dulces, velas, atole, pan, cervezas y otras bebidas espirituosas, entre otros elementos.

De hecho, tan solo los mucbipollos, que son uno de los alimentos que no pueden faltar en una ofrenda, se cotizan de 400 pesos para arriba, pero para muchas familias cozumeleñas, bien vale la pena el fuerte desembolso para seguir honrando a sus difuntos.

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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