La Capital del Infierno; Chetumal en Carne Viva
8 Dic. 2025
-
Despacho 14
-
El Violento Oficio de Escribir
-
Ejecuciones, cifras y abandono: un reportaje crudo y real sobre la inoperancia de la municipalidad de Yensunni Martínez
Alfredo Griz / CAMBIO 22
La ciudad no miente; la ciudad sangra. Lo que aquí se presenta es un recuento crudo —periodístico y numérico— de cómo Chetumal se ha convertido, en plazos cortos, en escenario de ejecuciones a plena luz del día, cuerpos abandonados en bulevares y patrones de violencia que no han encontrado repuesta efectiva por parte del gobierno municipal. Este reportaje cruza el recuento periodístico de hechos violentos con las cifras oficiales que es posible verificar públicamente, y las pone frente al espejo: promesas de seguridad versus muertos en la calle.

Resumen de lo esencial (números que pesan)
-
Periodo: 30/09/2024 — 08/12/2025.
-
Recuento periodístico mínimo comprobado: ~10 víctimas en hechos que la prensa local tipificó como ejecuciones o homicidios con características de ejecución durante el periodo. (Listado de casos representativos más abajo).
-
Datos oficiales parciales: en informes estadísticos correspondientes al primer cuatrimestre de 2025, la ciudad registró 12 víctimas de homicidio doloso. Esa cifra oficial parcial confirma que la violencia letal no es anecdótica ni aislada.
-
Nota metodológica breve: el total oficial consolidado del periodo requiere la suma mes a mes de las víctimas registradas por municipio en las bases oficiales; por limitantes técnicas en la extracción automatizada en la fase de investigación, presento aquí el cruce posible: conteo periodístico mínimo + cifras oficiales parciales que corroboran la continuidad de homicidios dolosos en la ciudad.
Ejecuciones documentadas (casos representativos)
Estos son algunos de los episodios que marcaron el año y que configuran el paisaje de miedo en la ciudad:

-
3-dic-2025 — colonia Kilómetro 5: hombre ejecutado a balazos al salir de su vivienda; escena violenta y movilización policial inmediata. (1 víctima).
-
21-ago-2025 — Boulevard Bahía / zona del zoológico: hallazgo de dos cuerpos con signos de violencia, reportados como ejecuciones. (2 víctimas).
-
14-jul-2025 — alcaldía Nicolás Bravo (Othón P. Blanco): doble ejecución, dos hombres acribillados en la vía pública. (2 víctimas).
-
Varios episodios a lo largo de 2025: incidentes de asesinatos a balazos en colonias como Florencia y tramos del bulevar hacia Calderitas; suman al menos 5 víctimas adicionales en notas locales y reportes de la calle.
Esos casos no son meras estadísticas: son escenas que se repiten con una mecánica similar —ataques armados directos, a plena luz del día, cuerpos abandonados— y que muestran modus operandi consistentes. Esa repetición indica que no se trata de hechos aislados sino de un patrón.
Cruce entre la prensa y las cifras oficiales: la fotografía completa
Cruzar lo que se ve en la calle con lo que registran las bases oficiales arroja dos verdades simultáneas y contradictorias:

-
Verdad 1 (oficial): en términos agregados, las cifras oficiales muestran registros mensuales de homicidio doloso que en algunos intervalos del período analizado tienden a disminuir en comparación con el año anterior. Ese dato en promedios puede ser políticamente útil: sirve para titulares que hablan de “caída” o “reducción”.
-
Verdad 2 (real, visible): la reducción promedio no impide que sigan ocurriendo ejecuciones selectivas y de alto impacto en la vía pública. Los episodios concretos —los listados arriba— prueban que células o actores criminales mantienen la capacidad operativa para matar con impunidad relativa.
La conclusión es incómoda para la narrativa oficial: los promedios bajan pero los muertos aparecen en las calles. Esa dicotomía —estadística suave versus violencia cruda— es, en el análisis de campo, la prueba más clara de inoperancia administrativa.

El patrón de la violencia
-
Método: ataques con armas de fuego a corta distancia; cuerpos con múltiples impactos; hallazgos en bulevares y arterias principales.
-
Tiempo y lugar: a plena luz del día, en colonias transitadas y en accesos urbanos claves.
-
Impunidad operativa: la repetición del mismo modus operandi en distintos episodios sugiere que los comandos ejecutores actúan con confianza, sin sentir la presión de una respuesta policial eficaz.
-
Impacto social: miedo generalizado, cierre temprano de negocios, movilidad reducida por temor, efecto negativo sobre el turismo y la inversión local.
¿Dónde falló la autoridad municipal?
Colocar a la administración de Yensunni Martínez como eje de responsabilidad política no es, en este texto, solamente una imputación por omisión y complicidad; también un diagnóstico de su mala gestión política y social, misma que la situa como una de las peores administraciones de la capital del estado de Quintana Roo y como la peor Presidente Municipal de Chetumal: si en una ciudad se multiplican ejecuciones y la respuesta es comunicados, acordonamientos temporales y ausencia de plan de inteligencia pública, hay inoperancia política. Los elementos que lo prueban:

-
Falta de estrategia pública visible y verificable. No hay, hasta la fecha cubierta, un programa municipal público y evaluable que muestre cómo se identifica y desmantela a las células locales que ejecutan. La comunicación oficial ha privilegiado narrativas de reducción porcentual por encima de planes operativos.
-
Respuesta reactive en lugar de preventiva. Patrullajes, acordonamientos y declaraciones tras los hechos, pero escasa evidencia de operaciones sostenidas de inteligencia municipal y coordinación estratégica con autoridades estatales y federales que transformen información en resultados concretos.
-
Déficit de transparencia operativa. Necesidad urgente de reportes mensuales claros: carpetas abiertas, avances investigativos, detenciones vinculadas, armas aseguradas. Sin esa información pública, la ciudadanía solo ve muertos y no entiende qué se está haciendo.
-
Gestión limitada en control territorial. Los episodios muestran zonas de la ciudad donde grupos violentos mantienen acceso y movilidad. La alcaldía es responsable, por acción u omisión, de políticas de proximidad que no han logrado cortar estos corredores de violencia.
Consecuencias reales y medibles
-
Económicas: pérdida de horarios comerciales y caída de actividad en zonas afectadas; impacto negativo en la percepción turística de la capital estatal; desincentivo a la inversión local.
-
Sociales: familias desplazadas por miedo, menor uso de espacios públicos, y canalización del descontento ciudadano contra autoridades municipales.
-
Políticas: desgaste del gobierno municipal y pérdida de legitimidad para gobernar la seguridad local; creciente reclamo de auditoría y cuentas públicas.

Recomendaciones urgentes (lo que debería hacerse ya)
-
Informe municipal mensual y público — no comunicados, sino estadísticas claras: homicidios dolosos por colonia, carpetas ministeriales abiertas, medidas de contención y resultados de investigaciones.
-
Plan de inteligencia y reacción coordinado con estado y federación, con metas públicas y evaluación ciudadana.
-
Operativos sostenidos y focalizados en los corredores con más ejecuciones, con seguimiento operativo a detenciones y decomisos vinculados a esos hechos.
-
Protección comunitaria: iluminación, cámaras en tramos críticos, patrullajes focales combinados con programas de empleo y prevención social en alcaldías como Nicolás Bravo y colonias con más reportes.
-
Mecanismo de auditoría ciudadana que supervise avances y publique resultados trimestrales.
El saldo humano
Los números oficiales parciales y los recuentos periodísticos convergen en una conclusión simple y brutal: el municipio de Chetumal ha sufrido ejecuciones en la administración de Yensunni Martínez; la respuesta oficial ha sido insuficiente. Hablar de reducciones porcentuales mientras hay cadáveres en avenidas principales es un ejercicio de retórica que no cura el miedo ni devuelve a las familias a sus muertos. La política de seguridad municipal, tal como está, alimenta la impunidad.

Si el gobierno quiere cambiar esa historia tiene que dejar de medir triunfos en promedios y empezar a mostrar resultados en cuerpos, detenciones y justicia. Hasta que eso ocurra, Chetumal seguirá siendo una ciudad con luces bonitas en sus plazas y sangre en sus calles.
redaccionqroo@diariocambio22.mx
GPC/RCM





















