Zona Hotelera de Cancún en Manos del Crimen
6 Sep. 2025
-
Videógrafos son golpeados y despojados de su equipo con un valor superior a los $80 mil pesos justo en el cruce de el puente Calinda, mientras la Guardia Nacional no intervino, o quizás hicieron caso omiso
-
La violencia en la zona hotelera de Cancún contradice el discurso oficial de seguridad y agrava la caída del turismo
Gabriel Hernández / CAMBIO 22
La violencia alcanzó de nuevo a la zona hotelera de Cancún, lo que debía ser un evento deportivo y turístico terminó convertido en un episodio que exhibe la fragilidad de la seguridad en uno de los destinos más importantes del Caribe.
Durante la cobertura del evento de Sea-Doo “Campion Mexico” dos videógrafos fueron víctimas de un asalto violento justo en el cruce de el puente Calinda, guillermo operaba un dron mientras su compañero Iván Esparza grababa en tierra cuando un hombre de complexión robusta vestido de negro lo agredió brutalmente, lo tiró al suelo a golpes y le arrebató una cámara Sony FX30 Cinema Line con un valor superior a los $80 mil pesos, además de un reloj.

El joven videógrafo Iván Esparza terminó con el rostro ensangrentado tras la brutal agresión sufrida en pleno puente Calinda. Con heridas visibles en la frente y pómulo, la sangre le recorría la cara mientras intentaba mantenerse en pie después de haber sido golpeado de frente y derribado por su atacante.

La escena refleja no solo la violencia del acto sino también la vulnerabilidad en la que quedan quienes ejercen su trabajo en un destino turístico que presume seguridad pero donde la realidad se impone con crudeza.
El hecho se cometió a plena luz del día y en presencia de elementos de la Guardia Nacional que permanecieron cerca sin intervenir ni percatarse de lo ocurrido, el agresor caminó tranquilamente hasta perderse de vista.

Testigos aseguran que la zona se ha convertido en terreno fértil para la delincuencia y que se repite un modus operandi que permanece impune.
Guardias de seguridad que resguardan las jardineras del mismo puente confirmaron que apenas hace quince días un ciudadano fue apuñalado en el lugar sin que las autoridades hicieran algo.

El nuevo ataque confirma que Cancún vive bajo un esquema de violencia que contradice los discursos oficiales sobre el fortalecimiento de la seguridad.
La presidenta municipal Ana Paty Peralta sostiene que en su administración los delitos de alto impacto han disminuido, señala que se ha entregado equipamiento de última generación a la policía municipal con 127 unidades nuevas, patrullas con GPS, radiocomunicación digital y más de 800 cámaras vecinales distribuidas en distintos puntos de la ciudad, afirma que los homicidios dolosos se redujeron de 212 en el primer semestre de 2022 a 136 en 2025.

Las cifras oficiales contrastan con lo que reportan organismos ciudadanos y empresariales.
Coparmex denuncia que Quintana Roo encabeza los índices de robo a negocios y se mantiene entre los primeros lugares de extorsión.
El INEGI advierte que 79.5 por ciento de los habitantes de Cancún se siente inseguro, cifra por encima del promedio nacional.

La violencia no solo afecta a la ciudadanía sino también a la principal fuente de ingresos del estado. Balaceras y asesinatos en playas como Delfines, Gaviota Azul, Langosta y Marlín han sido documentados en lo que va del año.
En mayo un ataque en la zona hotelera dejó un muerto y ocho detenidos mientras que un ejecutado en moto acuática frente a turistas marcó un nuevo nivel de descaro criminal.

Los datos oficiales muestran una ligera reducción en algunos delitos, pero los hechos que se acumulan en los últimos meses confirman que el paraíso turístico se ha convertido en escenario recurrente de crímenes de alto impacto.
El estado registró un incremento de dos por ciento en la incidencia delictiva en el primer trimestre de 2025 y Cancún concentró la mitad de los casos reportados.
La caída en la ocupación hotelera y el aumento de reseñas negativas en plataformas internacionales refuerzan el deterioro de la imagen de Cancún.

El destino estrella del Caribe Mexicano ahora carga con la etiqueta de inseguridad junto a otros problemas como fraudes, abusos contra turistas, transporte irregular y la presencia constante del sargazo.
El puente Calinda es hoy símbolo de la contradicción. En el mismo sitio donde se promociona al Caribe como un lugar de disfrute y descanso, la violencia golpea sin que las autoridades reaccionen, ni la Guardia Nacional ni la policía local han logrado contener a un crimen que actúa con total impunidad en las áreas más visibles del turismo.

La narrativa gubernamental insiste en mostrar avances con equipamiento moderno y nuevas estrategias, pero la realidad es que los visitantes y ciudadanos siguen expuestos a ataques y asaltos en espacios que deberían ser seguros.
El testimonio de los videógrafos Iván Esparza y Guillermo confirma que la vida cotidiana en Cancún se enfrenta a riesgos crecientes incluso bajo los reflectores de un evento internacional.
La ciudad que alguna vez fue símbolo de modernidad y motor de la economía nacional se encuentra atrapada entre discursos de seguridad y hechos que la desmienten.

Mientras no se logre coherencia entre lo que se anuncia y lo que se vive, la zona hotelera permanecerá como territorio controlado por el crimen.
Cancún no pierde solo turistas, pierde credibilidad, confianza ciudadana y la promesa de estabilidad que alguna vez lo convirtió en orgullo de México.
Con Información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
GPC/GCH




















