36 Obras de Julio Galán Exhibidas en Nueva York Abordan Temas de Identidad y Emancipación

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José Kuri resalta la relevancia actual de la obra del pintor mexicano, que aborda cuestiones como el arte Queer y la representación del cuerpo, en su primera muestra individual en la Gran Manzana en más de dos décadas

Redacción / CAMBIO 22

La propuesta del pintor mexicano Julio Galán (1958-2006) está más vigente que nunca, afirma tajante el galerista José Kuri, “porque todas las preguntas que planteó en su obra, las estamos discutiendo en este momento”.

El especialista en arte contemporáneo se refiere a temas como “políticas de identidad, la representación del cuerpo, la mirada al otro, el arte Queer y LGBT, las cuestiones nacionalistas y la emancipación sexual”.

Comenta en entrevista que Galán representó todo esto, “desde un lugar muy íntimo y rico”, a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado. “Su propuesta tuvo una fuerza enorme. Puede ser un lugar común decir que era un adelantado a su época, pero así fue.

El problema es que su obra se suscribió al llamado Neomexicanismo. Es una manera reduccionista y estrecha de leerla. Supongo que él quería escapar de ese concepto. Y creo que justo es el momento de darle lecturas múltiples, no apostar por una determinada. Eso estamos planteando en esta exposición”, agrega.

El gestor cultural habla de la muestra llamada simplemente Julio Galán, que exhibe 36 obras del artista coahuilense, pero que desde niño se estableció en Monterrey, en dos galerías de Nueva York. “Es la primera presentación individual significativa de su trabajo en la Gran Manzana en más de dos décadas”.

La Kurimanzutto (516 West 20th Street) y la Luhring Augustine Chelsea (531 West 24th Street), una mexicana y otra estadunidense, separadas por tres cuadras, revisan la vigencia de la obra de Galán y la importancia de su carrera, con énfasis en la producción que realizó en su estudio de Nueva York, a donde se mudó en 1984 y, posteriormente, vivió entre esta urbe y Monterrey.

La exposición empieza en la Kurimanzutto con una pieza que hizo en 1982. Se echa luz a lo que creó en sus primeros años en Monterrey. Y hacemos un pequeño y breve recorrido hasta 1985, cuando llega a Nueva York.

Tenemos la primera obra que se cree realizó en Nueva York; es casi un retablo, una pintura muy íntima que habla sobre el viaje. Luego están dos cuadros fundamentales, Roma (amor, al revés), y La pieza de la cama. Y lo que expuso en sus primeras galerías, piezas de su primera exposición en 1989”, detalla.

Después, prosigue Kuri, “la muestra brinca a la otra galería, en la que se exhiben los primeros años de Galán en Nueva York y hasta 1995, cuando participó en la Bienal del Whitney. Sí hay piezas clave. Unas son novedades que trajimos de Holanda, Italia y París. Hay obras que públicamente no se habían visto desde hace 30 años”.

LA KURIMANZUTTO Y LA LUHRING AUGUSTINE CHELSEA, TRABAJANDO JUNTAS

El promotor destaca la importancia que tuvo la Gran Manzana para Galán. “Fue un lugar de liberación, de aprendizaje, donde se sentía muy libre y exploraba todo el tiempo. Un sitio de riqueza a nivel de la calle. Fue fundamental para él. Su círculo incluía a Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat y Francesco Clemente, entre otros, de quienes aprendió mucho”.

Por esta razón, dice, ambas galerías, interesadas en la obra del mexicano, acordaron trabajar juntas, en lugar de competir. “Es increíble esta idea de colaboración en Nueva York, porque hay un ambiente tan competitivo, de tanto vértigo, que no hay tiempo para colaborar. Pero este logro habla de lo que aún provoca Julio, unir fuerzas”.

Realizada en un pastiche de estilos y con un enfoque sincrético de la cultura, la obra de Galán combina referencias e influencias que van desde el folclore mexicano y la imaginería religiosa hasta el surrealismo, el arte pop y el grafiti”, apunta Kurimanzutto en un comunicado.

En palabras del escritor Evan Moffitt: “La apropiación de estereotipos mexicanos y personalidades platónicas por parte de Galán revela el nacionalismo como una especie de pomposa farsa… Sin duda, hay mucho kitsch en sus pinturas, pero ese kitsch es fundamental para su radicalismo”.

Se concluye que “aún hoy resuenan la notable energía, inteligencia y teatralidad de la obra de Galán; así como las preguntas que exploró sobre la relación entre la identidad individual y la construcción del yo, en contraste con las nociones sobredimensionadas de cultura y nacionalismo”.