• Los equipos de apoyo se han asentado en los poblados de Otilio Montaño, Zamora, Miguel Alemán y Nuevo Canaan

 

  • Más de dos mil quinientas personas viven sometidas bajo el dominio del cártel de Sinaloa

 

  • Un comando armado de más de 70 hombres conforman la estructura de defensa de dicho cártel para recepcionar hasta dos avionetas semanales en las pistas clandestinas.

 

  • Cifras de la SEEDENA oficiales dicen que mas de 100 narcoavionetas llegan a Quintana Roo, pero nadie las ve, ni las oye, ni las detiene

 

Renán Castro Madera/CAMBIO 22

La guerra emprendida entre el Cártel de Sinaloa y el cártel de Caborca, que ha ensangrentado a la zona limítrofe de Quintana Roo con Campeche, ocurre por la disputa de las narcopistas que operan en los poblados de Otilio Montaño, Zamora, Nuevo Canaan y Miguel Alemán, según se especifica en un reporte de seguridad nacional.

Al menos han construido dos narcopistas clandestinas en las cercanías de esos pueblos que se han convertido en punto de apoyo para sus ilícitas actividades.

La semana pasada ésta guerra provocó la desaparición de al menos 15 personas, habitantes de poblados del municipio de Bacalar, tras el intento del cártel de Caborca de expulsarlos de dicha área limítrofe con el estado de Campeche.

Las zonas rurales de los municipios de Bacalar y parte de Othón P. blanco, se encuentran bajo el dominio del narco y según cálculos de los investigadores más del 50 por ciento de los habitantes colaboran con las bandas criminales que hasta la semana pasada operaba bajo el dominio del Cártel de Sinaloa.

En esas cuatro poblaciones rurales en donde habitan poco más de dos mil quinientas personas, el cártel de Sinaloa, ha implementado un toque de queda, que inicia a partir de las ocho de la noche y concluye alrededor de las siete de la mañana, especifica el reporte.

Para el día de arribo de las avionetas, se suspenden las salidas y entradas a dichos poblados y únicamente transitan por sus vías carreteras, vehiculos del grupo delincuencial predominante, quienes protegen el aterrizaje de las aeronaves y la posterior descarga de su ilícitas pero valiosa carga.

Se ha confirmado que semanalmente se realiza la recepción de hasta dos avionetas cargadas de cocaína y precursores químicos que utilizan para la elaboración de drogas sintéticas.

Para ello utilizan las pistas que han construido ilícitamente en la zona limítrofe quintanarroense, en dónde según cálculos podría estar involucrada más de la mitad de la población que habitan en las comunidades de Otilio Montaño, Zamora, Nuevo Canaan y Miguel Alemán.

El reporte refiere de igual manera que son dos las avionetas que aterrizan al mismo tiempo en esa zona rural, y al parecer la logística que han implementado es operada por miembros del cártel de Sinaloa fracción Los Chapitos, quienes aliados a la familia Coronel, se han apoderado de la voluntad de varias comunidades de la zona.

La inoperancia del gobierno del Estado, se hace palpable, pues además de haber desmantelado en el sexenio pasado las bases policiacas establecidas en dichos poblados, no existe el mínimo interés en apoyar con servicios básicos, como salud y educación para los pobladores, mismos que están supeditados a las voluntades y ordenanzas del crimen organizado.

Los centros de salud del área lucen abandonados, el personal docente que labora ahí está sometido a las indicaciones de los criminales y para accesar a las mismas, debe pasar varios filtros de seguridad implementados por el cártel de Sinaloa.

Nada se mueve en esos lugares sin la voluntad de los más de 70 sicarios que vigilan y someten a las poblaciones para llevar a cabo sus ilícitas actividades.

El territorio rural de la zona Sur quintanarroense está a merced del crimen organizado y nadie hace nada para frenar la llegada de cargamentos de drogas sudamericana.

La gente sufre en emergencias de salud por las madrugadas, pues nadie está autorizado a abandonar los poblados hasta que salga la luz del sol.

De permanecer resguardarse en sus hogares a partir de las ocho de la noche, una moderna esclavitud que se ha permitido gracias a la complicidad que se ha gestado desde el sexenio pasado, cuando funcionarios de la administración joaquinista establecieron pactos por millonarios sobornos para permitirles su operación.

Hoy parece ser que nada puede frenarlos y al menos esa zona de Quintana Roo, por el momento ya opera un autogobierno criminal, que permite en este caso al cártel de Sinaloa, fracción Los Chapitos de imponer su monarquía…

 

Continuará…

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