Violencia, Invasión y Abandono: Hospital General de Cancún, Zona de Riesgo para Pacientes y Familiares
10 Jun. 2025
Redacción/CAMBIO 22
CANCÚN, Q. Roo, 10 de junio.- Lo que debería ser un espacio de atención médica y alivio se ha transformado en un escenario de caos, violencia y abandono.
Este martes, una riña entre vendedores ambulantes a las afueras del Hospital General “Jesús Kumate Rodríguez” terminó con una mujer agredida así mismo su pareja y con amenazas abiertas por parte de un sujeto conocido en la zona por su conducta violenta y presuntos vínculos criminales.

La pelea, provocada por la disputa del espacio para la venta de productos como cubrebocas y bebidas, fue presenciada por pacientes, familiares y personal médico, quienes vivieron momentos de pánico.

El agresor atacó físicamente con piedras a una mujer que acompañaba a su esposo otro comerciante y luego amenazó con regresar con “gente pesada”.
Pero esta no es una historia aislada. A lo largo del año, este sujeto ha protagonizado múltiples altercados sin que ninguna autoridad haya intervenido de forma efectiva.

La policía municipal acudió al lugar, pero no hubo detenciones.
Aunado al conflicto entre comerciantes ilegales, otro fenómeno ha tomado fuerza en la zona: la ocupación irregular de espacios en la malla perimetral del hospital, donde decenas de personas han instalado refugios improvisados para pernoctar, ya que provienen de comunidades lejanas y no tienen dónde quedarse mientras cuidan a sus familiares internados.
Alarmantemente, se ha detectado que algunos individuos están rentando espacios bajo sombra en esta zona improvisada, cobrando por lonas o parcelas hechas con cartón y plástico, explotando la necesidad de personas vulnerables.
“Dormimos aquí porque no tenemos dinero para un hotel. Pero ahora hasta por una lona nos quieren cobrar”, denunció doña Lucía, quien lleva más de una semana cuidando a su hijo enfermo.

La zona se ha convertido en un punto de hacinamiento, violencia, comercio ilegal y omisión institucional.
Ni la Fiscalía ni el Ayuntamiento han dado respuesta, y los llamados del hospital para reforzar la vigilancia han sido ignorados.
El riesgo para pacientes, trabajadores y familias aumenta día con día.
La violencia se mezcla con la desesperación de quienes solo buscan atención médica, pero encuentran un entorno dominado por amenazas, extorsión y abandono.
“Esto ya no es un hospital, es tierra de nadie”, sentenció un médico del turno vespertino.
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