• La víctima dejó video acusatorio contra presunto autor intelectual

 

Redacción / CAMBIO 22

Álvaro Obregón Viejo, 8 de agosto. – La aparición del cuerpo sin vida de José Antonio Delgado González, conocido como “Felipillo”, en un paradero de la comunidad de Álvaro Obregón Viejo, puso en alerta a la ribera del Río Hondo debido a la violencia del crimen y por el mensaje que dejó el propio cañero días antes de su asesinato. En un video publicado el pasado 18 de junio en su página de Facebook, Delgado acusó directamente a un hombre identificado como Manuel Pacheco de ser el responsable de su inminente muerte, así como del asesinato —hasta ahora impune— de su padre años atrás.

Según testimonios, “Felipillo” fue privado de su libertad el domingo pasado por un grupo de hombres armados que irrumpieron en su domicilio, ubicado en Álvaro Obregón Nuevo, cuando se encontraba con sus seres queridos. Dos días después, su cuerpo apareció maniatado y con signos de violencia, confirmando el desenlace que él mismo anticipó en su grabación. En el video, de más de siete minutos, el productor relató amenazas previas, acusó a Pacheco y a su hijo de intimidar a ejidatarios y mujeres para despojarlos de tierras, y responsabilizó públicamente a este grupo si algo le ocurría.

El mensaje, de carácter testimonial y de advertencia, expuso tensiones latentes en la vida comunitaria y en la política ejidal del sur de Quintana Roo. Delgado, quien participaba en el programa Sembrando Vida y trabajaba con maquinaria agrícola y transporte, defendió en varias ocasiones a campesinos vulnerables ante abusos de poder en asambleas. En sus palabras, ese activismo le ganó la enemistad de actores locales con influencia política y económica. “Ese ha sido mi error, mi defecto: decirles sus verdades en público”, afirmó en la grabación.

El asesinato de “Felipillo” tiene implicaciones que trascienden lo personal, al poner en evidencia un clima de inseguridad rural marcado por disputas por la tierra, viejos agravios y la ausencia de mecanismos eficaces de protección a líderes comunitarios.

En la ribera del Río Hondo, el crimen provocó temor y un silencio visible entre productores y pobladores, conscientes de que la confrontación por la tierra y el control ejidal puede derivar en episodios mortales, además la decepción con el gobierno actual debido al ambiente violento e impune que se vive en la zona. El video de despedida, ahora ampliamente compartido en redes, se ha convertido en un testimonio incómodo para las autoridades y una muestra de la fragilidad de la seguridad en la zona rural de Quintana Roo, aunque apartadas de los centros urbanos, no están exentas de las dinámicas de violencia organizada.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

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