Viajan a los Nostálgicos 80s Cientos de Fanáticos con los Enanitos Verdes en su Gira por su Aniversario 40 en Cancún

Rafael García/CAMBIO 22

Cancún, Q. Roo a 1 de Mayo.- En una noche mágica la nave de los Enanitos Verdes regresó en el tiempo a cientos de sus fanáticos a los añorados años 80s, quienes fueron acompañados con sus hijos los que cantaron cada uno de los éxitos de la agrupación argentina.

Fue a las 10 de la noche que se escuchó la voz del líder de grupo argentino Enanitos Verdes, de la Provincia de Mendoza, Marciano Cantero, quien gritó “!Quieren bailar!” y miles de gargantas corearon un sí; mientras la guitarra del Felipe Staiti y la poderosa batería de Daniel Piccolo sonaron retumbando la Plaza de Toros Cancún, la cual lució abarrotada.

“Estoy parado sobre la muralla que divide todo lo que fue de lo que será…..Estoy mirando como esas viejas ilusiones pasando la muralla se hace realidad, pero como el amor de ayer, vuelve a desaparecer….Desaparecer…

“Estoy parado sobre la muralla que divide todo lo que amé de lo que amare… Estoy mirado como todas mis herida se cerraron y como se desangra un nuevo corazón”,.

Canción con la que el coso novilleril de la plaza se estremeció en sus cimientos con los gritos de los fanáticos, quienes se pararon de sus asientos a bailar y correaron el éxito que hizo famosos a la agrupación argentina, que tomó su nombre de una famosa foto, en la cual aparecieron unos enanito verdes.

Marciano Cantero, líder de la agrupación, quien saltó al ruedo con ropa desenfadada para disfrutar el calor benitojuarense gritó “! Buenas noches Cancún como se la están pasando?, ya tenía mucho tiempo que no veníamos ¡” y volvió a tocar el bajo; mientras Felipe Staili se aventaba un solo en el que casi hizo hablar a su guitarra.

Con lo que inició el esperado concierto de la banda, en la gira por sus 40 años de trotar por el mundo con su música; después de tres canciones donde el líder de la agrupación comentó que con ellas hicieron dueto con el cantante de Café Tacuba, Rubén Albarrán; se escuchó de nuevo el “! Quieren bailar ¡”…

Con lo que sonaron los guitarrazos… “Una guitarra blanca, rompiendo el silencio, es de lo más honesto que yo ahora puedo escuchar “¡por favor déjenos bailar, por favor que nos dejen bailar!”…

Siguió “Son unos de esos días que me duele la espalda y aunque estoy cansado, hoy necesito un poco de diversión; “!Por favor déjenos bailar, por favor que nos dejen bailar¡”.

Melodía con la que de nuevo de se prendieron los seguidores de la banda del ochentero “Rock en tu idioma”, quienes se subieron a la nave de los alienígenas (Enanitos Verdes), y con nostalgia recordaron su juventud, el amor y desamor de los 80s, la década que está considerada como una de la mejores para el rock en español.

Viaje en el que el líder de la nave, Marciano Cantero, se dirigió a sus tripulantes, “en el año 1984, Diego Armando Maradona era sancionado por doping en el Mundial de los Estados Unidos, Kurt Cobain, vocalista de Nirvana, se suicidó, y nosotros compusimos esta canción, Lamento boliviano, y sonó una triste kena…

“Me quieren agitar, me incitan a gritar, soy como una roca palabras no me tocan adentro hay un volcán que pronto va estallar, yo quiero estar tranquilo”.

Es mi situación, una desolación; soy como un lamento, lamento boliviano, que un día empezó y no va a terminar y a nadie hace daño…

“Y yo estoy aquí, borracho y loco, y mi corazón idiota siempre brillará, y yo te amaré por siempre, nena no te peines en la cama que los viajantes se van atrasar”, sonó de nuevo el requinto de Staiti.

En el ocaso del concierto, se escuchó de nuevo el grito de Marciano, en toreo novilleril que fue amable con sus invitado, no hubo calor, “está canción es para las chicas guapas de Cancún” (Luz de día)

“Destapa el champagne, apaga las luces, dejemos las velas encendidas y afuera las heridas; ya no pienses más en nuestro pasado hagamos que choquen nuestras copas por habernos encontrado, porque puedo, mirar el cielo, besar tus manos, sentir tu cuerpo, decir tu nombre.

Siguió “Por qué puedo ser luz de noche, ser luz de día, frenar el mundo por un segundo y las caricias serán la brisa que aviva el fuego de nuestro amor.

Balada que corearon todos en el recinto taurino, preludio del fin del concierto 2024, que terminó con la canción Tu cárcel del Bukí, Marco Antonio Solís, y que hicieron éxito los músicos argentinos, melodía con la que concluyó el viaje por los añorados 80s con el hasta pronto del trio de músicos de la Provincia de Mendoza, Argentina.

Fotos Alma Delia García
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RHM