Verdades a Medias o Mentiras Ocultas; Un Informe que Alimenta las Sospechas sobre la Muerte del Capitán de Corbeta José Rodríguez Bautista en Tulum
25 Mar. 2025
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La obviedades de las cuales hizo uso el titular de la Fiscalía de Quintana Roo, para presentar su informe sobre el avance de las investigaciones para esclarecer el artero ataque que le costó la vida al secretario de Seguridad Ciudadana de Tulum, exhibió su incompetencia y la nula investigación que han realizado para dar con los responsables
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Sus decires únicamente han alimentado las sospechas sobre la participación de policías o miembros de cuerpos de seguridad en la planeación y ejecución del artero ataque
Renán Castro Madera / CAMBIO 22
La lluvia de reclamos y reproches que han acompañado en los últimos días a la gobernadora del estado Mara Lezama Espinoza, en sus mensajes compartidos en redes sociales reflejan el malestar ciudadano por el fracaso de su administración en materia de seguridad.
Alcanzar la cifra de 15 ejecutados en Cancún en una semana, reflejan un promedio de poco más de dos muertos al día de manera violenta en el principal destino turístico de México y este dato además de aterrador es el fiel reflejo de la incompetencia en materia de seguridad tanto del gobierno estatal como de las autoridades municipales que encabeza Ana Patricia Peralta de la Peña.
Simple y sencillamente el crimen organizado se ha posicionado de manera alarmante y los hechos de violencia que viven sus gobernados solo se podrían comparar a los que atraviesan los habitantes de Sinaloa, Jalisco, Michoacán o Tamaulipas.
Quintana Roo, se encuentra al borde del colapso en materia de seguridad y ellos lo saben aunque reciten cada principio de semana algunas cifras alegres en voz del Fiscal de Quintana Roo, Raciel López Salazar, que aderezadas de rimbombancia al final únicamente sirven para uso exclusivo y lucimiento personal de los integrantes de la mesa de seguridad que lo acompañan.
Sin menospreciarlos pero sí para centrarnos en la realidad, sus supuestos avancen en material de seguridad en nada cambian los padecimientos que sufre el castigado pueblo quintanarroense.
Y es tan cierto que ni siquiera en la percepción de los quintanarroenses impactan sus supuestos avances a raíz de la convivencia diaria con hechos delictivos por parte de la mayoría de ciudadanos.
Además hay que sumarle el estigma bien ganado y a pulso de corruptos del que gozan los cuerpos de seguridad asentados en la entidad.
La vida de los quintanarroenses no pueden ser dirigidos con cifras alegres que unicamente han servido en los últimos años para mantener contentas a las autoridades federales que las registran sin confirmar la veracidad de las mismas, o tan siquiera checar la realidad que viven los habitantes de este importante estado.
La sospechosa ejecución del capitán de Corbeta y titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Tulum, José Roberto Rodríguez Bautista, es una muestra fehaciente de lo anterior.
Y para ser más estrictos es una vergüenza para las fuerzas armadas y en especial para quienes dirigen la Quinta Regional Naval Militar, que se ha prestado a abanderar la versión que nos ha recetado el Fiscal Raciel López Salazar, quien se ha caracterizado por manejar a modo investigaciones relevantes las cuales nunca han sido aclaradas, tal es el caso del secuestro y desaparición y un empresario petrolero en Playa del Carmen.
El asesinato del capitán de corbeta José Roberto Rodríguez Bautista el pasado viernes en Tulum, exhibe la fragilidad en que trabajan los buenos policías y el poderío que mantiene un sospechoso Fiscal.
Raciel López Salazar ha basado una de las líneas de investigación, en sucesos del cual se le acusan al hoy occiso, ocurridos en otros estados que de manera sorpresiva hoy son tomados en cuenta, pero que pasaron desapercibidos a la hora de designarlo titular de la seguridad pública en Tulum.
Hoy, sus presuntos y cuestionados antecedentes son dignos de ser investigados, cuando las propias autoridades federales encabezadas por Omar García Harfuch lo había aprobado además de contar con una cercana relación con el secretario federal, según contaba el hoy desaparecido a sus propios allegados.
Las obviedades del Fiscal, únicamente lastiman a la familia que hoy sufre por la artera muerte de este soldado que tal parece fue entregado para calmar la ira de esos jefes que dominan el narcotráfico en el estado.
Lo interesante de la versión sobre una posible venganza de grupos criminales afectados por el trabajo policiaco realizado en otros lares por Rodríguez Bautista, llama la atención que haya surgido pocos minutos después de su ejecución y partió de la propia Fiscalía de Quintana Roo a través de páginas digitales que poco o casi nada conocían de la vida y trayectoria del hoy occiso.
Y esta contrainformación llama poderosamente la atención pues no es la primera vez que hacen uso de este método para desviar la atención y proteger a los verdaderos responsables.
Un ejemplo claro de lo anterior lo dieron los familiares directos del empresario petrolero Luis Carlos Vizcarra Millán, secuestrado y desaparecido junto con su esposa en Playa del Carmen desde el pasado 19 de noviembre del 2024.
Por su rescate el escuadrón del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) quienes se adjudicaron el secuestro cobraron 360 millones de pesos y gracias a la denuncia publica realizada por los hijos mayores de este inversionista, se pudo conocer este trágico suceso.
Los familiares de las víctimas responsabilizaron a la Fiscalía quintanarroense de intentar culpar a los hijos mayores del secuestrado.
Además y a traves de una campaña mediática en medios digitales y por filtraciones de investigadores del caso dieron a conocer que el matrimonio había sido liberado y que habían habían abandonado el país para refugiarse en la ciudad de Miami.
Está versión de inmediato fue desmentida por la familia y acusaron a la Fiscalía de intentar enterrar el caso de manera sospechosa.
Las similitudes que guarda con la filtraciones para desacreditar la trayectoria del militar ejecutado levantan hartas sospechas y lejos de ayudar a esclarecer la muerte de José Roberto Rodríguez Bautista, las entrampa además de manchar el honor militar de un elemento que al menos en la entidad y de acuerdo a investigaciones federales en la entidad había mostrado un comportamiento transparente y de honestidad.
Llama poderosamente la atención la pasividad de la SEMAR que lejos de pedir a la Fiscalía General de la República (FGR) que atraiga el caso, permitió que una dependencia tan desacreditada como la de Quintana Roo se hiciera cargo del esclarecimiento de los hechos.
La nula transparencia y la falta de resultados alimentan las sospechas y engrandecen la mala impartición de justicia en la entidad.
Resulta lamentable que este tipo de errores recaigan en la imagen de la gobernadora que por su pasividad y tolerancia sigue alimentando su desaprobación entre sus gobernados.
Fuente Sistema de Notícias CAMBIO 22
GPC/RCM