• Estas plantas, que suelen usarse en nacimientos y decoraciones navideñas, están en riesgo y son esenciales para los ecosistemas

 

Redacción / CAMBIO 22

En muchos países cristianos, durante la época navideña, es costumbre adornar con musgo y heno los tradicionales nacimientos (también llamados pesebres o belenes) así como los pies de los árboles. Sin embargo, es una práctica que preferentemente debería erradicarse, ya que se trata de plantas en riesgo que contribuyen a regular la vida en los bosques al aportar humedad a los ecosistemas. Además, muchas veces son endémicas. Al ser un recurso forestal —como la madera, tierra, tintes, resinas, ceras, plantas, frutos, hongos, entre otros— el aprovechamiento del musgo y el heno está regulado en México por la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable y las comunidades que viven en y de los bosques pueden hacer uso de estos recursos con una autorización de Semarnat.

Esta es una actividad económica esencial para la vida rural. Según datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) entre el 60 y 70 % de los bosques y selvas del país son propiedad ejidal o comunitaria. Sin embargo, a pesar de que el musgo, heno y la doradilla —otra planta parecida al musgo— tienen su propia norma oficial que regula su aprovechamiento, transporte y almacenamiento, a la fecha no existe un método de vigilancia o monitoreo que garantice que su oferta en los mercados locales procede de vías legales.

Musgo sobre rocas en un río

Sin información sobre su origen

Raúl Tapia, no sabe a ciencia cierta de dónde proceden las 80 pacas de musgo (400 kilos) y la tonelada de heno que cada año vende en un mercado de la colonia Del Valle, en la Ciudad de México. “Se que la traen de Puebla y de Querétaro y que para estas fechas ya deberíamos de haber vendido al menos la mitad, como en otros años. Desde finales de noviembre empezamos a vender el heno y el musgo, pero este año la venta va floja. Aún así nunca se nos queda nada”, explicó el pionero de la romería navideña del mercado, quien tiene más de 40 años vendiendo en ese lugar.

Cada año la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) lanza una campaña navideña contra el consumo de estas plantas que va acompañada de operativos de aseguramiento de extracciones ilegales procedentes de los bosques de encino y oyamel de la Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca y Chiapas. Sin embargo, las cantidades aseguradas son irrisorias considerando el volumen que vende un comerciante (Raúl), en un solo punto de venta del país. Por ejemplo, el año pasado la Procuraduría reportó que durante 2022 y parte del 2023, aseguró 600 kg de musgo y 138 kg de heno provenientes del Parque Nacional La Malinche, en Tlaxcala. Expertos consultados para este artículo, señalaron que a la fecha no hay datos sobre la cantidad de musgo y heno extraído en los bosques del país, ni legal, ni ilegalmente. Tampoco hay datos que permitan comparar cuánto y qué especies había en cierto lugar y cuánto hay ahora.

Algunas cifras que se mencionan son casos específicos con autorizaciones expedidas por la Semarnat, como las 50 toneladas de musgo extraídas de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, en la Sierra Chincua de Michoacán, durante una temporada, o las 200 toneladas extraídas de los bosques de San Bartolo Oxtotitlán, municipio de Jiquipilco, Estado de México, entre los años de 2012 y 2014. En el caso de este último sitio, los autores del estudio elaborado por la Universidad Autónoma del Estado de México, concluyeron que “la estacionalidad del recurso (no mayor a 30 días) constituye una actividad secundaria que genera ciertos beneficios para algunos actores sociales [como los intermediarios], mas no genera ingresos económicos significativos para gran parte de la comunidad a quien pertenece el recurso”.

Por qu debes evitar el uso de musgo y heno para decorar en Navidad

Un gran pequeño mundo: el microcosmos de los musgos

Sorprende saber que el famoso oso de agua, correctamente llamado tardígrado, vive principalmente en los musgos —además de otras plantas y ambientes húmedos—. Su tamaño microscópico y su organismo extremófilo (resistente a condiciones extremas), le permite resistir una deshidratación prolongada. Por eso los musgos son su mejor hogar. “Es como si vivieran en una piscina gigante, pero de repente viene la temporada de sequía y entran en periodo de latencia, bajan su sistema metabólico a lo mínimo, no se mueven para nada y esperan las condiciones ideales para ‘revivir’”, comenta el biólogo Felipe Arath Macías López, mejor conocido en el mundo de las redes sociales como Don Helecho.

Los musgos, pertenecientes al grupo de las briofitas, son considerados como grandes esponjas, son capaces de retener hasta 20 veces su peso en agua. Absorben el exceso de agua de lluvia y la liberan lentamente en tiempo de secas junto con los minerales propios del agua, permitiendo la incorporación de éstos en el ecosistema, aportando alimento, hogar y protección a una diversidad de microorganismos y pequeños animales, especialmente invertebrados. “Hay mucho desconocimiento sobre este mundo microscópico. En mis recorridos, muchas veces la gente no sabe qué son, si son plantas, tierra, algas, hongos. Pero cuando lo descubren, aprenden a observar todo en la naturaleza, se desbloquea esa ceguera por lo pequeño”, comentó el creador de contenido sobre plantas (helechos y musgos), quien lleva dos años realizando visitas de sensibilización por los bosques cercanos a la ciudad de México.

Los musgos son plantas primitivas, fueron las primeras que colonizaron la Tierra y han vivido en nuestro planeta desde hace más de 300 millones de años. No tienen raíces, ni hojas, ni tallos, pero sí un sistema muy antiguo conformado por rizoides, caulidios y filidios que forman colonias, ya sea de la misma o de diferentes especies. Estas colonias constituyen los famosos tapetes o alfombras verdes que vemos en los bosques y pueden crecer y vivir sobre rocas, troncos de árboles e incluso a veces sobre otras plantas. No parásitas, es decir, no matan al organismos del cual se sostienen.

Charles Darwin Foundation Isabela Galapagos bosque scalesia

Extraer masiva e ilegalmente los musgos, afecta los ecosistemas porque disminuye la humedad de los bosques, aumenta la erosión de los suelos y con ello la pérdida en la germinación de otras plantas. Además al ser plantas de lento crecimiento, cada año los recolectores tienen que adentrarse más profundo en los bosques, depredando otras zonas. “Tener una capa de medio centímetro de musgo, tarda hasta un año, aproximadamente, con un proceso de crecimiento rápido. Ahora imagínate cuando quitas una capa de musgo del bosque que tiene un grosor de entre cinco y 10 centímetros, ¿cuánto tiempo tardó en crecer? ”, apuntó Don Helecho, para quien definitivamente no vale la pena utilizar un ser vivo para fines decorativos como sucede en esta época navideña.

Otras especies en riesgo

El musgo (Polytrichum spp.), el heno (Tillandsia spp.) y la doradilla o siempreviva (Selaginella spp.), no son las únicas especies que se ven afectadas con su extracción, existen muchas otras que dependen de la salud de los bosques. “En el caso de las crasuláceas y cactáceas, muchas veces lo que está en peligro no es la planta en sí, sino su hábitat. Las crasuláceas crecen en los tapetes que forman los musgos, porque ahí se guarda humedad y se va acumulando sustrato. Es un hábitat ideal para ellas”, comentó en entrevista la bióloga María de los Ángeles Islas, del programa de Propagación de Plantas, Cactáceas y Crasuláceas en Peligro de Extinción del Jardín Botánico, perteneciente al Instituto de Biología de la UNAM.

La experta explicó que el musgo se reproduce por esporas, las cuales viajan en las gotas de lluvia y las corrientes.. De ahí su dependencia al agua y la necesidad de un cuidado especial. En el caso del heno (Tillandsia usneoides), son plantas más evolucionadas que no debemos desechar. Aunque parezcan secas, contienen mucha humedad y se pueden colocar en cualquier árbol para que crezcan, incluso en alguna rama seca. Sus ramas parecen hijos grises y vistas bajo el microscopio revelan multitud de escamas pequeñas cubiertas de pelos diminutos, que son análogos a hojas y cuya función es captar la humedad y fotosintetizar.

Por qu debes evitar el uso de musgo y heno para decorar en Navidad

“No se trata de ser el Grinch de la Navidad diciendo ‘no, no compres heno o musgo’. La gente debe entender el porqué. Hay que acercarse a estos lugares, conocer, aprender y sensibilizarse del por qué no hay que comprar estas plantas. Para ello, el jardín tiene mucho material y de manera didáctica se puede entender la importancia de estas plantas”, destaca la bióloga.

Alternativas sustentables

En lugar de musgo y heno, los expertos recomienda usar alternativas como aserrín o bagazo de plantas o frutas como la caña pintados con tintes naturales, residuos de podas, piedras decorativas, hojas secas, hojas de maíz, telas, algún otro material reciclado o simplemente no poner nada.

“Después de saber que el musgo tarda mucho en regenerarse y que no existe una producción controlada, como en los árboles de navidad, en mi hogar dejamos de usarlo y lo sustituímos con telas o cartón reciclado”, compartió Anallely González, quien además dejó de comprar árboles de navidad de corte para optar por alternativas más conscientes como los pinos con raíz, que planta en su colonia al terminar la temporada.

 

 

 

Fuente: Wired

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