• La aseguradora niega horas de terapia cruciales para Benji, un niño con autismo, mientras se cuestiona si su estrategia viola la ley federal, generando protestas entre defensores de los derechos de los pacientes.

 

 

Redacción / CAMBIO 22

Hubo una época en que Sharelle  Menard pensaba que su hijo jamás iba a poder hablar. No lograba calmar a Benji cuando lloraba, ni podía leerle libros que él siguiera, y tampoco podía estar en público con él. “Todo era gritos, y gritos, y gritos, frustrado porque no lograba comunicarse”.

El diagnóstico de autismo severo llegó cuando benji tenía casi 3 años, y poco después comenzó con una terapia especializada que le ayudaría a desarrollar habilidades básicas. Tras dos años de tratamiento, sus murmullos se convirtieron en palabritas, y para celebrarlo Menard compró una máquina de hacer burbujas a precio rebajado. Pasaban horas observando las iridiscentes burbujas que flotaban en el aire.

Menard cría a Benji como madre sola en Louisiana y pensaba que su hijo tendría un futuro distinto al de tantos otros chicos con diagnósticos parecidos y que no habían logrado gestionar sus frustraciones, por lo que debían vivir en hogares o instituciones especiales.

Ahora está preocupada otra vez

La aseguradora UnitedHealthcare que hasta ahora cubrió el costo de la terapia de su hijo empezó a negarle las horas que los del equipo clínico afirman que requiere para sostener sus avances. El equipo clínico no entiende por qué cuestionan sus requerimientos. Pero en el conglomerado de seguros de salud, hay una razón para recortar gastos en atención a niños como Benji, y no tiene que ver con sus necesidades sino con una campaña de recorte de costos en el tratamiento de miles de niños con autismo de todo el país.

ProPublica consiguió lo que en realidad es el manual estratégico de la compañía, y que reconoce que la terapia, que se llama análisis aplicado de la conducta, es “el tratamiento basado en evidencia para los que tienen necesidades médicas”. Pero como los costos de la compañía aumentaron porque creció tanto la cantidad de niños diagnosticados con autismo. Los expertos dicen que en las últimas dos décadas ha habido un crecimiento debido a mejores herramientas de diagnóstico, y se pasó de 1 en 150 a 1 en 36.

Por eso es que tratan de limitar el acceso al tratamiento, según indica el informe.

En los documentos aparecen “oportunidades clave”. Se reconoce que hay áreas con muy largas listas de espera para la terapia, pero la compañía apunta a impedir que se sumen nuevos proveedores a la red para reducir costos. Si un proveedor se retira de la red, los pacientes tienen que encontrar a un nuevo médico clínico que esté dentro de su seguro de salud, o bien pagar decenas de miles de dólares al año para cubrir la terapia.
En cuanto a la cobertura de Medicaid, financiada por el gobierno para los pacientes más pobres, resulta que se les paga a las aseguradoras privadas un monto fijo por paciente, más allá de la frecuencia o intensidad de los servicios utilizados. Si las compañías gastan menos dinero, se les permite guardarse lo que reste, y los investigadores y expertos dicen que esto sería un motivo por el que las aseguradoras limitan el acceso a los servicios.

 

 

 

Fuente: Giz Modo

redaccion@diariocambio22.mx

AFM/ AGF

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