Uniformes Viejos y Chalecos Balísticos Vencidos Evidencian el Abandono de la policía en Othón P. Blanco
5 Nov. 2025
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El desgaste institucional en la Policía Municipal bajo la administración de Yensunni Martínez Hernández continúa afectando la seguridad de los chetumaleños
Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22
CHETUMAL, 5 de noviembre. – Elementos de la Policía Municipal de Othón P. Blanco denunciaron las precarias condiciones en las que operan desde el inicio de la administración de Yensunni Martínez Hernández, señalando que no han recibido uniformes nuevos desde su llegada al cargo, ni durante su reelección. Los agentes aseguran que la presidenta municipal solo ha distribuido prendas rezagadas del almacén, muchas de ellas originalmente destinadas a la Policía Estatal, lo que revela un grave deterioro en la gestión del equipamiento policial y una profunda falta de planeación institucional.
De acuerdo con los testimonios, la situación se agrava por la designación de Vicente Cauich Perera, alias “Bicho”, al frente de la armería municipal, quien —según los agentes— solo entrega equipo en mal estado o sin funcionalidad real. La mayoría de los chalecos balísticos presentan placas vencidas, lo que deja a los oficiales sin la protección mínima requerida para enfrentar su labor diaria. Otros tantos, denuncian, ni siquiera cuentan con uno. Esta precariedad, afirman los uniformados, compromete su seguridad física y la capacidad operativa de la corporación, que enfrenta una ola de inseguridad creciente sin los recursos básicos.

Ante la falta de respuesta institucional, varios policías han optado por comprar por cuenta propia su equipo en plataformas digitales o a otras corporaciones, asumiendo gastos que deberían ser cubiertos por el municipio. Esta situación, además de vulnerar los derechos laborales de los elementos, evidencia la descomposición administrativa dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, donde el presupuesto destinado a equipamiento no se traduce en acciones visibles ni en transparencia. La negligencia representa un riesgo para los agentes y para la ciudadanía que depende de su labor.
En un municipio donde los índices de robo, violencia familiar y accidentes de tránsito se mantienen al alza, la falta de inversión en la seguridad pública no puede justificarse con excusas presupuestales. La administración de Yensunni Martínez enfrenta un desgaste político evidente, acentuado por denuncias internas y el malestar de los cuerpos policiales, que hoy operan con uniformes parchados, chalecos caducos y promesas incumplidas.
AFC





















