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• Necesariamente Incómoda

 

Graciela Machuca Martínez / CAMBIO 22

Integrantes de la cúpula gobernante de la 4T que operan desde el centro del país han decidido faltarle el respeto al pueblo de Quintana Roo, así como a sus liderazgos formales y naturales, con la finalidad de responder a los intereses de su socio oculto, Emilio González, no solo para demostrar al morenismo local que pueden imponer presidentes municipales a su antojo, sino que forman parte de un grupo de poder en México al cual se le debe tomar en cuenta en la renovación de gubernaturas y del propio Congreso de la Unión.

La presencia de expriistas y socios del Partido Verde Ecologista de México, como Marcelo Ebrad, Ricardo Monrreal, Pedro Haces Barba, el primero, secretario de Estado, el segundo, líder en la Cámara Federal de Diputados y el tercero, diputado federal y líder de organizaciones sindicales que por medio de la fuerza están desplazando a las otroras poderosas organizaciones sindicales, representa un mensaje contundente sobre quienes pueden incidir en la decisión definitiva de quien será el próximo candidato a gobernar de la coalición MORENA, PVEM y PT.

Recordemos que Marcelo Ebrad desempeñó un papel fundamental en la fundación del PVEM al coordinar la operación para la Asamblea Fundacional del Partido Verde en la Ciudad de México en 1993, año en el que nació el actual partido, tras la pérdida del registro del original fundado por Jorge González Torres en 1986.

Esta relación, con dirigentes del PVEM, especialmente con Jorge González Torres y su hijo Jorge Emilio González, ha sido estrecha y remonta a esos orígenes. Aunque Ebrard no fue fundador, su participación fue fundamental en la creación del partido, que posteriormente se convirtió en aliado estratégico.

Enrique Vázquez Navarro, diputado federal plurinominal de la 4T llegando a Tulum de la mano del líder del PVEM y senador Manuel Velasco, no tiene mayor peso, más que es un títere que lo llevan y traen para servir a los intereses de los dinosaurios de MORENA que no están dispuestos a que las nuevas generaciones de morenistas los desplacen y para ello tienen que afianzar sus “negocios políticos” con la cúpula del PVEM dirigido por Emilio González y Manuel Velasco.

El supuesto informe de Vázquez Navarro como diputado federal plurinominal por Quintana Roo en Tulum, solo fue el pretexto para demostrar que la clase política del país, que opera desde el centro, desde que estaba en el PRI, tiene el poder suficiente para tomar por asalto, no solo presidencia municipales o congresos locales, sino gubernaturas, así como curules y escaños en el Congreso de la Unión.

La cercanía de Diego Castañón Trejo, presidente municipal de Tulum, con Ricardo Monrreal Ávila, no solo es por los negocios que éste y su familia tiene en Tulum, sino porque es el caballo de Troya que metieron a la estructura morenista quintanarrroense para quedarse no con una rebanada del pastel, sino con todo.

Hace unos meses, cuando Castañón Trejo empezó a recorrer otros municipios de Quintana Roo e incluso otros estados para promover su imagen política se le cuestionó por distraerse de sus tareas al frente del ayuntamiento, además, de que no tiene las credenciales políticas ni las capacidades como administrador para pretender un puesto de representación popular y mucho menos, la gubernatura.

Pero, ahora, que lo vemos bailando y demostrando su jubilo al lado de sus socios, sabemos que sus movimiento, no fueron de su inspiración, sino parte de un proyecto político de gran calado en Quintana Roo, en el cual está excluida la clase política quintanarroense.

Castañón Trejo y Vázquez Navarro tendrán su premio de consolación, al primero le tocará una diputación local y al segundo, quizás una regiduría en Tulum, por lo que tendrán que darse por bien servidos, porque los premios de la gubernatura y la presidencia municipal de Tulum serán para otros personajes e “inversionistas” del PVEM con el aval de MORENA, pero de la fracción que representan estos expriistas del centro.

Josefina Rodríguez, secretaria de Turismo, en el gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, aspira a la gubernatura de su natal Tlaxcala para el 2027, por lo que su asistencia al show de Tulum el pasado domingo 30 de noviembre habla que ya seleccionó a sus padrinos políticos, a pesar que la propia presidenta la tiene en alta estima, pero no está segura que ese vinculo le de para llegar a la gubernatura, por lo que se tuvo que aliar con los rudos, para llegar a cómo de lugar.

Su incursión a la política nacional se dio el primero de octubre de 2024 cuando Sheinbaum la llamó a su gabinete supuestamente en reconocimiento al trabajo que hizo a partir del 2021 en la Secretaría de Turismo de ese estado, pero a ella le interesa asegurar un lugar en la boleta electoral de la gubernatura en el 2027.

La presencia de titulares de dos secretarías de Estado, senadores, diputados federales y locales, así como decenas de dirigentes morenistas y del PVEM en Quintana Roo, en ese supuesto informe de Vázquez Navarro representa un quiebre al interior de la 4T y no solo por la gubernatura de Quintana Roo o de sus municipios más rentables como Cancun, Playa del Carmen o Tulum, sino porque los reacomodos serán a profundidad, si es que MORENA quiere seguir en el poder.

Esta reestructuración que viene en la 4T antes de los comicios municipales, estatales y federales del 2027 definirá qué grupo tiene el suficiente poder para destruir a los demás y salir victorioso, si el término se permite en política, habrá ajustes de cuentas y recordemos, que a pesar de los arreglos que hizo Andrés Manuel López Obrador con Monrreal, Ebrad, Haces o con Velasco, la carrera política de ellos no se la deben a él, porque ellos ya estaban en el PRI cuando AMLO se sublevó.

Una ventaja que tuvo AMLO sobre ellos es que les logró “jugar su cabeza” o al menos así lo fingieron, mas que por lealtad al entonces presidente, porque esas son las reglas del sistema político mexicano, el cual no funciona por colores o principios rectores de partidos políticos, sino por las reglas no escritas que los priistas “inmaculados” al convertirse en morenistas las conocen a la perfección.

El crecimiento de la figura política de AMLO desde la plataforma del PRD se dio gracias a que pudo negociar y prometer a los líderes de las múltiples sectas de ese partido, las cuales terminaron retirándole el apoyo, porque en el 2006 le cumplieron pero las condiciones políticas nacionales e internacionales no estaban diseñadas para reconocerle el triunfo.

La mayoría de los dirigentes perredistas sabían que si en los hechos habían ganado una elección presidencial, la inconformidad ciudadana en contra del PAN y del PRI, les darían otra vez el triunfo, por lo que decidieron salirse del PRD e irse a fundar MORENA con AMLO a la cabeza.

Monrreal, Ebrad y muchos más que se sumaron al proyecto personal de AMLO, MORENA, pusieron en sus manos su capital político, económico e incluso, presupuestos gubernamentales, que a través de los sobres amarillos, estuvieron a su disposición.

La presencia de López Obrador en la vida política del país entorpece los proyectos personales de todos y de cada uno de ellos, por lo que la reunión de Tulum y otras privadas que se han dado en otras partes del país, han sido con el propósito de decirle: ya te pagamos, te apoyamos, te hicimos presidente, ahora déjanos seguir por nuestra cuenta y riesgo. Nosotros ya estábamos en la política cuando tú saliste a la escena nacional.

La reunión de Tulum, del domingo 30 de noviembre, no fue para disputarse un municipio, sino para mandar un mensaje directo a La Chingada, desde donde ese mismo día, AMLO decidió responder el mensaje.

A quienes se disputan el control de la 4T y el poder real en México, no les interesa Tulum, Quintana Roo o el país, lo que quieren es el poder por el poder. Le cumplieron su sueño a AMLO, con quien regresaron al poder, ahora van por su turno. Aquí no hay lealtades, si el señor ya bailó, que se siente.

La fracción dentro de MORENA que se identifica a capa y espada con AMLO considera que la alianza con el PVEM ya terminó y que Emilio González y compañía deben conformarse con lo ganado, pero está el otro grupo el cual asume que ya saldó su deuda con AMLO y que incluso les quedó a deber, por lo que el proyecto de la 4T debe seguir, pero con sus reglas y si ello implica seguir trabajando al lado del PVEM, así lo harán.

Se viene un cisma en Morena, porque los priistas de la 4T no le permitirán a AMLO que se siga asumiendo como el caudillo que tiene el derecho al maximato. En estas circunstancias, los verdaderos enemigos de la presidenta de México los tiene dentro de la 4T, a quienes su pragmatismo los puede llevar a cargarse a las filas del Verde e incluso, formar un nuevo partido que busque reestructurar la Constitución al ritmo que la llevaban durante los gobiernos de Felipe Calderón Hinojoza y Peña Nieto, porque el proyecto constitucional de López Obrador, ya es cosa del pasado.

Lo que vimos el domingo no es más que una barredora que pasa ya, por encima de cualquier forma política, de los cánones de la política de los tres niveles de gobierno, y de la dignidad del electorado. Ese es el proyecto pragmático que arrastra las buenas prácticas políticas coludiéndose con la escoria y que el pueblo bueno y sabio pagará los costos.

 

 

 

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