Redacción / CAMBIO 22

MÉRIDA, YUC., Tras casi 26 años prófugo, Alejandro Méndez Hernández, involucrado en uno de los crímenes más brutales registrados en la historia reciente de Yucatán, fue finalmente detenido… pero no castigado.

Aunque fue arrestado y presentado ante la justicia por el asesinato de la prestamista Elda Zurita Azcorra y su hija, la bailarina Cynthia Sue Ricalde Zurita, el tiempo fue su mejor abogado: el delito prescribió, y quedó libre de toda responsabilidad penal.

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Méndez Hernández fue deportado de Estados Unidos en febrero pasado, y al pisar suelo mexicano fue recluido en un centro migratorio en Sonora, donde al revisar su estatus legal, se descubrió la vieja orden de aprehensión en su contra.

Agentes de la Fiscalía General del Estado de Yucatán acudieron a trasladarlo discretamente hasta Mérida, donde fue presentado ante la jueza del sistema penal tradicional Rubí Guadalupe González Alpuche.

Sin embargo, la ley vigente en 1999 , año en el que ocurrió el doble crimen, establece que el delito de homicidio calificado tenía una pena máxima de 25 años, lo que implica que, tras 18 años y 7 meses, el delito prescribía si el acusado no era capturado. Y así fue: por estar prófugo durante más tiempo del que la ley permitía para ejercer acción penal, la jueza se vio obligada a dejarlo en libertad.

UN CRIMEN QUE MARCÓ A YUCATÁN

Los hechos ocurrieron la noche del 22 de agosto de 1999, en la calle 68 del tradicional barrio de Santiago, cuando los asesinos ingresaron al domicilio de la señora Zurita con la supuesta intención de visitarla… pero iban preparados para m4t@rla.

Puede ser una imagen de 4 personas y personas bailando

La prestamista fue t0rtur4da, estr4ngvlada y as3s¡nada a martillazos, al igual que su hija Cynthia Sue, quien llegó momentos después con su pareja, el joven Alejandro Carlo Varela Baeza, quien también fue atacado brutalmente pero logró sobrevivir.

El ataque fue tan salvaje que la escena quedó marcada por la s4ngre y el horror. En el sitio, los agresores dejaron incluso un celular, lo que sirvió como pista clave para iniciar las investigaciones.

Tiempo después se reveló que los autores del crimen pertenecían a una misma familia, originaria de Villahermosa, Ciudad del Carmen y Tapachula, todos conocidos de la víctima, pues le debían fuertes sumas de dinero.

Puede ser una imagen de 4 personas y texto

LA FAMILIA VINCULADA A LA MAS4CR3

Entre los implicados estaban:

Moisés Méndez Mejenes (abuelo, anestesiólogo)

Manuel y Fernando Méndez Angulo (hijos)

Alejandro Méndez Hernández (nieto)

Luis Fernando Méndez Acosta (nieto)

Y el cómplice José Manuel Jiménez Jiménez

Todos vinculados por la deuda con la agiotista. Buscaban vengarse, recuperar propiedades perdidas y llevarse dinero y joyas.

Muchos de ellos fueron arrestados y condenados. El padre del ahora liberado, Manuel Méndez Angulo, fue detenido en 2007 en Cuernavaca, tras años de esconderse como taxista y jefe de seguridad de un museo. Terminó purgando una condena parcial y también recuperó su libertad años después.

LAS FALLAS LEGALES, CÁRCELES VACÍAS

Este caso vuelve a poner en el centro del debate cómo los cambios en la legislación y la lentitud de los procesos permiten que incluso los crímenes más crueles queden impunes. Aunque hubo arrestos, condenas y penas cumplidas, el último prófugo escapó del castigo gracias a los plazos legales vencidos. Una ironía legal que duele a la memoria de las víctimas y deja muchas preguntas sin respuesta.

Este contenido se presenta con fines informativos y de interés público, sin emitir juicio de valor sobre los implicados o su situación legal actual.

 

 

 

Fuente: Facebook

redaccion@diariocambio22.mx

KXL/RCM

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