Redacción / CAMBIO 22

CANCÚN, QRoo, 4 de agosto de 2025.- Tras meses de operar bajo el amparo del silencio, la captura de un sujeto identificado como José Gerardo “N”, alias “Texano”, marca un giro en una red de extorsión que mantuvo bajo amenaza a comerciantes de Cancún, Playa del Carmen, Tulum y Bacalar.

De acuerdo con fuentes cercanas al caso, el individuo exigía pagos mensuales de 17 mil 500 pesos por cada uno de los cinco establecimientos que su víctima operaba, sumando una extorsión de casi 90 mil pesos mensuales bajo la amenaza de represalias violentas si se negaban a pagar el “derecho de piso”.

No se trataba de advertencias vacías. Los dueños sabían que una negativa podía costarles más que dinero.

“Texano” no actuaba solo. Según las investigaciones, se valía de una red de operadores que identificaban negocios vulnerables y luego él mismo establecía contacto, ofreciendo el siniestro “servicio de protección” a cambio de cuotas mensuales.

Los depósitos se hacían directamente a su cuenta bancaria, lo que permitió rastrear su ubicación hasta el estado de Nayarit.

Fue allí donde agentes de la Fiscalía de Quintana Roo, en coordinación con policías de la Fiscalía de Nayarit, lograron ubicarlo y capturarlo.

Sin disparar una sola bala, pero con suficiente evidencia digital y testimonios, fue trasladado bajo custodia hasta Cancún para enfrentar a la justicia.

La investigación reveló además que este sujeto no es un actor aislado: enfrenta otras cinco carpetas de investigación por casos similares en diferentes municipios, todos ligados a negocios de alimentos, donde empresarios vivían entre el miedo y la resignación, obligados a ceder a la extorsión para evitar represalias.

Esta detención representa una victoria contra una estructura de intimidación que ha paralizado la economía de muchos negocios en Quintana Roo, pero también abre una interrogante mayor: ¿quién lo protegía durante todo este tiempo?

Empresarios consultados reconocen que, aunque la captura de “Texano” es un paso importante, aún queda pendiente desmantelar a toda la red detrás de estos cobros ilegales, que siguen operando con violencia e impunidad.

La caída del cobrador fue solo una pieza del engranaje. La pregunta que todos se hacen es: ¿quién sigue?

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

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