Tekit, Otro Botón de Muestra
31 Ene. 2025
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Así nos Vemos
Edgar Prz/ CAMBIO 22
Hace unos días, la pequeña comunidad de Tekit en el estado de Yucatán, famosa por la elaboración de prendas de vestir, su especialidad Guayaberas, con 11mil 200 habitantes según el último censo, se cimbró en su totalidad. La gente demostró que hay “perdida de confianza” con sus autoridades. Durante varios años habían soportado las afrentas, los robos, las discusiones, los malos momentos, las grosería del “Huero”, un poblador de esa localidad que tuvo un destino bastante incierto desde niño.
Provenía de familia de muy bajos recursos económicos, una infancia difícil, desde niño el huero demostró ser inquieto, con el paso de los años, al arribar a la adolescencia tuvo su encuentro con un mundo que al final fue su perdición. El mundo del alcohol y de las drogas, se refugio en ellas para encontrar “ alivio” a sus penas, temores e incertidumbres. Es un mundo en donde puedes “entrar con suma facilidad y lo difícil es salir”, muy pocos pueden ufanarse de haberlo hecho. A diario te vas hundiendo en el fango de la desesperación, del valemadrismo, te sientes fuerte, poderoso por instantes, importante, pero solo son espejismos, es la ficción que se ha apoderado de ti y ha erradicó a la realidad.
Sientes un ansia por seguir en ese ambiente, al principio pides dinero a tus padres, hermanos, parientes, conocidos, después la ansiedad te va comiendo y empiezas a robar, generalmente en tu casa, buscas los escondites secretos de tus padres, revisas el pantalón de tu papá, la lata de leche Nido que le sirve de alcancía a tu Mamá, te aprovechas que esas cajas fuertes no tienen, combinación.
Abandonas a la familia, a los amigos y buscas nuevas amistades, gente que comparta contigo los mismos gustos y afinidades, no hay temor a enfermedades. Pasabas muy seguido la prueba del misil y el Huac, todos toman de la misma botella, sin asepcia, sin cuidados, no, esos salen sobrando. Estás postales son clásicas en todas las poblaciones, estos grupos de perdición tienen sus reductos, escondites, sala de juntas, debajo de un árbol, en algún corredor o en casas abandonadas.
La promiscuidad entre ellos es práctica cotidiana. Tienen un denominador común, su gusto, afición y a veces enfermedad por el alcoholismo y la drogadicción. No sé preocupan en su aseo personal, andan harapientos, sucios, son enemigos del agua, hasta de la lluvia, su pelo semeja la escobeta, pero es parte de su pedigree, son los distintivos de ser miembro. No hay edad ni condición social, en algunos grupos se ve raro pero también participan mujeres, pocas en comparación con los hombres.
Estos selectos personajes no son tomados en cuenta por nin guna autoridad, el DIF no les hace caso, la Policía no los levanta ya que más tardan en subirlos a la Patrulla que en bajarlos, total no tienen nada para que les roben. Son unas lacras sociales que pululan pero parecen no ser vistos.
Ahora está de moda atender a los Perritos, darle cariño a los lomitos y a estás gentes cuando los atenderán?, acaso vale más la vida de un animalito que de un ser humano? Se ha perdido el respeto, la dignidad a la condición humana y ellos al no encontrar respaldo, ayuda por ningún lado, empiezan a delinquir, a robar y a veces hasta causar crímenes, como el feminicidio que cometió el Huero. Tenía antecedentes de homicidios anteriores, solo que la Autoridad lo declaró inimputable por problemas mentales, lo liberaron y nunca le dieron seguimiento a su caso. Es decir dejaron que el criminal volviera a las calles, su cerebro atrofiado ya no media consecuencias, no tenía límites, sus neuronas estaban en peligro de extinción.
Era un peligro andante por las calles, todos lo sabían, todo el pueblo lo conocía y el final tan trágico que le tocó, es una muestra del desencanto de la gente, del rechazo a la opacidad de las autoridades impartidoras de Justicia, de la inacción de la policía al permitir con esas actitudes, el fomento a estás crisis, del olvido de aquellas que se ufanan en repartir despensas y no atienden problemas mentales serios de las familias. La gente con este acto de barbarie le dice al gobierno “Basta de poner oídos sordos, de hacer que no ven y que no se enteran”.
Hoy hay 2 familias en luto, las de la mujer que asesinó y la de el, su Madre pide Justicia, es una voz que se pierde en el desierto. Al final la turba lo atrapó, lo golpeó a placer, lo amarró y luego le prendieron fuego estando vivo. Una muerte cruel, pero siendo honestos desde hace años el huero era un cadáver que deambulaba por las calles, a nadie le interesaba su situación. Y así como este caso hay cientos en los pueblos, parece que estás llamadas de atención no calan, no penetran, son momentáneas, fugaces y así va transcurriendo el tiempo.
Esta escena en el Parque de Tekit fue plasmada hace mucho tiempo por el Gran Lope de Vega, la turba enardecida rebasó a la autoridad e hizo justicia con sus propias manos, por ello cabría preguntarse “ Quien mato al Huero? Fuente Ovejuna Señor, en otras palabras fueron todos…
Hasta cuándo? Hasta cuándo? Ese eco retumba en todo Tekit… Este es un problema que ya rebasó el seno familiar es un problema social, es un problema de justicia, es un problema de salud pública, hasta cuándo Señores, las hogueras están hirviendo solo esperando culpables….. Quien será el próximo?..
Mejor seguiré caminando y cantando “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, quien a hierro mata a hierro termina”…
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GFB/MA