• El diagnóstico es preocupante, la marea marrón de la macroalga sargazo sigue reproduciéndose, expandiendo su impacto en las zonas costeras del Atlántico, el Golfo de México y el Mar Caribe, la comunidad científica lo viene señalando desde hace años

 

Redacción / CAMBIO 22

Si revisas las notas periodísticas de 2008, 2018 o 2024 encontrarás las mismas advertencias: cada vez mayores cantidades acumuladas en las playas, daños a los ecosistemas, plagas de insectos, anoxia, malos olores, afectaciones a la salud y un tremendo impacto en la economía de toda la región para 46 actividades empresariales.

Son 38 millones de toneladas las que se estiman para esta temporada 2025 con un costo anual estimado para colectarlo, disponerlo y desecharlo de 1 millón de dólares por kilómetro y eso que todavía otros fenómenos meteorológicos no se han dejado sentir, pero imagina el costo de una convergencia de afectaciones que podrían significar un par de tormentas tropicales o huracanes y esta invasión de sargazo.

Los factores que estimulan la proliferación exponencial del alga tampoco van a remediarse pronto, todo lo contrario. Estas condiciones empeorarán: cambio climático, deforestación, alteraciones de las corrientes marinas, exceso de nutrientes y sustancias químicas arrojadas al mar.

El sargazo desarrolla un ciclo completo de daños desde su origen, su trayecto en los océanos, a su llegada a las playas y cuando termina descomponiéndose.

El ecosistema de toda la región está en serios problemas, esta macroalga impide la fotosíntesis, limita la disponibilidad de oxígeno y debilita la formación de pastos, corales y manglares. Todas las especies acuáticas padecen de alguna manera los efectos de estas enormes manchas -visibles desde el espacio- extendiéndose desde África hasta la costa este de los Estados Unidos.

Una larga lista de efectos colaterales que sigue también creciendo implica desde gastos onerosos y excesivos por la limpieza, cancelaciones, baja actividad económica, negocios cerrados, operadores turísticos afectados y una merma en los ingresos locales.

Al descomponerse en las playas o el mar emite gases peligrosos como metano, amoniaco, ácido sulfhídrico, CO2 que no solo significan malos olores sino de efecto invernadero y son el origen de diversas enfermedades crónicas.

Turistas, trabajadores y la población en general quedan expuestos a esa contaminación visual, olfativa, aérea y que también impacta sobre tiraderos y los mantos acuíferos, al acumularse en la tierra y el subsuelo.

Logísticamente, disponer del sargazo implica remover toneladas de alga húmeda con un peso, masa y volumen del cual casi el 80% es agua salada y un 30% arena de playa (lo que además las erosiona). Su composición química y orgánica requiere de exponerse a metales pesados, sustancias peligrosas, bacterias, virus y descargas sanitarias que se bioacumulan en el alga.

1) Una solución integral debe partir entonces de su disposición e intersección en pleno océano o en las barreras de contención, utilizando unidades flotantes o barcazas que lo colecten y puedan transformarlo sin necesidad de trasladarlo a tierra.

2) En las playas pueden estacionarse unidades móviles autónomas que lo transformen en el sitio.

3) Las toneladas de desperdicios acumulados podrían industrializarse y remediar ecológicamente con equipos en los tiraderos existentes.

4) La tecnología disponible es efectiva al operar en tiempo real, es escalable, adaptable, versátil, modular.

5) Utiliza sistemas de punta asistidos por IA que hacen estallar el alga a la velocidad del sonido, mediante la aplicación de fuerzas que neutralizan, deshidratan, trituran, pulverizan e inoculan el alga eliminando contaminantes y microorganismos.

6) El exceso de agua extraída se expulsa como vapor, lo que reduce el material a transportar y genera enormes ahorros en trabajo, traslados y disposición.

7) El sargazo se reduce a un polvo finamente molido sin humedad residual, descontaminado, sin malos olores, inerte y listo para ser aprovechado para bio-fertilizantes, energías limpias, plásticos y/o bio carbón.

8) Debido a las condiciones extremas en que opera, esta tecnología mantiene su eficiencia en condiciones de humedad y calor excesivo, es muy resistente a la corrosión y fácil de operar.

9) Para reducir su huella de carbón cuenta con alternativas de energía solar y procesos de automatización.

10) Otros beneficios de esta solución con la mejor tasa ROI, de largo alcance, sustentable y rentable es que produce cero desperdicios y puede ser integrada a un esquema de economía circular.

Transitar por la misma ruta es obsoleto, estéril. Los titulares de prensa y redes sociales serán los mismos en el 2030; aumenta el recale, se triplica el sargazo, se pudren miles de toneladas de alga acumulada, las afectaciones económicas y los gastos son carísimos. El sargazo seguirá ganando la batalla.

Marcar la diferencia, es hacer las cosas de manera distinta, evolutiva, critica, con visión hacia el futuro, si la recurrencia y agravamiento del problema del sargazo son una declaración de que lo que se hace actualmente no está funcionando y si además hay señales de alerta de que será aún más grave, hay que cambiar la actitud y aproximación al mismo.

Este es un ejercicio de liderazgo, pensar fuera de la caja, alterar el sentido de las tendencias, innovar, emprender, armar consensos, sumar de esfuerzos, unidad ante un adversario extraordinario.

El sargazo es un organismo vivo que aprende y se adapta, las generaciones actuales llevan en su ADN información que los ha hecho más resistentes, fibrosas, expansivas y las condiciones óptimas para su expansión serán aún más propicias para el alga.

 

 

 

Fuente: Original Forbes México

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