• El secretario de Finanzas y Planeación, Eugenio Segura Vázquez, expuso ante el Congreso de Quintana Roo que la administración pasada tuvo un déficit estructural de 2017 a 2022 de 8 mil 815 millones de pesos, de los cuales 6 mil millones de pesos se financiaron con créditos

 

 

Francisco Hernández/CAMBIO 22 

CHETUMAL, 26 de octubre.- En su comparecencia ante el Congreso del Estado, el secretario de Finanzas y Planeación del gobierno de Quintana Roo, Eugenio Segura Vázquez, confirmó el desastroso manejo financiero de la administración de Carlos Joaquín González, pues expuso que se trató de un gobierno que gastó más de lo que ingresó, y por ello tuvo un déficit estructural de casi 9 mil millones de pesos en todo su período, que financió en su mayor parte con deuda a corto plazo, pero que aún así dejó un monto abultado de compromisos de pagos con particulares e instituciones superior a los 7 mil millones de pesos.

Al hablar sobre las finanzas del estado ante la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública de la XVII Legislatura, encabezada por el diputado Renán Sánchez Tajonar, el secretario dijo que el déficit estructural o recurrente desde 2017 a la fecha es de 8 mil 815 millones de pesos.

Asimismo, indicó que 6 mil 72 millones de pesos de ese déficit se financiaron con deuda, mediante la contratación de créditos de corto plazo, que son préstamos bancarios con vencimientos de pago a un año y que no requieren autorización del Congreso del Estado, y también deuda de largo plazo, como fue el caso del crédito de 820 millones de pesos con Banobras a 20 años; además de una pequeña parte de apoyos extraordinarios de la federación.

En saldos, expuso que este desbalance fiscal se financió con 5 mil 669 millones de pesos de deuda de corto plazo; 403 millones de pesos de deuda a largo plazo; y 2 mil 743 millones de pesos de apoyos federales extraordinarios.

Este déficit recurrente significa que el gobierno de Carlos Joaquín no metió orden en el manejo de las finanzas públicas, pues gastó casi 9 mil millones de pesos más de lo que el estado recaudó durante su sexenio, y la mayor parte de ese gasto se produjo de 2017 a 2019, es decir, antes de la pandemia de Covid-19.

El secretario expuso que el crecimiento del gasto público en el sexenio pasado no fue acorde con el aumento de los ingresos, siendo el gasto no etiquetado el que creció más, en un 42 % entre 2017 y 2019, mismo que principalmente se destinó a los organismos autónomos, gasto corriente del gobierno del estado, salud y seguridad.

Pero además de contratar deuda bancaria para cubrir su excesivo gasto, el gobierno de Carlos Joaquín dejó pasivos de corto plazo, que incluyen deudas no bancarias con particulares, como proveedores y contratistas, por 7 mil 156 millones de pesos.

“Se pasó de una estrategia de contratación de deuda de largo plazo a una estrategia de incremento de pasivos de corto plazo”, dijo el funcionario; es decir, se prefirió dejar de pagar a los particulares prestadores de bienes y servicios, lo que representa 4 mil 456 millones de pesos más que los pasivos que dejó Roberto Borge.

Del total de esos pasivos, 6 mil 948 millones son las deudas con proveedores y contratistas, que fueron a los que prefirió dejar de pagar la administración de Carlos Joaquín como estrategia financiera.

De estos adeudos, 3 mil 414 millones son pasivos correspondientes al 2022, y 3 mil 545 millones de pesos corresponden a deudas de años anteriores; además de 169 millones en retenciones de impuestos y contribuciones no pagadas; 39 millones de otros pasivos.

Destaca que el titular de Sefiplan dijo que para cubrir estas deudas se reordenará el gasto público y se fortalecerán los ingresos propios, siendo este último un anticipo de un posible aumento de impuestos y contribuciones locales; pero aseguró que se priorizará a las pequeñas y medianas empresas y a los proveedores locales, por instrucción de la gobernadora Mara Lezama.

La exposición también confirmó lo que de manera consistente demostró desde el primer momento El Diario Cambio 22: que Carlos Joaquín mintió descaradamente al decir que no contrató deuda de largo plazo ni aumentó la deuda histórica de la entidad, puesto que el titular de Sefiplan dijo que sí lo hizo, y que el saldo de aumento de la deuda bancaria a largo plazo a la fecha es de 430 millones de pesos más de los que dejó Roberto Borge.

Detalló que la deuda pública de largo plazo actualmente se compone de 11 créditos, en la que incluyó no sólo la deuda contratada por Carlos Joaquín con Banobras, sino también la deuda contratada por la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) en el quinquenio de Roberto Borge, para tener un saldo total de 20 mil 67 millones de pesos, para cuyo pago queda un plazo promedio de 19 años.

Del total, 19 mil 680 millones de pesos constituyen deuda directa del gobierno del estado, y 387 millones de pesos son la deuda indirecta correspondiente al saldo del crédito de CAPA.

En este sentido, refirió que Quintana Roo continúa como uno de los 4 estados del país que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tiene con endeudamiento en observación, lo cual significa que el estado dispone de un techo de financiamiento de sólo 5 % sobre sus ingresos de libre disposición, es decir, sobre sus ingresos propios y participaciones federales.

Por lo mismo, la calificación crediticia de la entidad disminuyó durante el sexenio de Carlos Joaquín, pues pasó de triple B a triple B negativa, algo que en su momento también trató de negar el ahora exgobernador.

Cabe agregar que en esta comparecencia destacó la ausencia de la diputada Yohanet Torres Muñoz, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quien fue secretaria de Finanzas de Carlos Joaquín y artífice principal de la estrategia financiera del anterior gobierno, pero que desde la semana dijo tener una severa enfermedad respiratoria que le pone en riesgo de neumonía para no presentarse al Palacio Legislativo.

Asimismo, entre los funcionarios de la Sefiplan que se presentaron estuvo el último titular de la dependencia en el sexenio joaquinista, Ricardo Sánchez Hau, quien fue ratificado como subsecretario de Crédito y Finanzas de la nueva administración, pero al cual ningún diputado le pidió una explicación del desastre financiero dejado por la gestión de la que formó parte, a pesar de que la deuda fue el tema principal de sus cuestionamientos.

Más llamativo fue que los diputados, principalmente los de Morena, estaban más preocupados en saber cuánto le costaría en tasas de interés al estado acceder a un nuevo refinanciamiento de la deuda pública.

 

 

franciscohcambio22@gmail.com

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