• En estos spas te bañas en cerveza, que es rica en vitaminas, proteínas, ácido fólico y antioxidantes

  • Su origen está discutido y todo apunta a un truco de marketing

  • La experiencia es, cuanto menos, curiosa

 

Redacción/ CAMBIO 22

Pocas cosas más baratas dan más gusto que tomarse una buena cerveza bien tirada y fresquita cuando aprieta el calor. Esa espumita, esa sensación cuando agarras una jarra helada y le das el primer sorbito, ay señor… En fin, volviendo al tema. La cerveza es todo un mundo y el que gusta de probar variedades nuevas bien lo sabrá, pero lo que hoy nos ocupa no es la vigesimoquinta cerveza artesana que tu amigo ha probado y que está buenísima, sino una tendencia de lo más interesante: los spas de cerveza.

¿Spas de cerveza? Sí, como suena. Lo último no es beberse la cerveza, sino bañarse en ella (y beber, también). La idea es sencilla: en lugar de bañarte en unas aguas termales te bañas en “cerveza” y te relajas mientras te tomas una detrás de otra jarra de zumo de cebada. Las comillas tienen todo el sentido del mundo, y es que realmente no te bañas en cerveza, sino en agua caliente a la que se le echan los cereales que componen esta bebida.

La experiencia de un spa de cerveza. Hace un par de años tuve ocasión de ir a uno de estos spas con mi grupo de amigos. Éramos un buen puñado de chavales, alrededor de diez, y reservamos en el Beer Spa (una de las franquicias más populares en España) de Granada. Tras ponernos el bañador nos dirigimos a la zona del balneario donde estaban las piscinas de cerveza que, realmente, eran una suerte de enormes bañeras de hidromasaje / jacuzzi disfrazadas de toneles de cerveza.

Nos metimos en agua caliente, no en cerveza. Entonces llegó el asistente con una especie de platos con lo que, a simple vista, parecían especias. Pero no, eran extracto de polvo de lúpulo (Humulus Lupulus), extracto en polvo de semilla de cebada (Hordeum Vulgare), extracto de polvo de levadura (Faex) y aroma de canela.

Spa de cerveza

Estos ingredientes en polvo fueron añadidos al agua en la que nos encontrábamos y fue entonces cuando esta empezó a oler a cerveza. Yo no diría que me he bañado en cerveza, sino en agua con cosas, pero al menos el olor sí acompañaba y se expandió por toda la sala gracias al sistema del jacuzzi. Fue una experiencia bastante relajante.

El grifo con barra libre de cerveza Alhambra y la jarra de medio litro que teníamos cada uno en la mano también ayudó, pero no vamos a entrar en eso.

Más cosas. Además del jacuzzi de cerveza, que es el principal atractivo, recuerdo que este spa en concreto tenía una sauna (sin nada en especial) y una habitación con tres o cuatro camas cuyos colchones estaban rellenos de cebada, así que la idea era echarse en ellos y disfrutar del olor. La realidad es que más de uno, dos y tres caímos rendidos en las camas y el olor fue, honestamente, lo de menos, aunque sí recuerdo que la sensación era muy agradable.

 

 

Fuente: Xataka

redaccion@diariocambio22.mx

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