Sobre el Colapso de la Histórica ‘Casa López’ en Chetumal: Un Ícono de la Zona Libre que Marcó una Era
14 Mar. 2025
Fabián G. Herrera Manzanilla/CAMBIO22
Lamentablemente en la mañana de hoy, tras difundirse videos e imágenes relacionadas con el derrumbre de la “Casa López”, que si bien, estaba sin funcionar desde tiempo atrás, al igual que otras más aún en funcionamiento pero con otro giro comercial, son mudos téstigos del esplendor de Ciudad Chetumal al amparo de los efímetros perímetros que evolucionaron hasta convertirse en la Zona Libre a partir de 1972 y hasta que ‘esta expiró en 1993.
Y en ese tenor, narraré algo de la historia de un emblemático comercio que existió en la capital, en la cual, vendían una gran variedad de juguetes e instrumentos musicales, de prestigiadas marcas, porque aquí llegaba de todo y de muy buena calidad.
Negocio que empezó Don Ángel López Ituarte, quien en 1936 llegó a Payo Obispo procedente de su natal Ciudad de Mérida, Yucatán, para probar suerte, ya que durante el gobierno del general Rafael E. Melgar, no solamente se hicieron magnas obras materiales, sino también, nos dio prosperidad y su fama trascendió más allá de las fronteras, a través de las Cooperativas y varias accioness y obras de diversa índole pero urgentes.
Fue contratado por José Muza Choaro, como Subalcaide de la Cárcel Pública, que más adelante sería de concreto y denominaría “Aquiles Serdán”, justo donde todos recordamos su ubicación, sobre la Avenida Álvaro Obregón, antes Efraín Aguilar llamada así en la administración melgarista, cuyos cambios en su nomenclatura en otra ocasión abordaré.
Con la intención de obtener un ingreso económico adicional, Don Ángel empezó a vender en sus ratos libres y pidió la ayuda a uno de sus hijos, quien no dudó en venir a Quintana Roo: Jorge López Medina.
Vendieron de todo, con tal de pagar la renta de una pequeña casita de madera y la comida, desde jabones, como muchos lo hicieron y nunca se avergonzaron por ello.
La recompensa casi no tardó en llegar y logran cierta estabilidad económica y en 1940 deciden adquirir un carrito de madera, para exhibir la mercancía, cerca de la legendaria “Casa Aguilar”.
Lo nombraron “Kiosco López” y en pocos años el negocio familiar de padre e hijo prosperó y deciden encargar la construcción de una tienda de madera al carpintero Prisciliano Puerto, de 5X6 metros rotulada con el mismo nombre.
Y la situaron en el camellón central sobre la Avenida de los Héroes entre 22 de Marzo hoy Carmen Ochoa de Merino y la Othón P. Blanco, cerca de la inolvidable “Torre del Reloj”.
Al concluir su período de gobierno el general Melgar, mandaron al general Gabriel Guevara Orihuela, un personaje oscuro en la historia de Quintana Roo, que eliminó las restricción a la venta de alcohol y su consumo moderado, así como muy intolerante ante la crítica y la señalización pública por otras cosas que se narrarán en su momento.
Y hay que decirlo como fue, sin inventar ni ponerle datos inverosímiles y a modo, el único que levantaba la voz era Pedro Pérez Garrido, un luchador social que no sucumbió y se dejó seducir como empleado de gobierno, a cambio de callar su descontento con lo malo que acontecía y la voracidad de los foráneos que trajo el general Guevara.
En una de esas denuncias públicas de Pérez Garrido, hizo serias acusaciones y evidenció el mal manejo de ese gobierno y en Agosto de 1943, el “Hotel México” pionero de la hotelería en la Entidad y propiedad de Ángela Garrido viuda de Pérez fue consumido por las llamas de un incendio provocado, que se les salió de control y alcanzó a varias casas comerciales, como “Casa Erales”, la “Casa Namur” y un restaurante de Don Manuel Ríos Uribe, entre otros más.
La “Torre del Reloj” fue solamente flameada y el “Kiosco López” de milagro se salvó de ese siniestro doloso; esos son los motivos por los cuales, varios empezaron a edificar sus negocios y casas de concreto en la zona céntrica de la capital, sumándose a otras que ya existían con anterioridad en otros barrios hoy colonias.
Don Ángel y su hijo Jorge, ya tenían una solvencia económica que les permitió adquirir una casa sobre la 5 de Mayo, por lo que cuando el controvertido y polémico Margarito Ramírez Miranda les pide que reubicarán el kiosko porque dañaba la imagen urbana, sin pensarlo dos veces le pidió en arrendamiento un espacio en donde estuvo el “Hotel México” a Jorge Pérez Garrido y más adelante lo adquiere, pero una urgencia en la salud de Doña Ángela Garrido viuda de Pérez, la obliga a poner a la venta todo el terreno y fue entonces como adquieren una parte, pues no quisieron lucrar con la necesidad de otros.
Poco a poco construyeron su tienda de mampostería y ampliaron su mostrador comercial, en ese tramo que cuando lo transitamos nos invade la nostalgia y agolpan los recuerdos en nuestro ser. En los sesentas la convierten en la famosa “Casa López” y la música que tanto apasionaba a Don Ángel ahí la siguió reflejando al vender siempre instrumentos musicales como la guitarra “Campechana” y los de la prestigiada marca “Yamaha”.
Don Jorge López Medina contrajo nupcias con Doña Olga Abuxapqui, quien no fue solamente su compañera de vida, sino una fiel colaboradora que apuntaló más a ese negocio familiar.
Ambos ya no están físicamente desde tiempo atrás, pero su esfuerzo y tenacidad por salir adelante permanece vigente en la memoria colectiva, como un ejemplo de la cultura del esfuerzo que todo lo puede.
Ilustro este quizá no tan breve comentario, con una valiosa fotografía de hace 48 años, en la que podemos apreciar varios negocios ubicados al noreste como “Casa Mólgora, “El Samurai” seguido de la “Casa López” ya un nivel más construido y su balcón que hoy sucumbió ante el deterioro causado por falta de mantenimiento.
Fuente: La Jornada
LRE/MA