En entrevista con El Sol de México, el obispo de Chilapa explicó que cuando hay presencia militar los criminales dan tregua, pero al irse los soldados, los delincuentes regresan con más violencia, por lo que consideró que servía de poco la llegada de más militares si no hacen presencia permanente en los poblados con violencia.
“Deberían estar más tiempo, así por lo menos dan un respiro a las comunidades, un poco de paz”, declaró el líder católico, quien añadió que la mayoría de las personas de su comunidad le han expresado su preocupación y se han cuestionado qué es lo que está pasando, que la violencia ha llegado al grado de paralizar económicamente a la capital de Guerrero: Chilpancingo.“Hay muchos delincuentes, hay mucho personal de seguridad y no se agarra a ninguno o los dejan ir o no tienen permiso de seguirlos, ahí está una causa; ya ve que el Presidente les dijo que abrazos y no balazos, pues los dejan ir, sin que nos cuestionemos la actitud del gobierno”, aseguró José de Jesús González.
Además del despliegue de elementos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional al estado, la Secretaría de la Defensa ha instalado once bases militares más”en apoyo a la seguridad; que de acuerdo con el académico Fernando Jiménez, sólo hace la tarea de disuadir posibles actos criminales.“Esta estrategia de enviar Fuerzas Federales luego de un hecho de alto impacto se hace desde 2006. Lo que hacen cuando llegan con sus operativos, disuaden la violencia y en algunas ocasiones apoyan en la investigación, se genera una calma, pero se van y al tiempo regresan los criminales”, indicó.
El investigador explicó que aunque los elementos de seguridad hacen el trabajo de disuadir la actividad criminal en los espacios públicos, sus operativos y presencia no están acompañados de estrategias para detener y debilitar financieramente a los generadores de violencia.
“El mayor problema de estos operativos es que no van acompañados de una estrategia de lucha criminal, con inteligencia, para dar con los generadores de violencia, intervenir los negocios donde lavan dinero. Sólo hacen trabajo de disuasión en espacios públicos”, dijo.
Fernando Jiménez coincidió con el obispo de Chilapa, el envío de agentes de la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional no es suficiente, porque no patrullan o hacen presencia permanente en zonas controladas por el crimen”, porque no persiguen a los criminales ni los presentan ante la justicia”. “No ha sido suficiente el despliegue de más soldados y agentes, porque no se ha desplegado en los lugares donde se ha generado más violencia. El tema del transporte público es un problema muy añejo, los choferes son obligados a trabajar para el crimen en múltiples tareas o son asesinados”, agregó el académico”.

De acuerdo con la información pública de la Secretaría de Marina, los 300 elementos extra que envió a Guerrero para tareas de seguridad fueron asigna-dos a las costas de la entidad, como Acapulco, que se encuentra en proceso de reconstrucción tras el paso del huracán categoría 5, Otis.
Visitantes al puerto durante enero de este 2024 fueron entrevistados por este diario y señalaron que vieron muy poca presencia de militares en la playa o en sus principales avenidas.