La pérdida de impulso sigue siendo evidente en las actividades secundarias, cuyos referentes son la construcción y la manufactura, pues en marzo tuvieron una caída de 0.9 por ciento mensual y en abril apuntan a una baja de 0.1 por ciento.

Ambos indicadores oportunos, del consumo privado y de la actividad económica, confirman la perspectiva de una economía mexicana débil.
Esto se da en un entorno de imposición de aranceles a las importaciones de Estados Unidos e incertidumbre sobre sus tensiones comerciales con China.
Los indicadores oportunos sugieren una moderación de la actividad económica en México al inicio del segundo trimestre de 2025, luego de la debilidad observada en los primeros tres meses del año.

La estimación oportuna del PIB, que fue publicada a finales de abril y que no reemplaza la estimación tradicional, arrojó un crecimiento de 0.2 por ciento trimestral en el periodo enero-marzo.
De acuerdo con el INEGI, la revisión de las cifras del PIB se publicará mañana y se estima que durante el primer trimestre la actividad económica nacional presentó un ritmo de crecimiento igual al reportado oportunamente.
De materializarse el resultado del IOAE de marzo, es decir, una caída de 0.2 por ciento en la actividad económica, “el crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2025 habría sido de 0.2 por ciento trimestral con cifras desestacionalizadas, en línea con nuestra estimación”, señalaron analistas de Banamex.

“Destaca que el avance del PIB respondería completamente a la expansión del sector agropecuario (del orden de 8 por ciento), ya que la producción industrial habría disminuido y los servicios se habrían mantenido sin cambios con respecto al trimestre anterior”, apuntaron.
Para el observatorio México, ¿cómo vamos?, “las estimaciones oportunas de la actividad económica vislumbran un débil inicio del segundo trimestre del año”.
Según su análisis a partir de los datos oportunos del PIB y de la evolución de la producción industrial, “enfrentamos un estancamiento de la actividad económica, afectado por la incertidumbre tanto interna como externa”.

Es así como la actividad económica nacional continúa desacelerando, por lo que el consenso de los analistas sigue anticipando una moderada expansión del PIB este año, incluso cercana a cero. Después de que en 2024 la economía mexicana creció 1.5 por ciento, el consenso de los analistas encuestados por Citi esta semana mantuvo su pronóstico de crecimiento para 2025 en 0.1 por ciento.
Sigue habiendo una alta dispersión en las estimaciones, pues entre los 33 analistas consultados por Citi el rango de proyecciones va de -0.7 a 0.7 por ciento. El estimado más bajo es de UBS, que en un reporte reciente advierte que “la economía mexicana muestra cada vez más signos de fatiga, con una desaceleración del crecimiento en los principales sectores”.
Si anticipa que el PIB se contraiga 0.7 por ciento en 2025, es porque “México se enfrenta a un año difícil”. Ni duda cabe.























