Shenzhen, Epicentro de la Revolución Tecnológica China
8 Sep. 2025
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La ciudad se consolida como referente mundial de innovación, con un modelo urbano futurista y un crecimiento imparable en alta tecnología
Redacción / CAMBIO 22
Hace poco más de 40 años en las costas del sur de China, frente a la isla de Hong Kong, se levantaba una pequeña villa de pescadores, apenas un puñado de casas rústicas de las que hoy en día vive sólo el recuerdo entre algunos de los rascacielos más altos y modernos en el mundo.
La ciudad de Shenzhen transformó su panorama de calles empedradas y chozas a lujosos edificios inteligentes y avenidas donde predominan los autos eléctricos y en las que la movilidad autónoma se está volviendo una realidad.
A inicios de la década de los años 80, este poblado era ocupado por poco más de 300 mil habitantes y fue designado por el gobierno chino como Zona Económica Especial, lo que lo dotó de políticas económicas y jurídicas más favorables para atraer inversión, promover el desarrollo industrial y la transferencia de tecnología.

Hoy, la ciudad cuenta con 17 millones de habitantes, de los cuales, 80 por ciento son migrantes, ya sea que llegaron desde otras regiones de China o desde otros países para aprovechar las oportunidades de innovación y crecimiento de empleos.
Shenzhen es conocida como el “Silicon Valley de China”, ya que en esta metrópoli se ubican las sedes centrales de algunas de las mayores empresas de tecnología asiáticas, como Huawei, DJI y Tencent, y también por ser laboratorio de innovaciones tecnológicas que, en muchos casos, se acercan a una película de ciencia ficción.
Desde robots que preparan helados o café en distintos puntos de la ciudad, vehículos con la capacidad de manejarse solos, e incluso drones que entregan alimentos en distintos puntos y bancas con paneles solares en los parques, donde las personas pueden poner a cargar sus dispositivos, la ciudad no deja de sorprender.
Incluso, en centros comerciales ya se exhiben drones junto con autos eléctricos, los cuales prometen ser el futuro de la movilidad, ya que tienen capacidad de transportar hasta dos personas.
Para los visitantes, la innovación los recibe desde que aterrizan en el Aeropuerto Internacional de Bao’an, el cual cuenta con gestión digital de trámites, con la que ocho de cada 10 pasajeros pueden realizar sus procesos de manera digital para agilizar su tránsito.

Y aunque la terminal cuenta con tecnología para eficientizar el uso de energía y reducir su huella de carbono, los pasajeros que llegan quedan sorprendidos por robots que preparan helados de distintos sabores. Son brazos mecánicos dentro de una caja transparente que sólo acepta pagos digitales y en cuestión de segundos entrega el postre solicitado.
Este tipo de dispositivos se ubican por toda la ciudad, y no sólo hay las que preparan helado, también existen para hacer café de distintas especialidades.
En materia de robótica la ciudad no se queda sólo en estos brazos que cumplen su función de satisfacer antojos inmediatos, también cuenta con robots autónomos desplegados en el transporte público, que son usados principalmente para abastecer a las tiendas dentro del metro, como los 7-Eleven.
Se trata de un modelo similar al que hay en hoteles para delivery. El huésped realiza un pedido mediante una aplicación y cuando el repartidor llega al lobby del hotel encontrará al robot en el que deposita la orden y éste se dirigirá al ascensor para llevarlo al cuarto del cliente, quien lo reclamará mediante un código en la pantalla para que el equipo abra la compuerta de su cuerpo y la persona pueda tomar su producto.

Los robots son cada vez más utilizados en esta ciudad china, donde hay máquinas autónomas que realizan la limpieza de las calles e, incluso, equipos humanoides se exhiben en centros comerciales como los asistentes de un futuro muy próximo.
Además de los robots, Shenzhen se caracteriza por el uso continuo de drones, tanto de entretenimiento como para servicios. Talent Park, cerca de la bahía, es una zona de esparcimiento donde los fines de semana la comunidad puede asistir a espectáculos de los que, en muchas ocasiones, los drones son protagonistas, junto con las bancas que integran paneles solares y en las que los paseantes pueden tomar un descanso mientras ponen a cargar sus teléfonos inteligentes o sus wearables.
Pero la zona ha ganado popularidad en redes sociales por los videos en los que se muestran a drones delivery. Equipos que hacen entregas de alimentos o bebidas en cabinas sin necesidad de la presencia de una persona repartidora.
La función es muy sencilla, como usar Uber Eats o Didi Food, el usuario pide el alimento o bebida a la app y elige la opción de entrega mediante dron. El comercio realiza el pedido y lo envía a través del dispositivo. Todo el proceso se muestra en la aplicación.
Una vez que sale la orden, el usuario recibe la notificación y puede seguir al dron en su camino hasta que llega, se ubica encima de la cabina y aterriza para dejar el pedido. Con una clave, el cliente puede reclamar sus productos, se abrirá una compuerta donde tomará la caja en la que vienen, misma que es reusable ya que se dobla y se deposita en un cesto junto a la cabina.

El servicio no está disponible por el momento en toda la ciudad, pero ya muestra que el delivery mediante drones es una realidad. Estos vehículos hoy en día también están expuestos en mayores tamaños en centros comerciales, así como autos eléctricos, mostrando que en breve el transporte de pasajeros mediante drones será una realidad en Shenzhen.
Si hay un elemento que caracteriza a Shenzhen es el tema de la movilidad eléctrica, el rostro más visible de este lugar como ciudad del futuro.
Hacia la movilidad autónoma
Además de ser la primera urbe del planeta en electrificar completamente su flota de autobuses y taxis, la mayoría de los autos particulares que circulan por las avenidas de esta metrópoli son eléctricos, y se distinguen por sus placas color verde.
Entre estos autos ya hay unidades con asistencia para la conducción, es decir, que tienen la capacidad de manejarse por sí solas, pero a las que aún no se les puede denominar vehículos autónomos por un tema de legislación.

Vehículos de Tesla, BYD, Xiaomi y otras marcas chinas como AITO y Geely, que utilizan tecnología de Huawei, asemejan a pequeñas naves espaciales con sus cabinas cómodas y pantallas a lo largo de todo el tablero.
Las motocicletas, que suelen ser un caos en diversas zonas de la ciudad por ser el vehículo más utilizado, también son en su mayoría eléctricas. Por las noches, las avenidas están llenas de ellas recargando sus baterías en enchufes públicos.
Hace un par de años, la ciudad inauguró el SkyRail Pingshan, una línea de tren de levitación magnética sin conductor que alcanza velocidades de hasta 80 kilómetros por hora, la cual se mueve con energías renovables y se integra al ecosistema de movilidad multimodal que combina metro, trenes ligeros, autobuses eléctricos, bicicletas compartidas y hasta taxis autónomos en fase de prueba.
La movilidad de la ciudad también ha sido potenciada por el uso de la inteligencia artificial (IA), ya Shenzhen ha implementado cerca de 200 aplicaciones urbanas, entre ellas las que dan cuenta del tráfico.

En la administración municipal, la IA ayuda a anticipar inundaciones, optimizar el consumo de energía en edificios públicos y detectar irregularidades en tiempo real mediante sistemas de cámaras y sensores distribuidos por toda la ciudad.
Estas innovaciones le valieron a Shenzhen el reconocimiento internacional del World Smart City Award 2024, en el Smart City Expo World Congress en Barcelona, imponiéndose sobre 429 proyectos de 64 países.

La inteligencia artificial ha potenciado la movilidad de Shenzhen, con cerca de 200 aplicaciones urbanas que incluso anticipan inundaciones y optimizan el consumo de energía
La distinción no sólo celebró el uso extensivo de tecnologías digitales en la gestión urbana, sino también la forma en que esta ciudad china ha logrado integrar movilidad eléctrica, la IA, sostenibilidad y gobernanza digital en un modelo replicable.

Shenzhen se ha convertido rápidamente en un modelo de desarrollo e innovación. El Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad da cuenta de la transformación de esta provincia de pescadores en una de las metrópolis más avanzadas en el mundo.
Fuente: El Sol de México
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