Se Destapan Nombres de Marinos Aviadores en la Nómina de Seguridad Ciudadana

• Denuncian duplicidad de funciones con desventaja para policías chetumaleños.

Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22

CHETUMAL, 28 de julio. – La controversia por los llamados “aviadores” dentro de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Quintana Roo volvió a escalar tras revelarse los primeros dos nombres de los 62 elementos de la Secretaría de Marina (SEMAR) que figuran en la nómina estatal sin desempeñar labores operativas reales. De acuerdo con datos filtrados, el Teniente Rafael Zepeda Nava aparece como director de la Unidad de Servicios Especiales de Vigilancia (USEV), mientras que el Teniente de Navío Víctor Manuel Lara Corrales cobra como director de la Unidad de Inteligencia.

Lo alarmante del caso es que las funciones que oficialmente se les atribuyen son realizadas en la práctica por policías estatales de menor rango, con salarios considerablemente más bajos y sin los privilegios de los marinos comisionados. Esta situación deja ver un desequilibrio en las condiciones laborales dentro de la corporación y un esquema de presunta corrupción y mal manejo de recursos públicos y privilegios en detrimento del personal operativo que sí realiza el trabajo de campo.

La presencia de marinos en puestos directivos de la SSC es objeto de críticas desde el inicio del actual gobierno estatal, pues lejos de fortalecer la disciplina y la estrategia de seguridad, su incorporación se derivó en señalamientos de opacidad y privilegios injustificados. El caso de Zepeda Nava y Lara Corrales abre la puerta a nuevas exigencias de transparencia sobre las funciones reales de los 62 elementos señalados y los montos que perciben mensualmente en la nómina civil.

La revelación de estos nombres se suma a un contexto de creciente descontento en las filas policiales, donde los agentes estatales denuncian jornadas extenuantes, carencias en equipo y salarios rezagados, mientras observan a mandos navales beneficiarse de puestos administrativos sin cargas laborales equivalentes. Este escenario refuerza la percepción de un doble estándar dentro de la estrategia de seguridad, que en lugar de dignificar a la tropa, profundiza las divisiones internas y erosiona la confianza ciudadana en la institución.

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