Se Apaga la Voz del Aula, pero No la Huella en sus Alumnos: Maestro Samuel Augusto Kú Uc se Jubila Tras 27 Años
2 Oct. 2025
Redacción / CAMBIO 22
JMM, 2 de octubre. – Con el sonido de un último pase de entrada y el eco de un último chequeo de tarjeta, el Colegio de Bachilleres plantel José María Morelos despidió a uno de sus pilares académicos: el maestro Samuel Augusto Kú Uc, quien tras 27 años de servicio se jubila, dejando una huella imborrable en generaciones de jóvenes que aprendieron de su mano la precisión de las matemáticas y la lógica de la física.
El emotivo homenaje no fue un acto protocolario más, sino una muestra espontánea de cariño y gratitud. Alumnos, exalumnos, colegas y personal administrativo se reunieron para dedicarle palabras que hicieron emocionar el corazón del profesor, quien con humildad recordó su llegada a este municipio hace casi tres décadas. “No pensaba ser maestro, pero la vida me dio esa oportunidad. Haber compartido con tantas generaciones, darles mis conocimientos con amor y esfuerzo, fue un orgullo y un placer”, confesó con la voz entrecortada.

Aunque en sus inicios impartió diversas materias —incluida geografía—, fue en las matemáticas y la física donde encontró su verdadera pasión. Con paciencia, disciplina y una entrega ejemplar, formó a cientos de jóvenes que hoy reconocen en él no solo a un profesor, sino a un guía de vida. Sus compañeros destacaron que su enseñanza siempre fue acompañada de valores sólidos y de un profundo compromiso con la educación pública.
Durante la ceremonia, se notó en sus ojos la nostalgia de quien mira hacia atrás y encuentra en cada generación un recuerdo vivo. “La vida nos pasa factura, ahora es momento de dedicarme a descansar, a mi familia y a mí mismo”, expresó, conmovido por los aplausos y las lágrimas de quienes lo acompañaron en este último recorrido por el plantel.
El adiós del maestro Samuel no significa ausencia, sino legado. Sus enseñanzas seguirán presentes en las fórmulas resueltas en un cuaderno, en los cálculos de quienes alguna vez temieron a las matemáticas y terminaron encontrando en ellas un aliado gracias a su orientación. Como él mismo lo resumió: “Siempre, siempre mi intención fue dar lo mejor de mí y educarlos lo mejor posible”.
Hoy, el aula se queda en silencio, pero la historia de un hombre que dedicó casi tres décadas a enseñar con amor y disciplina seguirá resonando en cada alumno que alguna vez levantó la mano para preguntar, y encontró en el maestro Samuel Augusto Kú Uc no solo una respuesta, sino una lección de vida.
GPC




















