Sabana de Chetumal: Víctima del Abandono Institucional y la Negligencia Ambiental
12 May. 2025
• Autoridades se deslindan mientras avanza la contaminación en uno de los últimos cuerpos de agua dulce de la capital
Miguel Ángel Fernández/ CAMBIO 22
Chetumal, 12 de mayo. La Sabana de Chetumal, un ecosistema de aproximadamente 15 kilómetros de extensión, ha sido abandonada y dejada al colapso ambiental. Mientras crecen los niveles de contaminación y se profundiza la crisis ecológica, las autoridades estatales han optado por el deslinde de responsabilidades en lugar de actuar con la urgencia que exige la situación.
El secretario de Ecología y Medio Ambiente del estado, Óscar Rebora, ha reiterado públicamente que no es competencia de su dependencia atender directamente la problemática de este cuerpo de agua, señalando a la Procuraduría de Protección al Ambiente de Quintana Roo (PPA) como la instancia responsable de supervisar e intervenir.

Sin embargo, el propio procurador ambiental, Alonso Fernández Lemmen Meyer, también se desmarca. Según sus declaraciones, el tema debe ser atendido por la federación, sin ofrecer claridad sobre el marco legal o técnico que respalde su postura. Esta cadena de evasiones deja en evidencia una preocupante falta de coordinación institucional y una clara ausencia de voluntad política.
Durante una reciente entrevista, Fernández Lemmen Meyer reconoció que se detectaron irregularidades en la planta de tratamiento de aguas residuales operada por la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), una instalación señalada desde hace años por su presunta responsabilidad en la contaminación de la Sabana. No obstante, no ofreció datos concretos, ni presentó un plan de acción ni informó sobre sanciones impuestas. La falta de seguimiento y transparencia levanta dudas sobre la seriedad con que se está abordando la crisis.

Un ecosistema convertido en vertedero
Basura, escombros, llantas, residuos orgánicos y aguas negras conforman hoy el paisaje de la Sabana. La construcción improvisada de caminos y puentes ha fragmentado el flujo natural del agua, dividiendo el cuerpo lagunar en al menos tres secciones claramente diferenciadas por la calidad del agua. En algunas zonas, como la colonia Mártires Antorchistas, las familias aún dependen de este recurso —ahora contaminado— para tareas cotidianas, exponiéndose a serios riesgos sanitarios.
El abandono institucional es más evidente al observar la falta de presupuesto asignado para el rescate de este ecosistema. La Secretaría de Ecología no ha presentado ningún proyecto formal ni programa de saneamiento. Mientras tanto, la quema de residuos, el avance de asentamientos irregulares y la contaminación no regulada agravan la degradación ambiental y social.

Una historia de omisiones
Ya en diciembre pasado, esta redacción documentó la falta de acciones concretas por parte de la SEMA y el diagnóstico estancado sobre la planta de tratamiento. La actual gestión continúa en esa misma línea: mesas de trabajo sin resultados, declaraciones ambiguas y un discurso que prioriza la evasión sobre la solución.
El titular de la PPA ha sido además cuestionado por su presencia casi exclusiva en la zona norte del estado, descuidando flagrantemente el sur, donde se encuentra la Sabana. Su limitada atención a Chetumal ha generado molestia entre organizaciones ambientales y ciudadanos que exigen respuestas claras y acciones inmediatas.

La pregunta que queda
¿Hasta cuándo permanecerá el gobierno estatal como espectador del colapso ambiental de la Sabana? La omisión sistemática no solo amenaza un ecosistema único, sino también la salud pública, la seguridad hídrica y el bienestar de miles de chetumaleños.
La Sabana de Chetumal no necesita más diagnósticos. Necesita intervención, compromiso y una verdadera política ambiental que rebase los discursos y actúe con firmeza frente a los intereses que hoy permiten su lenta destrucción.
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— Diario CAMBIO 22 (@DiarioCAMBIO22) May 12, 2025
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