Rommel Pacheco bajo Señalamientos por Obtener una Casa en Mérida Mediante Engaños, Pagos Mínimos y Abuso de Poder
18 Nov. 2025
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La investigación documenta amenazas y maniobras para obtener el inmueble y ocultarlo después en sus declaraciones patrimoniales
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El caso se suma a un patrón de propiedades no reportadas e ingresos opacos bajo la gestión del actual director de la CONADE
Gabriel Hernández/ CAMBIO 22
La investigación publicada por la revista Proceso reveló que el ex clavadista y actual director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), Rommel Pacheco Marrufo, mintió en sus declaraciones patrimoniales de 2020 a 2025 para ocultar un entramado de bienes inmuebles casas, terrenos y un negocio de renta vacacional que nunca reportó como servidor público.
Las averiguaciones en el Registro Público de la Propiedad de Yucatán demuestran que Pacheco simuló la compra de un terreno en San Crisanto para ocultar lo que en realidad es una casa de playa que renta por altos montos sin declarar los ingresos; además, concebía como propia una casa en Mérida que su ex pareja, la doble medallista olímpica Paola Espinosa, compró casi en su totalidad, lejos de la narrativa de «austeridad» que ha promovido Morena, el caso de Pacheco muestra cómo un funcionario se beneficia de bienes no declarados y utiliza la ley de concubinato para quedarse con propiedades ajenas.
La casa de la playa que no es un “terreno”
Según Proceso, en sus declaraciones Pacheco asegura que posee una casa y un terreno en San Crisanto, localidad costera del municipio de Sinanché, Yucatán, adquiridos en 2013 y 2010 respectivamente. Las declaraciones indican que compró una casa de 180 m² por 1.64 millones de pesos y un terreno de 1,231 m² por 514 mil pesos a un ejido local, sin embargo la investigación en el Registro Público de la Propiedad encontró que el supuesto terreno es en realidad una casa en la calle 25 de San Crisanto que Pacheco rentaba como casa de descanso con el nombre de Casa Chukum.
Se comprobó que la casa se alquila a través de plataformas como Airbnb y que la propia esposa de Pacheco, Yajaira Falla, exhibió la casa en videos de redes sociales donde reconoce que la propiedad “siempre está rentada”, A los inquilinos se les solicita pago en efectivo, preferentemente sin factura, y el dinero se transfiere a una empresa llamada Comercializadora Jorshapi S. de R.L., con lo que se evita rastrear los ingresos del funcionario.
Esta omisión es grave porque la Ley General de Responsabilidades Administrativas obliga a todos los servidores públicos a declarar sus bienes y posibles ingresos adicionales, Pacheco, en vez de reportar el alquiler, disfrazó la casa como terreno y fingió haberla comprado al ejido.
La realidad es que la propiedad se encuentra muy cerca de la playa, está valuada en millones de pesos y genera ingresos constantes, lo cual podría constituir enriquecimiento oculto, según Proceso, la casa incluso está adornada con una figura de mosaico de un clavadista, dejando poco margen de duda sobre su propietario.
La casa de Montecristo
La investigación también documenta el despojo de una casa en Mérida perteneciente a la clavadista y ahora diputada federal del PAN, Paola Espinosa.
El Registro Público revela que en abril de 2013 Paola Espinosa y Rommel Pacheco compraron juntos un inmueble de 218 m² en el por 1.64 millones de pesos, al año siguiente, cuando la pareja ya se había separado, Pacheco apareció en el folio del predio como propietario del 50 % de la casa, al haberle pagado a Espinosa solamente 820 mil pesos, es decir, la mitad del valor declarado pero las irregularidades no terminan ahí, la ex atleta afirma que en realidad Pacheco nunca cubrió esa cantidad.
Con mensajes de WhatsApp como prueba, Espinosa asegura que Pacheco le ofreció 600 mil pesos a cambio de que ella le cediera el 100 % de la casa y él le regresaría la mitad de otras dos propiedades que también compraron.
Además, la amenazó con aplicar la ley del concubinato, argumentando que si llevaban más de cinco años viviendo juntos ella estaría obligada a mantenerlo.
Espinosa relata que, cansada de la presión de Pacheco y su familia, decidió cederle la casa:
“Ya quería deshacerme de él. Me dio muy poco dinero por esa casa; firmé en un notario y se acabó”, dijo la medallista.
Hoy el inmueble se encuentra a nombre de Rommel Pacheco, quien lo disfrazó en sus declaraciones como una propiedad en San Crisanto y aseguró haberla comprado al ejido de San Crisanto, en realidad la casa se localiza en una de las zonas de mayor plusvalía de Mérida y, según valuadores consultados por Proceso, su valor actual ronda los ocho millones de pesos, lo que evidencia la desproporción entre lo pagado y el verdadero valor de mercado.
Más propiedades ocultas y un patrón de opacidad
El reportaje de Proceso descubre que Pacheco ocultó al menos cuatro propiedades en sus declaraciones patrimoniales, terrenos en Cholul y Progreso adquiridos en 2006 y 2020, una casa de 364 m² en la colonia San Esteban, otra casa en San Pedro Cholul y una casa en el centro de Mérida comprada en abril de 2021.
Estas propiedades sólo aparecieron en su patrimonio cuando asumió la dirección de la CONADE en 2024, pese a que la ley le obligaba a declararlas desde su paso como oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) también compró junto con su esposa una casa en el exclusivo Club de Golf La Ceiba por 5 millones de pesos en 2022.
El patrón es inquietante: todas las compras fueron de contado, lo que sugiere una liquidez inusual para un funcionario público, la ex pareja de Pacheco afirma que él consideraba su relación “una minita de oro”; ella pagaba la mayoría de las casas y coches mientras él aportaba cantidades menores y luego exigía dividir todo en partes iguales.
De acuerdo con Espinosa, Pacheco dijo en varias ocasiones que quería llegar a ser gobernador de Yucatán “porque allá se roba bien”, una frase que retrata la mentalidad patrimonialista de quien hoy encabeza el deporte nacional.
La austeridad Republicana, no aplicada
Las revelaciones de Proceso coinciden con un debate nacional sobre la credibilidad de la “austeridad republicana” que abanderó Morena en campaña y que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó como un pilar de su gobierno.
La narrativa oficial se centraba en acabar con los privilegios, eliminar la corrupción y lograr que los servidores públicos vivieran con modestia, casos como el de Rommel Pacheco diputado federal por el PAN durante 2018-2021, pero nombrado director de la CONADE por el actual gobierno evidencian que funcionarios y aliados del partido en el poder también incurren en prácticas opacas.
Pacheco no es un cuadro histórico de Morena; llegó a la administración como figura “ciudadana” y ex deportista, no obstante, su nombramiento coincidió con la política de austeridad y el discurso de transparencia. Lo que demuestra el reportaje es que la supuesta austeridad no impidió que acumulase propiedades ni que ocultara ingresos por rentas de una casa frente al mar.
Además, su caso exhibe cómo los mecanismos de control patrimonial, a cargo de la Secretaría de la Función Pública, fallan en detectar o sancionar la omisión de bienes, incluso cuando los registros públicos prueban la existencia de las propiedades.
En tiempos de austeridad, las historias de servidores públicos que viven con lujos, compran terrenos de contado, invierten en propiedades de playa y se apropian de bienes de sus parejas generan indignación.
La opacidad en torno al patrimonio de Pacheco se suma a los escándalos de otros funcionarios de la autodenominada cuarta transformación, cuyo comportamiento contrasta con el discurso anticorrupción. Este contraste es aún más grave cuando se trata de un funcionario responsable de distribuir recursos a deportistas y de una federación que arrastra polémicas por falta de apoyos y malos manejos.
¿Y las consecuencias?
Tras la publicación de Proceso, Rommel Pacheco se limitó a responder que sus bienes están “declarados y registrados conforme a la ley” y que cualquier persona puede consultarlos en el Registro Público, no ofreció pruebas que desmintieran las irregularidades ni aclaró por qué registró un terreno en lugar de una casa, o por qué omitió propiedades compradas años antes.
Tampoco ha habido pronunciamiento de la Secretaría de la Función Pública ni del presidente de la CONADE, mientras que Paola Espinosa, quien ahora es diputada panista, afirma que no demandó judicialmente porque prefería evitar una batalla legal con la familia del clavadista.
El caso de Pacheco no sólo es un asunto de chismes personales; es una ventana a un problema estructural: la debilidad de los sistemas de control patrimonial en México y la facilidad con la que los funcionarios ocultan propiedades o manipulan su declaración.
Para la opinión pública, este escándalo refuerza la idea de que la austeridad republicana puede ser un discurso vacío mientras persista la impunidad, a falta de sanciones y de aclaraciones oficiales, las historias de enriquecimiento y despojos seguirán socavando la confianza en un proyecto de nación que se proclamaba distinto, pero que hoy, para muchos, “se come todo el pastel sin compartir con nadie”.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
GCH


























