Riesgos Poco Conocidos de la Resonancia Magnética
21 Jul. 2025
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Este poderoso instrumento médico, vital para la ciencia, también puede convertirse en amenaza si se ignoran sus efectos sobre objetos metálicos y dispositivos médicos
Redacción / CAMBIO 22
Fue una tarde común en Long Island, hasta que el sonido metálico de una cadena hizo temblar el silencio clínico. Un hombre de 61 años fue arrastrado violentamente por la fuerza de un escáner de resonancia magnética en Westbury, Nueva York, al acceder a la sala con un grueso collar metálico.
El campo magnético de la máquina, invisible pero potentísimo, no distinguió entre tecnología médica y joyería, y convirtió aquel objeto cotidiano en una trampa letal. El paciente permanece hospitalizado en estado crítico, y el incidente ha vuelto a poner bajo el foco los riesgos reales de una técnica que, aunque segura en manos preparadas, puede tornarse peligrosa cuando se ignoran sus advertencias.

El lugar del accidente, Nassau Open MRI, no ha ofrecido comentarios sobre lo ocurrido. Las autoridades confirmaron que el hombre no tenía autorización para estar en esa sala durante la prueba. Este tipo de errores, aunque raros, han sucedido antes con consecuencias trágicas.
En 2001, un niño falleció cuando un tanque de oxígeno fue atraído al interior de un escáner en plena operación. En 2018, otro incidente en la India terminó con una víctima mortal por una causa similar. Y en 2023, una enfermera quedó atrapada entre una camilla y el túnel de la máquina.
¿Qué es?
La resonancia magnética (RM) es una herramienta esencial en el diagnóstico médico moderno. Utiliza un potente campo magnético y ondas de radio para generar imágenes detalladas del interior del cuerpo, sin recurrir a radiación ionizante, como ocurre con las tomografías computarizadas.
Su eficacia diagnóstica es incuestionable, pero el uso del magnetismo implica reglas estrictas: nada metálico puede entrar a la sala. Sin embargo, no siempre se respetan estas directrices, y ahí surgen los problemas.
Riesgos
Aunque la RM no implica dolor ni exposición a radiación, existen factores de riesgo claros y documentados, especialmente para quienes portan marcapasos, prótesis ferromagnéticas o implantes cocleares. Incluso algo tan aparentemente inocuo como un tatuaje puede generar complicaciones, si contiene pigmentos con partículas metálicas.
Asimismo, algunos pacientes experimentan ansiedad o claustrofobia al verse envueltos en el angosto túnel del escáner. En muchos casos, estos riesgos son evitables si se respetan los protocolos y se realiza un chequeo riguroso del paciente antes del examen.
El potencial de daño que puede causar un objeto metálico dentro de una sala de RM no debe subestimarse. Desde quemaduras en la piel hasta lesiones mortales por objetos lanzados a gran velocidad, los peligros son reales y conocidos.

Los escáneres de RM generan campos magnéticos que superan los 1.5 teslas en muchos casos, una fuerza capaz de mover una silla de ruedas o levantar un cilindro de oxígeno del suelo. Por eso, antes de ingresar, se deben retirar relojes, piercings, tarjetas con banda magnética, y cualquier otro objeto metálico. Y los implantes, en particular, deben ser previamente evaluados para asegurar su compatibilidad con este tipo de exámenes.
El uso de contrastes intravenosos, aunque seguro para la mayoría, también puede presentar reacciones adversas, sobre todo en pacientes con insuficiencia renal, alergias o anemia falciforme. Por eso, siempre debe consultarse con el radiólogo antes del procedimiento, sobre todo si el paciente ha tenido reacciones previas a tintes, mariscos o yodo. Además, aunque no se ha demostrado daño directo, muchas instituciones prefieren evitar realizar resonancias magnéticas durante el embarazo, especialmente en el primer trimestre.
Avances tecnológicos
En un intento por hacer estas pruebas más tolerables, especialmente en niños o personas con fobia a los espacios cerrados, han surgido innovaciones tecnológicas. Un equipo del King’s College de Londres ha desarrollado un casco de realidad virtual compatible con entornos magnéticos que simula visualmente otro ambiente mientras se realiza la resonancia.
Esta distracción inmersiva ayuda a mitigar la ansiedad, y ha mostrado resultados prometedores en ensayos clínicos. El entorno virtual se ajusta a los sonidos, vibraciones y movimientos reales del escáner, logrando una congruencia sensorial que amortigua la sensación de encierro.
En paralelo, las resonancias magnéticas abiertas, aquellas que no envuelven completamente al paciente, están ganando popularidad. Son especialmente útiles para exámenes musculoesqueléticos, como los que evalúan rodillas, tobillos o muñecas, donde no se necesita una visión profunda del cuerpo. Estos equipos reducen la sensación de encierro y, en algunos casos, no requieren el uso de contraste intravenoso, lo que disminuye aún más el riesgo de reacciones adversas.
La resonancia magnética es, sin duda, uno de los mayores avances de la medicina diagnóstica. Pero como todo lo que involucra potencia invisible y tecnología sofisticada, exige respeto, conocimiento y responsabilidad.
Fuente: National Geographic
GPC/MER




















