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• El profesor Sachs afirma que la estrategia de dividir y vencer entre Estados Unidos e Israel alimenta la inestabilidad en Oriente Medio

 

Redacción/CAMBIO 22

En una entrevista exclusiva con el Tehran Times, el profesor Jeffrey D. Sachs ofrece un análisis exhaustivo del contexto histórico y los objetivos estratégicos que impulsaron el asalto.

La visión de Sachs proporciona un marco convincente para comprender los acontecimientos recientes en la región.

En esta entrevista en profundidad, el profesor Sachs enfatiza varios temas clave: el objetivo de larga data de Israel de un cambio de régimen en Irán, la estrategia más amplia de Estados Unidos e Israel para el dominio regional y el rechazo a una solución de dos Estados.

Saches, uno de los principales economistas y analistas políticos del mundo que enseña en la Universidad de Columbia, analiza las raíces históricas de esta política, incluida la doctrina de “ruptura limpia” de 1996, y destaca el fracaso de la diplomacia debido a la obstrucción de Estados Unidos e Israel.

Sachs critica el papel de la política interna y los medios de comunicación de Estados Unidos en la configuración de la percepción pública y pide una acción global para reconocer a Palestina como estado miembro de la ONU y defender el derecho internacional.

El siguiente es el texto de la entrevista:

Pregunta: ¿Cuáles son los principales motivos estratégicos de Estados Unidos e Israel para atacar a Irán? ¿Cómo se alinean estos motivos con la historia general de la política estadounidense en Oriente Medio?

Respuesta: La idea central del ataque de Israel es un cambio de régimen en Irán. Israel busca ser la potencia dominante de la región, sin una competencia militar seria y sin permitir un Estado de Palestina junto a Israel basado en la solución de dos Estados. En resumen, Israel busca anexar toda Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, así como partes de otros países vecinos, como Siria.

En 1996, Netanyahu asumió el cargo con una estrategia política llamada la Ruptura Limpia. Esto implicaba que no habría un “paz por territorio” (es decir, una solución de dos Estados), y que Israel, con el apoyo militar de Estados Unidos, derrocaría a los gobiernos de Oriente Medio que apoyaban la resistencia palestina al dominio israelí de los territorios ocupados. Esto ha conducido a las guerras entre Israel y Estados Unidos en Líbano, Siria, Irak, Sudán, Libia, Somalia y, ahora, Irán.

P: Usted ha argumentado que Israel busca un cambio de régimen en Irán y se opone a un Estado palestino. ¿Cuán efectiva y arriesgada es esta estrategia para la estabilidad regional?

R: No puede haber paz ni justicia en la región sin la solución de dos Estados. La realidad es que hay (aproximadamente) 8 millones de judíos y 8 millones de árabes palestinos en Israel y los territorios ocupados.

El único enfoque práctico para evitar un desastre desmesurado es la solución de dos Estados, basada en el derecho internacional, y con Palestina admitida en la ONU como el 194º Estado miembro con las fronteras del 4 de junio de 1967, con su capital en Jerusalén Oriental y su control sobre los Lugares Sagrados Musulmanes.

Más de 180 países de la ONU (de un total de 193), con cerca del 95% de la población mundial, apoyan el enfoque de dos Estados, por lo que puede implementarse con apoyo global. Israel no lo aceptará, por lo que la solución de dos Estados debería ser impuesta por el Consejo de Seguridad de la ONU como parte de un acuerdo de paz integral que garantice la seguridad de Oriente Medio y Asia Occidental para todos los países, incluido, por supuesto, Irán.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debería actuar de esta manera de conformidad con el derecho internacional y en consonancia con las responsabilidades del Consejo de Seguridad de mantener la paz, incluido el fin de la masacre cometida por Israel en Gaza y Cisjordania.

Hasta ahora, Estados Unidos ha vetado esta solución obvia y justa, actuando en nombre del gobierno extremista de Israel. La clave ahora es que los más de 180 países le digan a Estados Unidos, clara e inequívocamente, que no hay otro camino hacia la paz que un Estado de Palestina admitido ahora en la ONU.

La única alternativa es continuar con la ilegalidad, el derramamiento de sangre y la guerra, con la complicidad de Estados Unidos, lo que socavará la propia seguridad y el bienestar de Estados Unidos.

P: ¿Cómo afectan las divisiones políticas internas de Estados Unidos a su capacidad y a sus decisiones respecto del compromiso militar con Irán?

R: La política estadounidense ha apoyado plenamente la postura extremista de Israel durante décadas. El lobby israelí es muy real, pero no se comprende bien. Por ejemplo, alrededor del 45 % del voto de Donald Trump en 2024 provino de sionistas cristianos evangélicos (cristianos que apoyan firmemente a Israel).

Así pues, el lobby israelí en Estados Unidos se apoya en muchos más votos cristianos que judíos, un punto que a menudo se pasa por alto. El sionismo moderno surgió en Gran Bretaña en la primera mitad del siglo XIX como un proyecto de los cristianos protestantes evangélicos británicos. Y muchos de esos sionistas cristianos eran antisemitas. ¡Es extraño, pero cierto!

P: Usted ha declarado que Irán no busca armas nucleares y ha permitido inspecciones. ¿Por qué los funcionarios y medios de comunicación occidentales suelen ignorar o distorsionar esta narrativa?

R: Toda la política exterior occidental, quizás en especial la estadounidense y la británica, se justifica ante el público general mediante propaganda, no la verdad. El término correcto para propaganda es “narrativa”, pero el verdadero significado de “narrativa” es relaciones públicas, vender la política exterior como si fuera publicidad barata y engañosa. Los medios de comunicación siguen las indicaciones del gobierno, y el gobierno estadounidense miente implacablemente al público.

P: ¿Por qué los esfuerzos diplomáticos, incluido el PAIC, no han logrado evitar la escalada?

R: La clave del poder estadounidense reside en la vieja táctica de “dividir y vencer”. En lugar de buscar un acuerdo de paz justo en Oriente Medio, Estados Unidos busca dividir al mundo musulmán. Ha enfrentado a Irán con los países árabes y, además, ha dividido repetidamente a estos últimos entre sí. Estados Unidos enfrenta a Turquía con los árabes, contra Irán, y así sucesivamente. Los Acuerdos de Abraham buscan dividir al mundo árabe para evitar un Estado de Palestina y la implementación de la solución de dos Estados.

Israel y Estados Unidos anularon el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). Esto forma parte de la estrategia de “divide y vencerás”. Según Israel, para Estados Unidos es mejor derrocar al gobierno iraní que hacer la paz con él. Israel busca eliminar todas las fuentes de apoyo a Palestina.

La solución para los países de la región es que Irán trabaje en estrecha colaboración con Turquía, Arabia Saudita y Egipto, y con el apoyo del grupo BRICS (que incluye a Brasil, Rusia, China, Indonesia y otros) para insistir firme e inequívocamente al gobierno de Estados Unidos en que no hay otro camino hacia la paz que admitir a Palestina en la ONU, y al comienzo mismo de la paz, no al final de algún falso “proceso de paz” que nunca la lleva a la paz.

Estados Unidos e Israel sueñan con incorporar a Arabia Saudita a los Acuerdos de Abraham, eliminando así para siempre la posibilidad de un Estado de Palestina. Arabia Saudita ha sido clara y firme: la paz depende del Estado de Palestina como Estado miembro de la ONU.

Todas las grandes potencias de la región –Irán, Arabia Saudita, Egipto, Turquía– deberían pedir juntas un acuerdo de paz integral basado en el derecho de Irán a la energía nuclear pacífica, la solución de dos Estados que comience con la admisión de Palestina en la ONU como 194º Estado miembro, la seguridad colectiva para todas las naciones y el fin inmediato del comportamiento genocida y militarista de Israel.

P: ¿Qué papel han desempeñado Estados Unidos e Israel al debilitar estos canales diplomáticos?

Han desempeñado un papel abrumador en el fracaso del proceso de paz. Esto lleva décadas ocurriendo.

P: Usted ha sugerido que el dominio global de Estados Unidos está disminuyendo. ¿Cómo refleja este cambio la confrontación con Irán? ¿Cómo podría ser un nuevo orden internacional multipolar?

R: Estados Unidos no quería otra guerra prolongada y no puede permitírsela. La opinión pública y la base electoral de Trump se oponen firmemente a que Estados Unidos emprenda más guerras en Oriente Medio. Los gobiernos de Estados Unidos e Israel también fueron testigos de la capacidad de Irán para tomar represalias y causar graves daños a Israel en respuesta al descarado ataque israelí.

Estados Unidos es un matón, pero no es todopoderoso. Casi todas las naciones del mundo, más de 180, desean la paz en Oriente Medio basada en la seguridad colectiva —incluida la de Irán— y en la solución de dos Estados, en contraposición al injusto y continuo dominio de Israel sobre el pueblo palestino.

Israel es considerado hoy en día, en todo el mundo, un Estado rebelde debido a su comportamiento asesino. Esto abre el camino a una verdadera diplomacia global, en la que los Estados miembros de la ONU insisten firme e irresistiblemente en la paz, la justicia y el estado de derecho internacional, y presionan a Estados Unidos para que finalmente ponga fin a su prolongada complicidad en el comportamiento ilegal y brutal de Israel.

 

 

 

Fuente: Tehran Times

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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