Redacción / CAMBIO 22

José María Morelos, 29 de octubre. – Entre catrinas, comida de ánimas y coloridos alebrijes, estudiantes y maestros de la escuela secundaria Andrés Quintana Roo se preparan para celebrar el Hanal Pixán, la festividad maya dedicada a honrar a los difuntos. Bajo la guía del profesor de historia Adolfo Antonio Pérez Cano, las actividades buscan fortalecer la identidad cultural y promover el valor del agradecimiento hacia los antepasados.

El docente explicó que las celebraciones forman parte de un proceso académico en el que los jóvenes aprenden a revalorar los conocimientos transmitidos por sus familias, desde la preparación de alimentos hasta los oficios tradicionales. “En memoria de lo que ellos nos dejaron, tanto material como inmaterial, realizamos estas actividades”, señaló, destacando el sincretismo entre la tradición maya y la influencia de las catrinas populares en el centro del país.

Pérez Cano relató que las catrinas, originadas como una crítica social de José Guadalupe Posada y retomadas por Diego Rivera, se han convertido en símbolo de creatividad mexicana. En la secundaria, los alumnos elaboran sus propias versiones con materiales reciclados, cartón, papel y yeso, fomentando así la expresión artística y la conciencia ambiental.

Durante las festividades, los jóvenes también participan en presentaciones de música prehispánica y en danzas folclóricas inspiradas en melodías tradicionales como “La Llorona” y “La Bruja”. El maestro subrayó que este tipo de eventos permiten a los estudiantes aprender fuera del aula y conectar con sus raíces mediante la convivencia y la creación colectiva.

Además de la parte artística, el proyecto busca inculcar valores como el ahorro y la gratitud. El profesor recordó la costumbre de las abuelas que guardaban pequeñas cantidades de dinero para preparar las ofrendas, enseñando a las nuevas generaciones la importancia de planificar y conservar las tradiciones familiares.

Finalmente, Pérez Cano resaltó que la cultura está viva y en constante transformación. “Cada año se enriquece con nuevos elementos, pero sin olvidar nuestros orígenes. La escuela es un espacio donde los jóvenes pueden comprender ese ciclo de vida, muerte y renacimiento que forma parte de la cosmovisión maya”, concluyó.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

AFC

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