Regidor “Indígena” de Morena También Hace que le Carguen la Sombrilla
10 Dic. 2025
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Los miembros del cabildo de Othón P. Blanco se muestran como parte de un grupo político desconectado de la sociedad
Ricardo Jesús Rivas/CAMBIO 22
CHETUMAL, 10 de diciembre. – La política capitalina vuelve a quedar expuesta al escrutinio público, luego de que el regidor morenista Ulises Lara fuera captado utilizando a un asistente como “carga sombrillas”, una práctica que ya había generado críticas días atrás cuando el síndico de Othón P. Blanco, Lo anterior fue similar a lo ocurrido con el síndico morenista Omar Rodríguez, quien de la misma forma, protagonizó una escena similar durante un evento oficial. En ambos casos, la ciudadanía cuestionó la necesidad de recurrir a personal auxiliar para sostener una sombrilla, gesto que consideran innecesario y revelador de una actitud de privilegio dentro del servicio público.

La imagen de Lara, el cual, no ha destacado por iniciativas relevantes en el cabildo, se suma a la percepción de una clase política que proyecta fragilidad y dependencia para tareas mínimas, en contraste con el discurso de austeridad y cercanía que Morena promueve a nivel nacional. Al igual que ocurrió con Omar Rodríguez, la reacción en redes sociales fue inmediata, usuarios criticaron el comportamiento como un símbolo de desconexión y falta de sensibilidad hacia la ciudadanía que enfrenta problemas mucho más urgentes que la comodidad de sus representantes.

Este nuevo suceso de la cúpula morenista en Othón P. Blanco, fortalece el cuestionamiento sobre la cultura política local, donde algunos funcionarios parecen reproducir prácticas que evocan un estatus casi ceremonial, ajeno a las exigencias de un municipio con rezagos estructurales y demandas sociales crecientes. El hecho de que tanto un síndico como un regidor incurran en gestos similares revela que no se trata de un caso aislado, sino de una visión arraigada de la función pública como privilegio y no como responsabilidad.
En tanto, la administración municipal enfrenta críticas por temas de seguridad, servicios públicos y falta de resultados visibles, la atención mediática gira hacia escenas que, aunque simples, resultan simbólicamente devastadoras para la credibilidad institucional. Los llamados “políticos de cristal”, incapaces —según ciudadanos— de cargar ni su propia sombrilla, acentúan la brecha entre las expectativas ciudadanas y la conducta cotidiana de quienes deberían ser ejemplo de trabajo, sobriedad y compromiso público.

AFC





















