• En la Clase política, la Reelección es Sinónimo de Democracia, Mientras el Pueblo es Víctima de Retroceso y Olvido institucional, a Consecuencia de las Acciones de Gobiernos Municipales Corruptos.

 

  • Necesariamente Incómoda

 

Graciela Machuca Martínez/CAMBIO 22

¡Sufragio Efectivo, No Reelección!, fue un lema que se convirtió en consigna y luego en parte fundamental de las acciones políticas por más de un siglo en México a raíz de los inicios de la Revolución de 1910, como una reacción del pueblo a los gobiernos prolongados, por no decir las dictaduras de Benito Juárez García y Porfirio Díaz Mori que se fortalecieron durante la segunda mitad del Siglo XIX y la primera década del XX.

El sufragio efectivo y no reelección fue la bandera que hizo posible la revolución mexicana y se logró llevar a la Constitución hasta 1933.

Muchas generaciones del pueblo de México nacieron, crecieron y murieron convencidas que la reelección en los cargos públicos, desde la presidencia de la república hasta las presidencias municipales, era un mal que se permitió en el Siglo XIX por los factores, sociales, económicos y políticos de la época, pero que para el Siglo XX y XXI no se podía permitir el retroceso.

Sin embargo, la clase política mexicana que todo lo puede y si no, arrebata, llegó al consenso que para “aprovechar” la experiencia de los servidores públicos electos por medio del voto popular se podría permitir la reelección, luego se entusiasmaron y aprobaron que no solo por un periodo, sino hasta cuatro los diputados y dos los senadores y allí se incluyeron a presidentes municipales.

Desde luego que ningún partido político se opuso, todos aceptaron explicita o tácitamente, porque ya no querían estar cambiando de puesto en puesto, es más cómodo ser diputado por 12 años, que tener estar cambiando de cargo en cargo para evadir la no reelección.

En los primeros años de esta práctica no a todos les fue bien, porque en este país aún se tiene en la memoria colectiva que reelección es sinónimo de dictadura, de agandalle, de caciquismo, sin embargo, con el poder de los medios de comunicación masivos y las redes sociales, tal parece que la reelección es la práctica política que salvará al país, lo cual está demostrado en otras latitudes, que no es así, como lo podemos ver muy cerca, como en Cuba, Venezuela o Nicaragua.

En Estados Unidos, la reelección sigue beneficiando a las clases sociales de poder económico, porque a ellas, no les interesa el color del partido, porque todos les sirven a sus intereses, lo cual sucederá en México, con o sin reelección Carlos Slim y congéneres seguirán enriqueciéndose con MORENA o sin MORENA, como lo hicieron con el PRI y el PAN.

Recordemos lo que dice el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre el actual sistema de reelección en México, porque como sociedad debemos estar informada de los antecedentes históricos de lo que ahora se vende como la salvación del país.

La reelección es un mecanismo mediante el cual una persona que ostenta un cargo de elección popular cuenta con la posibilidad de volver a contender para obtener ese mismo cargo en un nuevo periodo.

En el año de 1933, a partir de una reforma constitucional, la figura de reelección en forma consecutiva estuvo prohibida para todos los cargos de elección popular en México.

Fue hasta la reforma del 2014 que se reintrodujo la figura de la reelección consecutiva para los legisladores federales y locales, así como para los integrantes de los ayuntamientos.

Respecto a los legisladores, el artículo 59 de la Constitución general dispone que las y los senadores pueden ser electos hasta por dos periodos consecutivos, mientras que las y los diputados tanto federales como locales, de acuerdo al 116 constitucional, hasta por cuatro periodos consecutivos.

A nivel municipal y en la Ciudad de México, las y los funcionarios de ayuntamientos y alcaldías pueden reelegirse únicamente por un periodo adicional, siempre y cuando el primer mandato no sea mayor a tres años.

Para cualquiera de los cargos, la forma de reelección es restringida, es decir, la postulación para optar por reelegirse debe realizarla el mismo partido o alguno de los partidos de la coalición (en caso de que existiera) que originalmente postuló a esa persona. Esto solamente se exceptúa cuando la persona renunció o perdió su militancia antes de cumplir con la mitad de su mandato.

A pesar, que fueron los mismos partidos que hoy compiten para las elecciones del 2 de junio próximo los que aprobaron la referida reforma constitucional, en la práctica están haciendo todo torcerla a su beneficio.

Ahora, en Quintana Roo, la reelección significa democracia, progreso, modernidad, aunque quienes quieren reelegirse no cumplieron en lo mínimo en su primera oportunidad, pero consideran que la sociedad es ciega, sorda y que no tiene capacidad de observación para identificar que el retroceso social y la corrupción se han apoderado de los 11 municipios de la entidad.

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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