• El reciclaje de PET transforma el panorama ambiental y económico del país, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible

 

Redacción/CAMBIO 22

En las últimas décadas, México ha experimentado un notable crecimiento en la industria del reciclaje, consolidándose como un pilar fundamental para la sustentabilidad ambiental y el desarrollo económico del país. Este auge no solo genera empleos, sino que también impulsa una transición hacia una economía circular más generalizada en la sociedad. El uso de botellas y envases de PET ha sido fundamental para esta revolución.

El crecimiento del reciclaje en México no es producto del azar. Se trata de un avance impulsado por un plan estructurado alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Un hecho significativo en esta estrategia es el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México, firmado en el Senado de la República hace más de cuatro años. Este acuerdo voluntario, respaldado por el poder legislativo, y encabezado por empresas y organismos no gubernamentales establece metas ambiciosas para la reducción y el reciclaje de plásticos, y supervisa de forma periódica su cumplimiento.

Basado en el Acuerdo Global para la Nueva Economía del Plástico, avalado en 2018 por la Fundación Ellen MacArthur y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), este instrumento es ya un referente a nivel mundial. Su objetivo es promover la circularidad de los plásticos, asegurando que el plástico nunca se convierta en contaminación.

El Pet, material estratégico

Una parte crucial de este éxito radica en la inversión en infraestructura para el reciclaje del Polietileno Tereftalato, conocido como PET. En los últimos años, esta inversión se cuantifica en 700 millones de dólares destinados a la construcción de instalaciones para el acopio y tratamiento de este material. Estas inversiones no solo facilitan la recolección y reciclaje eficientes de materiales, sino que también garantizan su reintegración segura y efectiva en la cadena de valor.

El incremento en la demanda de envases de PET es notable. Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el porcentaje de hogares mexicanos que compran agua embotellada alcanzó el 76.3% en 2017, y el 69% de los consumidores considera que esta presentación es más saludable. Estas cifras subrayan la creciente demanda de envases de PET debido a sus características de inocuidad, seguridad e higiene.

El PET se destaca frente a otros materiales como el vidrio o el aluminio por su eficiencia en términos de energía y recursos. Durante su fabricación, el PET requiere hasta cinco veces menos energía y utiliza un 53% menos de agua en comparación con materiales alternativos. Su ligereza reduce el consumo de combustible durante su transporte y emite hasta diez veces menos dióxido de carbono (CO2) durante todo su ciclo de vida, que son gases de efecto invernadero y al registrar menos emisiones contribuye a la disminución del calentamiento global.

El reciclaje de envases de PET en México ha mostrado un crecimiento constante de hace décadas. Actualmente, se recupera el 63% del material que es enviado al mercado, y existen 26 plantas recicladoras operativas en todo el país. Esta capacidad instalada no solo cumple con las metas establecidas para 2025, sino que también posiciona a México como líder en América Latina en términos de recuperación y reciclaje de este producto.

Impacto multisectorial

El reciclaje de envases de PET tiene un impacto positivo en la economía del país. La industria del reciclaje de envases y empaques genera aproximadamente 70,000 empleos directos e indirectos. Esto no solo subraya la importancia económica del sector, sino también su contribución al bienestar social, ofreciendo oportunidades laborales en diversas regiones del país.

Un aspecto crucial del avance en este rubro es la colaboración entre industria, gobierno y sociedad civil. Juntos han puesto en marcha medidas para mejorar la recolección y tratamiento de envases y empaques, promoviendo la adopción de nuevos materiales diseñados para ser más ligeros, higiénicos y cumplir con normativas internacionales rigurosas.

Con todo ello, el reciclaje en México es un ejemplo de éxito que combina desarrollo económico con responsabilidad ambiental. A través de iniciativas como el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico y la inversión en infraestructura, el país ha demostrado su compromiso con un futuro sostenible. Sin duda, el reciclaje seguirá desempeñando un papel crucial en la transformación hacia una economía circular, promoviendo el uso eficiente de recursos y asegurando un entorno más limpio y saludable para las generaciones futuras. El PET, con sus numerosas ventajas, continuará siendo un material clave en este proceso, reforzando la economía circular en México y más allá.

 

 

Fuente: Animal Político

redaccion@diariocambio22.mx

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