Raciel López Extiende su Control en Seguridad: cae Tassinari en Playa del Carmen y Colocan a Otro Exsubordinado del Fiscal

Redacción/CAMBIO22

Playa del Carmen, 1 de agosto.— En un movimiento que evidencia el creciente poder del fiscal general Raciel López Salazar sobre las estructuras de seguridad pública en Quintana Roo, el gobierno de Playa del Carmen destituyó este viernes a Raúl Tassinari como titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, y nombró en su lugar a Carlos Alberto Montesinos García, quien hasta hace unos días se desempeñaba como fiscal de Distrito Centro en la misma ciudad.

Aunque el relevo se presentó de manera oficial como un “ajuste administrativo para reforzar la estrategia de seguridad”, la realidad apunta a un reacomodo político que fortalece la red de lealtades del fiscal López Salazar, quien con esta designación ya ha colocado a tres exsubordinados directos al frente de las áreas de seguridad en los municipios más relevantes: Benito Juárez (Cancún), Tulum y ahora Playa del Carmen.

Montesinos García es brazo operativo de Raciel López Salazar desde cargos que tuvo bajo su mando en la Fiscalía de Chiapas y en su corta estadía en la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, de donde todo ese equipo fue corrido cuando le perdió la confianza del difunto gobernador morenista Miguel Barbosa.

Y ya en Quintana Roo apareció públicamente como patiño o relleno en la terna de la que resultó el nombramiento de Fiscal General para Raciel López Salazar en julio de 2023 para luego ser colocado en alto mando del órgano autonomo de procuración de justicia.

El nuevo secretario, Montesinos García, llega en medio de una creciente percepción de inseguridad, particularmente en zonas turísticas, y con la difícil encomienda de recuperar la confianza ciudadana.

Sin embargo, su cercanía y añeja subordinación con el fiscal estatal y la forma en que se ha concretado su nombramiento despiertan sospechas de que el verdadero interés detrás del movimiento no es fortalecer la seguridad, sino ampliar el control político y operativo del fiscal Raciel López y el grupo que ya se denomina de “Los Chiapanecos” sobre los mandos municipales.

Por lo pronto, ya tienen bajo su control más de la mitad de los efectivos preventivos del estado sumando a los de Tulum, Benito Juárez y Playa del Carmen, donde fueron nombrados al frente de ellos Edgar Aguilar Rico, Jaime Padilla Barrientos y Carlos Montesinos, respectivamente, todos cercanos colaboradores de Raciel Lopez y con poco tiempo en el estado tanto como su estadia bajo su dirección.

Raúl Tassinari, cuya salida se da a menos de dos años de las elecciones municipales de 2027, carga con el desgaste de una gestión cuestionada por la falta de resultados y el incremento de delitos de alto impacto.

No obstante, su relevo no ha generado señales de ruptura o autocrítica por parte del gobierno local, sino que más bien parece responder a una estrategia de alineación con las decisiones del fiscal general.

Desde su arribo a Quintana Roo, Raciel López Salazar ha operado con un estilo vertical y centralizador, colocando a cuadros cercanos en puestos estratégicos, incluyendo fiscalías regionales, ministerios públicos y ahora también mandos policiacos municipales.

Este patrón ha sido criticado por organizaciones civiles, académicos y actores políticos locales, que alertan sobre una excesiva concentración de poder en una sola figura que, además, no ha rendido cuentas claras sobre los resultados reales de su gestión.

Mientras tanto, la violencia continúa presente en las calles de Playa del Carmen y otros municipios clave, y los cambios de nombre al frente de las corporaciones no han significado transformaciones de fondo en la estrategia ni en la coordinación interinstitucional.

La apuesta por figuras con pasado en la Fiscalía, sin arraigo ni experiencia local, refuerza la percepción de que los nombramientos responden más a una lógica de control político que a un interés real por pacificar el estado.

Así, el cambio en la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Playa del Carmen, lejos de enviar un mensaje de renovación, acentúa la preocupación de que la seguridad pública se ha convertido en una pieza más dentro del ajedrez político de Raciel López Salazar, cuya influencia, hasta ahora, no se traduce en mayor seguridad para los ciudadanos.

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