Redacción/CAMBIO 22

Los ataques criminales perpetuados en diversos estados de México han evidenciado el poder del crimen organizado protegido por esa poderosa estructura que ni los cambios radicales efectuados por el gobierno de México han logrado tan siquiera fisurarla.

Y es que el movimiento de decenas de cargamentos con toneladas de estupefacientes lejos de mermar el poderío de las organizaciones criminales se han fortalecido de modo tal que en alianza con células locales dominan hoy más del 40 por ciento del territorio nacional incluyendo entidades calificadas como las más seguras del país.

Tal es el caso de Yucatán, Tlaxcala, Nayarit y Querétaro, por mencionar algunas en las cuales las organizaciones criminales han diseñado estructuras de lavado de dinero que incluye a connotados empresarios, abogados y destacados notarios que robustecen el poderío criminal.

Sin disminuir la alianza que mantienen con diversos prominentes miembros del poder judicial que incluye magistrados, jueces y comandantes de los cuerpos de seguridad, mismos que se encargan de darle protección a todas sus actividades criminales.

Quintana Roo y la importancia en la recepción de aeronaves cargadas de drogas.

Un caso especial representa el estado de Quintana Roo, al convertirse ya en la principal sede del cartel de Caborca o cartel de Caro Quintero, quienes pese al acoso que mantiene el Ejército y la Marina, en su contra, están recepcionando en la frontera de México con Guatemala y Belice, hasta más de cinco aeronaves cargadas de droga a la semana.

Y toda esta droga es almacenada en bodegas ubicadas en los municipios de Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, gracias a la protección que le brindan elementos pertenecientes a diversas corporaciones de seguridad encabezadas por elementos de la Policía Ministerial de Investigación y la Policía Quintana Roo.

Todo ello han convertido a esta organización criminal en una de las poderosas en el país y su expansión se ha extendido hasta los estados de Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas y los tres estados que conforman la Península de Yucatán o sea Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

La alianza contraída con células pertenecientes al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otros grupos Quintanarroenses los han convertido en una de las más poderosas organizaciones del crimen organizado por su poderío económico y el número de efectivos que lo conforman además del poderoso armamento que manejan.

Es tal su poderío que tras los recientes hechos de violencia ocurridos en varios estados del país a raíz de una serie de detenciones de poderosos capos intentaron replicar la violencia en ciudades como Cancún y Playa del Carmen, sin embargo, estás fueron interrumpidas para no “calentar la plaza” y no afectar el arribo de aeronaves a territorio fronterizo con México, Belice y Guatemala.

Quintana Roo, se mantuvo en alerta roja durante más de dos semanas por parte de todos los cuerpos de seguridad que se asientan en en la entidad sin embargo, no fue necesario su accionar dado el repliegue de los carteles y su conveniencia de afectar sus millonarias operaciones que realizan aquí.

¿Qué lecciones deja la nueva ola de ataques en México?

La serie reciente de ataques mortales en los estados mexicanos de Jalisco, Chihuahua y Baja California fueron interpretados, tanto en la prensa como por el gobierno, como si todos hubieran estado relacionados de alguna manera. Sin embargo, las causas de este brote de violencia quizá no son tan sencillas.

Hombres armados del cartel luchando contra las fuerzas de seguridad. Un ajuste de cuentas en la cárcel. Bloqueos establecidos en las principales vías.

Un analisis de InSight Crime da una mirada a la violencia en cada estado e indaga la posible causa de estas erupciones violentas que parecen sincronizadas a pesar de sus diferentes manifestaciones.

Jalisco

El 9 de agosto, las fuerzas mexicanas enfrentaron a un numeroso grupo de presuntos miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Ixtlahuacán del Río, población al norte de Guadalajara, según el secretario de defensa mexicano Luis Crescencio Sandoval.

Las fuerzas mexicanas irrumpieron de sorpresa en una reunión de miembros del CJNG, con el objetivo de capturar a dos de sus altos mandos, Ricardo Ruiz Velazco, alias “Doble R”, y Gerardo González Ramírez, alias “El Apa”.

Los combates desatados se prolongaron por varias horas, tiempo en el cual los miembros del CJNG instalaron “narcobloqueos” —obstáculos montados con vehículos en llamas para entorpecer la llegada de refuerzos de la guardia. Sandoval indicó que las autoridades capturaron a seis miembros del cartel, uno de los cuales murió. Se incautaron cuarenta armas y diez granadas, entre otro armamento.

Pero Doble R y El Apa lograron evadir la captura.

Los disturbios se mantuvieron al día siguiente con narcobloqueos instalados hasta Guanajuato, donde resultaron muertos dos camioneros durante el robo de sus tractomulas, como lo informó Milenio. En esos dos días, fueron incendiadas hasta 25 tiendas Oxxo en el estado, según recogió Proceso. El 11 de agosto, Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de seguridad pública y ciudadana de México, declaró a la prensa que detuvieron a 11 personas en conexión con el hecho.

Baja California

Baja California fue el siguiente estado que presentó disturbios generalizados.

En la noche del 12 de agosto, varios hombres armados en Mexicali comenzaron a montar narcobloqueos en varias partes de la ciudad, sacando a los conductores de sus vehículos antes de prenderles fuego, como reportó Zeta Tijuana. Ataques del mismo tipo se extendieron rápidamente en Tijuana y Tecate.
Las autoridades responsabilizaron al CJNG de los motines aunque se abstuvieron de afirmar que tuviera que ver con los hechos ocurridos en Jalisco.

Los episodios en Tijuana motivaron a la alcaldesa Montserrat Caballero a subir un video en el que instaba directamente a los grupos criminales de Tijuana y les pedía abstenerse de usar la violencia contra la población civil y que, en lugar de eso, abordaran a quienes no les hubieran pagado, posiblemente haciendo referencia al “cobro de piso”, un pago extorsivo.

Un día después, la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana informó de 17 detenciones en relación con los hechos. El 14 de agosto, la Fiscalía del Estado de Baja California anunció el traslado de un número no especificado de personas implicadas en los ataques a Ciudad de México.

Chihuahua

Las peleas se desataron en la prisión CERESO 3 de Ciudad Juárez, Chihuahua, poco después del mediodía, el 11 de agosto, cuando un grupo conocido como Los Chapos fue atacado por el grupo rival Los Mexicles, según anunció el subsecretario de seguridad pública y protección ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja. Al menos tres reclusos resultaron muertos y 20 salieron heridos en medio de la violencia. Se desplegaron la policía estatal, el ejército y la Guardia Nacional para restablecer la orden en el instituto penitenciario.

Pero esa noche, un grupo de Los Mexicles se tomó Juárez por asalto. Al menos 11 personas fueron asesinadas al parecer de manera aleatoria en las calles de la ciudad y prendieron fuego a muchos pequeños mercados.

Hasta el momento, han sido detenidas por lo menos seis personas en relación con los disturbios, incluido un hombre que confesó pertenecer a Los Mexicles y añadió que recibió 15.000 pesos mexicanos (unos US$750) para provocar un incendio en un mercado en el que perdieron la vida dos mujeres, según informó el canal informativo Televisa.

Análisis de InSight Crime

Esos brotes de violencia en distintos lugares del país por lo general no son del interés de las organizaciones criminales. En lugar de eso, actos de ese tipo suelen ser respuesta de esas organizaciones, cuando se ven sometidas a presiones extremas.

El ejemplo más sonado de esto en los últimos años ocurrió en octubre de 2019, cuando pistoleros del Cartel de Sinaloa salieron a las calles de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, en respuesta a una fugaz detención de Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del excapo del Cartel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, por parte de las autoridades. Ovidio fue liberado después de que los miembros del cartel sitiaron la ciudad.

Otro ejemplo fue el derribamiento de un helicóptero del ejército en 2015 por parte del CJNG, en el que perdieron la vida cinco soldados. La nave hacía parte de la “Operación Jalisco”, montado por las autoridades para capturar al líder del CJNG Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.

Recientemente, los tres estados afectados vivieron distintas formas de violencia.

En Guadalajara y Guanajuato, los narcobloqueos parecen haber tenido un objetivo claro y efectivo: ralentizar el avance de las fuerzas de seguridad para facilitar la fuga de El Doble R y El Apa. Y funcionó.

Y aunque la violencia en Tijuana puede haber tenido relación con el operativo frustrado en Jalisco, la ciudad tiene su propio contexto criminal. Actúa como corredor clave de narcotráfico a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, pero ningún grupo tiene control mayoritario.

David Shirk, director del programa Justicia en México de la Universidad de San Diego, comentó que la violencia en Tijuana ocurrió en un periodo de alza en las tasas de homicidios y cambios de funcionarios por el nuevo gobierno.

Escena del homicidio de José Filiberto Parra Ramos “la Perra”

Sigue sin aclararse porqué se presentaron esos disturbios en este momento. Pero el auge de la violencia indica una reconfiguración del panorama criminal de la ciudad y las alianzas que de ahí se desprenden.

“[El CJNG] siempre ha sido muy proclive a enviar mensajes al público. Parece como si hicieran esto como una forma de afirmarse. Pero eso indica que están en una posición en la que sienten la necesidad de hacer un despliegue de fuerza, cuando el poder real se desprende de no tener necesidad de hacer algo así”, observó Shirk.

No se ha divulgado mucha información adicional sobre los motivos del ataque de Los Mexicles a los Chapos. Ambas partes parecen aliadas con el Cartel de Sinaloa, donde Los Chapos son leales a los hijos de El Chapo, los Chapitos.

Que Los Mexicles pudieran perpetrar el ataque indica cambios de alianzas y la presencia de cierto grado de corrupción en el sistema penitenciario. Por largo tiempo, se ha acusado a las fuerzas locales municipales de corrupción y colusión con grupos criminales, e incluso ha habido arrestos por ese motivo. Un periodista local de Ciudad Juárez, que solicitó que se mantuviera su anonimato, relató a InSight Crime que Los Mexicles ejercen una gobernanza criminal en el sistema penitenciario y que el “Cartel de Sinaloa controla el Valle de Juárez por medio de Los Mexicles”.

El diario mexicano Milenio informó que la violencia en Juárez fue ordenada por el líder de Los Mexicles Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, alias “El Neto”. Según el diario, El Neto, quien está recluido en CERESO 3, dio la orden en un intento por evitar su traslado a una prisión federal luego de participar en el ataque a Los Chapos.

 

Con datos de InSight Crime

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